La Comisión Europea prevé presentar en la próxima reunión del Comité Permanente de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos (SCoPAFF) un proyecto de texto para multiplicar por nueve, de 0,01 a 0,09 mg/kg, el umbral de tolerancia en el arroz importado del triciclazol, la sustancia activa más eficaz contra la piricularia, pero cuyo uso está prohibido en la Unión Europea.

El objetivo de Bruselas, según el COPA-COGECA, órgano que aglutina a las principales organizaciones agrarias y cooperativas europeas, es favorecer la entrada de más cargamentos de arroz procedentes de Asia, especialmente de la India, que acumulan interceptaciones en las fronteras europeas por exceder dicho límite. El triciclazol es una materia activa fitosanitaria que, tras utilizarse durante años como fungicida mediante autorizaciones excepcionales, actualmente no está disponible en la UE. Para la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), esta propuesta “es incoherente, absurda, inmoral y nos aleja aún más de la reciprocidad o de las cláusulas espejo que tanto pregonan nuestros políticos”.

El triciclazol es esencial para el control de la principal enfermedad del cultivo del arroz, Pyricularia oryzae. Desde su prohibición, los productores solo disponen de dos sustancias autorizadas, de manera que el hongo ya ha desarrollado importantes resistencias a esos fungicidas. Solo en la variedad bomba, el último año provocó una merma del 50% de la producción en el parque natural de La Albufera.

La organización valenciana sostiene que, “al tratarse de una sustancia que no se halla bajo la protección de una patente, ninguna empresa está dispuesta a acometer una inversión millonaria en acreditar que no resulta perjudicial para la salud humana y el medio ambiente y, por culpa de lo enrevesada que está hecha la legislación, y no por evidencias científicas, su empleo ha sido suprimido en la UE”.

AVA-ASAJA denuncia que, “siendo el triciclazol una sustancia que no debería estar prohibida en la Unión Europea debido a la ausencia de alternativas suficientemente eficaces y a las dudas no esclarecidas sobre su supuesto impacto medioambiental, además no tendría sentido que las propias instituciones europeas decidieran ampliar la tolerancia del triciclazol a las importaciones foráneas que se consumen en Europa. El mercado debe tener las mismas reglas de juego para todos: o todos pueden usarlo o nadie puede usarlo. Lo contrario resta competitividad a los productores y supone un fraude para los consumidores”.

La organización agraria reclama al Gobierno español que vote en contra de este punto del SCoPAFF y que redoble esfuerzos para tratar de ganar apoyos de manera que se consiga finalmente una mayoría negativa entre los Estados miembros. Además de una carta al ministro de Agricultura, Luis Planas, AVA-ASAJA ha enviado misivas al presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, a la consellera de Agricultura, Isaura Navarro, y a los europarlamentarios españoles con competencias en agricultura, seguridad alimentaria y comercio internacional “para que acometan las gestiones necesarias, dentro de sus responsabilidades, dirigidas a lograr la máxima oposición frente a esta iniciativa comunitaria”.