El Servicio de Sanidad Vegetal andaluz ha pedido a los productores extremar la vigilancia para contener las poblaciones de Aculops lycopersici en los invernaderos de tomate de la provincia de Almería. Según los muestreos recientes, el vasates o ácaro del bronceado del tomate se ha identificado en una de cada tres parcelas inspeccionadas y en una de cada cuarenta y dos plantas analizadas, lo que indica una presencia ya significativa en la zona.

Este ácaro, de pequeño tamaño y difícil detección a simple vista, se alimenta de hojas, tallos y peciolos, lo que provoca la pérdida de turgencia y un característico bronceado de los tejidos afectados, que puede derivar en la desecación de la planta y pérdidas productivas si no se actúa a tiempo. Además de los daños directos que provoca, se ha demostrado que el aumento de sus poblaciones está favoreciendo la dispersión del virus de la mancha del fruto del tomate (ToFBV) por los invernaderos de Almería.

Las condiciones climáticas actuales en la provincia, con temperaturas próximas a los 27°C y una humedad relativa en torno al 30%, son especialmente favorables para el desarrollo del vasates. En este escenario, el ciclo biológico del ácaro puede completarse en apenas seis o siete días, lo que incrementa notablemente el riesgo de expansión dentro de los invernaderos. Aunque los primeros focos suelen localizarse en la parte baja de las plantas, la elevada capacidad de dispersión de la plaga facilita su rápida propagación hacia zonas medias y superiores, especialmente en explotaciones donde las condiciones de ventilación o manejo no son óptimas.

Además de los daños directos que provoca, el aumento de las poblaciones de Aculops lycopersici favorece la dispersión del virus de la mancha del fruto del tomate (ToFBV)

Ante este riesgo, el Servicio de Sanidad Vegetal andaluz recomienda extremar la vigilancia y aplicar de forma rigurosa una serie de medidas preventivas orientadas a limitar la extensión del ácaro. Entre ellas, se incluye la instalación de mallas de protección de al menos 10 × 20 hilos por centímetro cuadrado en laterales, ventanas y puertas de los invernaderos, así como la revisión y reparación periódica de posibles roturas, sobre todo en las zonas más expuestas al viento. También se aconseja eliminar malas hierbas y restos vegetales que puedan actuar como reservorio, retirar las plantas muy afectadas y evitar el abandono de los cultivos al finalizar el ciclo. Durante las labores de poda, tutorado o recolección, es importante desinfectar las herramientas con una solución de fosfato trisódico al 10% y tomar precauciones para no trasladar el ácaro mediante la ropa o el calzado.

Otras prácticas recomendadas son espaciar temporalmente las nuevas plantaciones para romper la continuidad del huésped, rotar con especies no hospedantes y emplear estiércol bien fermentado y libre de plagas. Además, se sugiere evitar una excesiva densidad foliar, que dificulta la ventilación y favorece el desarrollo del ácaro, y fomentar la presencia de fauna auxiliar mediante un uso racional de los productos fitosanitarios.

Un estudio reciente demostró que A. lycopersici puede adquirir ToFBV de plantas de tomate infectadas y transmitirlo a plantas sanas. Este virus ya está presente en las principales zonas productoras de tomate de España, según los estudios llevados a cabo por el grupo de Virología del Instituto Agroforestal Mediterráneo de la Universitat Politècnica de València (IAM-UPV). Aunque la primera constancia de la presencia de ToFBV en España, concretamente en Almería y Murcia, fue determinada en 2021 durante un estudio para identificar los virus que estaban infectando a los cultivos de tomate, su presencia en cultivos de tomate españoles se remonta, al menos, a 2010.

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