Tras la anormal aparición y proliferación de saltamontes en diversos puntos de la comarca vitivinícola de Utiel-Requena, la Consellería de Agricultura de la Comunidad Valenciana ha confirmado que los daños más significativos se sitúan en parcelas adyacentes o próximas a zonas forestales, principalmente de cereal, viña y olivo. La distribución de estas especies suele coincidir con zonas más áridas, de escasa pluviometría y altas temperaturas estivales. Estas condiciones favorables para el desarrollo de estos saltamontes podrían ser uno de los motivos de su expansión.

Los técnicos del Servicio de Sanidad Vegetal han visitado las zonas afectadas y tomado muestras de ejemplares. La Universitat Politècnica de València ha identificado tres especies diferentes: Calliptamus italicus, como especie mayoritaria y, en mucha menor medida, Dociostaurus maroccanus y Dectius sp. Todas se caracterizan por producir daños esporádicos, tanto en su localización espacial como temporal. Los últimos ataques importantes en la Comunidad Valenciana se produjeron en 2009, en el Valle de Ayora.

Tras consultar con expertos de otras comunidades autónomas (Aragón, Extremadura, Canarias y Andalucía) donde son más frecuentes los ataques de langosta y saltamontes, y recabar información de investigadores especialistas del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), Sanidad Vegetal ha ofrecido a los agricultores afectados algunas recomendaciones.

Así, aunque actualmente la plaga se encuentra en estado de adulto, la más resistente a los tratamientos insecticidas, los agricultores pueden realizar un tratamiento para controlar algunas ninfas que puedan quedar y rebajar el nivel de las poblaciones. En ese caso, se pueden utilizar las materias activas lambda cihalotrin o deltametrina, que pertenecen al grupo de los piretroides autorizados en los cultivos afectados para el control de ortópteros (saltamontes y langostas). En cualquier caso, lo previsible es que, durante estos días, “estos adultos vayan realizando la puesta de huevos en el suelo y mueran de forma natural”, explica Sanidad Vegetal.

La estrategia de lucha más razonable se basa en localizar los puntos de puesta, sobre todo en los cereales sin recolectar. Posteriormente, en otoño se debería realizar una labor superficial (labrado o volteo) para que queden expuestas las ootecas y se sequen los huevos, con lo que se elimina una gran parte del inóculo de la plaga. Finalmente, en abril de 2025, convendrá realizar un seguimiento de la eclosión de puestas y, en cuanto se detecten las primeras ninfas, mucho más sensibles a los insecticidas autorizados que los adultos, aplicar los tratamientos.