El Comité de Gestión de Cítricos (CGC) ha reclamado a la Comisión Europea una investigación sobre el alcance de los incumplimientos registrados en las importaciones europeas de naranjas procedentes de Sudáfrica respecto al tratamiento de frío aprobado para mitigar el riesgo de introducción de la falsa polilla Thaumatotibia leucotreta. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) propondrá a la interprofesional citrícola Intercitrus la posibilidad de interponer una demanda e, incluso, solicitar la dimisión de todos los responsables de la Comisión Europea si se confirma que hay un incumplimiento en la aplicación del cold treatment.

La asociación de los principales exportadores privados de cítricos de España niega –como sostiene la Citrus Growers Association de Sudáfrica- que las autoridades europeas no informasen con tiempo suficiente sobre la entrada en vigor de esta norma, y considera que la situación generada en los puertos europeos a finales de julio y principios de agosto, con  dos mil contenedores que la propia CGA denunció que estaban retenidos, fue una acción “premeditada para negociar una salida frente al caos y el cuello de botella que realmente se buscaba lograr”, señala la presidenta del CGC, Inmaculada Sanfeliu. El ejecutivo comunitario, según un comunicado oficial del Gobierno sudafricano emitido el 11 de agosto, planteó una opción contemplada en el reglamento para desbloquear estas naranjas, y se anunció que podrían ingresar en la UE si el tratamiento de frío se realizaba en los propios recintos portuarios europeos.

El CGC ha contrastado las condiciones de entrada reales permitidas a los exportadores de naranjas sudafricanos por los Estados miembros importadores, cuyas autoridades son las que tienen las competencias en el control fitosanitario en los puertos de entrada. Y según denuncia, una gran mayoría de los contenedores no conformes detenidos y varados después del 14 de julio –fecha en la que el DOUE concretó que se exigiría el cumplimiento del cold treatment- no fueron sometidos al mismo. Es decir, a tales naranjas no se les aplicó una primera fase de prerrefrigeración de la pulpa del fruto a 5 °C, seguida de un tratamiento en frío durante, al menos, 25 días a una temperatura establecida entre – 1 °C y + 2 °C. Por esta razón, reclama a Bruselas que “haga cumplir sin más dilación en lo que queda de campaña la normativa comunitaria para proteger a la citricultura europea de la llegada de la Thaumatotibia leucotreta”, insiste Sanfeliu.

La solución propuesta por los sudafricanos consiste en sustituir los anteriores certificados fitosanitarios por otros en los que las autoridades de aquel país declaran cumplir con las nuevas medidas. En tales documentos, efectivamente, se indica que las naranjas han sido tratadas a las temperaturas y durante el tiempo requerido, pero en el set point del contenedor (en el aire) y no, como establecen todos los protocolos de frío, aplicadas a la pulpa de las naranjas, que es donde podrían encontrarse las larvas de la plaga. “¿Qué plaga eliminará ese tratamiento si no se garantiza que la temperatura afecta a las naranjas?”, se cuestiona Sanfeliu.

El CGC asegura que la inmensa mayoría de los contenedores que se están utilizando no llevan las sondas térmicas requeridas porque no están homologados para cold treatment, que permiten monitorizar la temperatura exigida al fruto, mantenerla uniforme y estable y verificar rápidamente en destino su cumplimiento. Y denuncia que “difícilmente se podría alegar desconocimiento o confusión porque se trata de un tratamiento que está estandarizado internacionalmente” y que los exportadores de la propia Sudáfrica están obligados a aplicarlo en sus exportaciones citrícolas a hasta veinte países (EE UU, China, Corea, India, Japón, Taiwán y Filipinas, entre otros). En todos ellos se requiere que el monitoreo de la temperatura se dé en la pulpa del cítrico y no en el contenedor.

Por su parte, el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, asegura que “si se demuestra este escándalo, lo primero que deberían hacer los responsables es dimitir de sus cargos. Porque no solo están humillando a los agricultores europeos, que son los que les pagan sus sueldos, no solo están poniendo en peligro la seguridad fitosanitaria del continente, sino que también están cometiendo un fraude de ley al desentenderse de sus propias normativas. Trataremos de que Intercitrus se ponga en contacto con un gabinete jurídico especializado en temas comunitarios para estudiar la interposición de una demanda contra la Comisión Europea, puesto que es injusto que, siendo las administraciones las responsables del control de plagas y enfermedades, sean los agricultores quienes paguemos las consecuencias de su negligente gestión, por no hablar de complicidades”. ASAJA Nacional y el COPA-COGECA, entidad que aglutina las principales organizaciones profesionales agrarias y cooperativas de la UE, han elevado este asunto a nivel comunitario para reclamar la plena aplicación del tratamiento en frío y extenderlo a mandarinas y pomelos, al entrañar el mismo riesgo fitosanitario que las naranjas.