Hace 150 años, la plaga de la filoxera (Daktulosphaira vitifoliae) destruyó los viñedos europeos y transformó la industria del vino, que para sobrevivir se vio obligada a plantar portainjertos de vid americana resistentes sobre los que se injertaron variedades europeas (Vitis vinifera). A Canarias no llegó la plaga y así pudo mantener variedades autóctonas que en la península se perdieron o se transformaron por los injertos en portainjertos americanos. Hasta este verano, en el que se detectó un foco de D. vitifoliae en Tenerife, en un jardín particular y en terrenos próximos parcialmente abandonados de La Laguna.
El Gobierno de Canarias y el Cabildo de Tenerife trabajan de forma coordinada para controlar este primer foco en el archipiélago. Ambas administraciones establecieron y aplicaron las medidas fitosanitarias para proceder al control del foco inicial, entre ellas la retirada de las plantas afectadas y sus raíces, así como su eliminación tras su desinfección. De forma paralela, se estableció una zona delimitada alrededor del foco detectado, en la que se están llevando a cabo trabajos de prospección de todas las plantaciones vid comerciales y no comerciales.
Los trabajos de prospección se siguen desarrollando, especialmente en la zona limítrofe entre los municipios de San Cristóbal de La Laguna (Valle de Guerra) y Tacoronte, donde se localizó el principal foco y se concentran la mayoría de los positivos, gran parte de ellos en terrenos abandonados. Según el último balance, se han analizado 1.368 muestras, en la que se ha detectado el parásito en 45 cepas.
La Guardia Civil colabora con el Gobierno canario para evitar la propagación de la plaga mediante controles en carretera que aseguren el cumplimiento de las limitaciones al movimiento de material vegetal y uva recogidas en la Orden publicada a finales de agosto por la que el Ejecutivo regional declaró de utilidad pública la lucha contra este organismo. La norma establece la prohibición total del movimiento de material vegetal de vid en cualquiera de sus formas -plantas, estaquillas, sarmientos, esquejes o patrones-, así como enseres, equipos, maquinaria, cajas o tierra procedente de viñedo. Asimismo, prohíbe el movimiento de uva fresca desde Tenerife, así como desde el ámbito geográfico de cualquier Denominación de Origen Protegida donde se haya detectado la presencia de filoxera (hasta la fecha, Tacoronte-Acentejo).
Además de las restricciones al movimiento vegetal, la orden recoge los procedimientos de actuación sobre el terreno para evitar la propagación de la filoxera mediante el establecimiento de una zona delimitada de quinientos metros alrededor de cada una de las plantas afectadas, así como un perímetro adicional de un kilómetro de radio, en línea con las actuaciones que desde el primer momento han desarrollado sobre el terreno los técnicos de la empresa pública Gestión del Medio Rural (GMR Canarias), en coordinación con el Servicio de Sanidad Vegetal autonómico.
Hasta la fecha, se han analizado 1.368 muestras, y se ha detectado la plaga en 45 cepas
La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria ha publicado un mapa de acceso libre que refleja en tiempo real las zonas de actuación para el control y erradicación de la plaga. Este visor cartográfico, que se actualiza a diario con el resultado de los trabajos realizados sobre el terreno, permite realizar un seguimiento de la presencia de este organismo nocivo y de su control. El mapa refleja en color rojo los puntos donde se ha tratado o erradicado este insecto, y en color verde las localizaciones prospectadas donde no se ha encontrado la filoxera. Asimismo, recoge las áreas delimitadas en torno a los brotes detectados.
Por su parte, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha publicado en el Boletín Oficial del Estado otra Orden que prohíbe la importación en las islas de frutos y semillas de vid, excepto uva de mesa y frutos y semillas provenientes de países donde están libres de la plaga. Los vegetales procedentes de países o regiones donde existe la plaga, que se encuentren en tránsito hacia Canarias antes de la publicación de la orden, podrán introducirse siempre que se acredite su fecha de salida y superen la inspección correspondiente. Con estas medidas, el ministerio busca prevenir la propagación de D. vitifoliae, proteger el sector vitivinícola local y mantener a Canarias como zona libre de filoxera, de acuerdo con la normativa fitosanitaria vigente en todo el territorio nacional.
Los daños que ocasiona este insecto, descrito por primera vez en 1855, en Estados Unidos, se pueden apreciar en las raíces o en las hojas de las plantas hospedantes. En hojas da lugar a la formación de agallas provocadas por las picaduras, que son visibles en el envés de las mismas y que se corresponden con lesiones cloróticas visibles en el haz. A nivel radicular, también se observa en las raicillas la presencia de nódulos y tuberosidades ligadas a dichas picaduras. Si los síntomas afectan a la raíz principal, la vid se marchitará inevitablemente entre los dos y los cinco años después de la infestación, provocando la muerte de la planta.
La entrada de la filoxera en Europa en 1863 provocó una grave crisis en el sector vitivinícola, que no se recuperó hasta transcurrido tres décadas, gracias a la utilización de portainjertos americanos resistentes. A España llegó en 1878, por tres zonas principalmente: Málaga, Girona y la zona fronteriza con Portugal, cerca del rio Duero. En la actualidad no representa un problema fitosanitario en Europa, pero sí es una plaga de cuarentena en aquellos países que no la sufren.

