Investigadores del Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA) han desarrollado en Almería un estudio para evaluar la eficacia de la biosolarización y la biofumigación con restos de cultivos infectados por el virus rugoso del tomate (ToBRFV) o por el virus del jaspeado verde del pepino (CGMMV). Este trabajo del equipo de Fitopatología del Área de Protección Vegetal Sostenible del centro de La Mojonera ha demostrado que estas técnicas no son suficientes para inactivar la infectividad de ambos tobamovirus, dos de los más alarmantes y que afectan a cultivos de tomate y cucurbitáceas a nivel mundial.

La biosolarización del suelo ha demostrado ser una alternativa eficaz a los fumigantes químicos para los cultivos de hortalizas en invernaderos mediterráneos, y las experiencias anteriores han mostrado excelentes resultados utilizando los restos de cultivo, como material biofumigante para controlar enfermedades causadas por hongos patógenos y nematodos parásitos.

Sin embargo, en el caso de los virus estudiados, los resultados de este trabajo han evidenciado que ni siquiera periodos de biosolarización de sesenta días fueron suficientes para alterar la capacidad de transmisión de los dos virus, que permanecieron plenamente activos, provocando la expresión de síntomas y acumulando altas cargas virales en plantas de cultivos posteriores.

El estudio ha puesto de manifiesto el alto riesgo de contaminación viral a través del suelo en el caso de que se pretenda hacer biofumigación o biosolarización con restos de cultivo infectados con ToBRFV o CGMMV.

Este trabajo, publicado en la revista científica Scientia Horticulturae, se enmarca en el proyecto del IFAPA “Gestión integrada de plagas para cultivos de invernadero, incluyendo problemas fitosanitarios en los suelos agrícolas”, cofinanciado con fondos FEDER.

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