La gestión de los cultivos cuando son entendidos como agroecosistemas, aunque mucho más compleja, permite maximizar numerosos servicios ecosistémicos como son el control biológico de plagas o la polinización. En este sentido, el uso de la biodiversidad vegetal con especies distintas a la cultivada es una herramienta de gran versatilidad, ya que las diferentes familias y especies botánicas ofrecen recursos aprovechables de distintas maneras y en distintos momentos del año. La polinización es un servicio ecosistémico fundamental que está en riesgo por el impacto negativo que los modelos de agricultura intensiva imponen sobre las comunidades de polinizadores. El uso de cubiertas con especies vegetales seleccionadas por el tipo de floración y sus periodos a lo largo del año permitirá regenerar comunidades de polinizadores capaces de ofrecer este servicio ecosistémico en los momentos en los que existe una demanda en el cultivo.

Cuando los sistemas de cultivo son interpretados bajo el prisma de los agroecosistemas, la planta cultivada no es entendida como un ente aislado, sino en continua interacción con multitud de organismos capaces de modular aspectos clave de su producción. Entre éstos, los artrópodos constituyen probablemente el grupo que más influencia ejerce en los cultivos. Desde el segundo nivel trófico, las especies de fitófagos pueden poner en riesgo la producción y su calidad, siendo entonces catalogadas como plagas. En un nivel trófico superior, los enemigos naturales nos ayudan a regular las poblaciones de fitófagos al utilizarlos como recurso alimenticio, fenómeno comúnmente conocido como control biológico. Además de este tipo de interacciones tróficas entre el cultivo y las comunidades de artrópodos, los insectos nos ofrecen otro servicio ecosistémico fundamental en la agricultura por ser vectores de la polinización. El 75% de los cultivos se benefician de la polinización por insectos (Goulson y col., 2015). Numerosas especies de himenópteros, dípteros, lepidópteros y coleópteros aprovechan los recursos florales que ofrecen las plantas cultivadas (polen y néctar) y, a cambio, facilitan su fecundación al transportar el polen de unas flores a otras.

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