La superficie de cultivo de aguacate en España ha experimentado un notable aumento en los últimos veinte años, alcanzando un área en producción de 23.752 ha en 2023 (ESYRCE, 2024). Entre las comunidades autónomas con mayor superficie dedicada al cultivo de aguacate destacan Andalucía, Canarias y la Comunidad Valenciana. En Andalucía, que lidera con el 65% de la superficie nacional, el cultivo genera un impacto socioeconómico significativo gracias al valor de su producción primaria y al desarrollo de las industrias asociadas al sector. Dado la creciente relevancia del aguacate en España, es fundamental intensificar las investigaciones para mejorar la productividad, especialmente en sanidad vegetal. Entre los artrópodos que pueden afectar al cultivo del aguacate destaca el ácaro del cristalino, Oligonychus perseae Tuttle, Baker y Abbatiello (Acari: Tetranychidae), como la principal amenaza en nuestro país.
El ácaro cristalino del aguacate, originario de México y adaptado a climas tropicales secos, fue detectado por primera vez en la región mediterránea en Israel en 2001. En España, donde el aguacate era considerado un cultivo exento de plagas que afectaran su productividad, es detectado por primera vez en 2004, tanto en Andalucía como en Canarias (González-Fernández y Hermoso, 2005, Vela y col., 2007). Desde entonces, y tras ser detectado en Valencia en 2007, el ácaro cristalino se ha extendido a todas las regiones productoras del país, convirtiéndose en la plaga más dañina para este cultivo. Su introducción y diseminación está probablemente asociada al transporte de material vegetal para el establecimiento de nuevas plantaciones.