El Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias ha demostrado que dos aditivos alimentarios a base de azufre, el metabisulfito de sodio y el metabisulfito de potasio, reducen la incidencia y la severidad de las podredumbres verde y azul, dos importantes enfermedades de poscosecha de los cítricos.

El Centro de Tecnología Post-recolección (CTP) del IVIA dedica una de sus líneas de investigación al control integrado no contaminante de enfermedades de poscosecha. Con respecto a los cítricos, uno de sus objetivos es el control de las podredumbres verde, azul y amarga -causadas respectivamente por los hongos patógenos Penicillium digitatum, Penicillium italicum y Geotrichum citri-aurantii- mediante aditivos alimentarios o sustancias reconocidas como seguras (GRAS), como alternativas al uso de fungicidas químicos convencionales.

Tras seleccionar en estudios in vitro los aditivos y las concentraciones más efectivas, en posteriores estudios in vivo, con naranjas inoculadas artificialmente con los patógenos, se observó que el metabisulfito de sodio (SMBS, E-223) y el metabisulfito de potasio (PMBS, E-224), aplicados en baños de 60 o 120 segundos en soluciones acuosas a 20 y 50 mM a temperatura ambiente, redujeron significativamente la incidencia y la severidad de las podredumbres verde y azul, aunque no resultaron efectivos contra la podredumbre amarga. Los tratamientos con las sales sulfato de aluminio (AlS; E-520) y sulfato de aluminio y potasio (AlPS, E-522) tampoco consiguieron controlar ninguna de las tres enfermedades estudiadas.

Estos resultados, publicados en la prestigiosa revista International Journal of Food Microbiology, abren la puerta a futuros estudios para el posible registro e implementación comercial de estos tratamientos no contaminantes de poscosecha.