Las principales organizaciones agrarias europeas han advertido de la mayor incidencia del mildiu de la patata y han presentado en Bruselas un plan de acción para contener esta enfermedad, la más destructiva de este cultivo y responsable de la hambruna irlandesa del siglo XIX. Los daños económicos anuales en la Unión Europea se estiman en 900 millones de euros.

El mildiu o tizón tardío de la patata es ya una amenaza significativa para la temporada de cultivo de 2024 en varias regiones de la UE, incluso antes de que se haya completado la plantación de patatas, según el COPA-COGECA, entidad que aglutina a las principales organizaciones profesionales agrarias y cooperativas europeas.

El patógeno, Phytophthora infestans, infecta tanto el follaje como los tubérculos de las plantas de patata y puede devastar toda la cosecha en una o dos semanas. Este patógeno es muy adaptable, y los últimos avances confirman que está evolucionando hacia espectros de virulencia más complejos, lo que le permite superar un número cada vez mayor de genes de resistencia. Además, se está produciendo un desarrollo alarmante de la resistencia combinada a los ingredientes activos fungicidas, lo que está “reduciendo drásticamente la eficacia de las actuales herramientas de control, socavando potencialmente las futuras estrategias de Gestión Integrada de Plagas”, alerta el COPA-COGECA, que advierte de la “grave amenaza para la producción europea de patatas, la cadena de suministro de patatas y la balanza comercial positiva de la UE”.

El sector ha presentado un plan de acción en Bruselas con soluciones a corto y largo plazo. A corto, plantean, entre otras medidas, la creación de una plataforma de diálogo entre las partes interesadas y el refuerzo de las estrategias de gestión integrada de plagas. A medio plazo, proponen desarrollar una mayor coordinación entre los responsables de la protección de cultivos, los obtentores, los investigadores y los agricultores europeos. “La forma más eficaz de controlar la propagación del mildiu es el uso combinado de productos fitosanitarios eficaces y variedades de patata resistentes, con combinaciones de diferentes genes de resistencia, así como el fomento de las mejores prácticas de gestión agrícola”, sostiene el plan de acción, que también incide en la necesidad de aumentar la concienciación de las instituciones europeas sobre la gravedad de la situación y la necesidad de actuar con rapidez en los próximos meses. Ocho organizaciones han elaborado este plan. Además del COPA-COGECA, Croplife Europe y Euroseeds, han participado las principales asociaciones de productores de patata.

La forma más eficaz de controlar la propagación del mildiu es el uso combinado de fungicidas eficaces y variedades de patata resistentes

Las patatas se cultivan en el 1,7% de las tierras cultivables de la UE, lo que supone alrededor de 1,7 millones de hectáreas. La UE es exportadora neta de patatas, sobre todo de patatas de siembra, por un valor de 509 millones de euros en 2020. Además del consumo en fresco, las patatas se transforman en cuatro tipos principales de productos: patatas congeladas, patatas deshidratadas, patatas preparadas o en conserva y fécula de patata. El valor global de la producción de patatas transformadas de la UE alcanzó los 9.100 millones de euros en 2019, lo que equivale al 1,6% del valor de la producción de toda la industria alimentaria europea. Las patatas fritas congeladas y las patatas fritas fueron los productos más significativos en términos de valor de producción. La UE también es exportadora neta de patatas transformadas, con un valor de 3.000 millones de euros en 2022.

Alrededor de un millón y medio de explotaciones agrícolas de la UE cultivan patatas. El valor de las patatas crudas (incluidas las patatas de siembra) representa alrededor del 3% de la producción agrícola total de la UE. Para muchas explotaciones agrícolas, se trata de un cultivo intermedio en rotación con los cereales.