El debate entre los responsables del documento ‘Mapeo del Ecosistema Agro¬tech en España’ fue el polo de atracción del Congreso Biotech promovido por Biovegen en el transcurso de la última edición de Fruit Atraction. En torno a trescientos investigadores y empresarios llenaron el Fruit Fórum, donde se presentaron algunas de las conclusiones de este documento promovido por el ICEX y Cajamar, una auténtica auditoría de la industria tecnológica española dedicada al agro, que ha identificado una tupida red compuesta por 850 startups, una potente plataforma de investigación con cincuenta universidades especializadas, veinte centros y parques tecnológicos mixtos o privados, al menos 24 clústers sectoriales o autonómicos, siete plataformas tecnológicas, hubs regionales de innovación e incubadoras que ayudan a nacer y crecer a empresas a partir de sus primeras patentes u obtenciones vegetales.

España también goza de industrias líderes -como el aceite de oliva, los cítricos o el porcino- que ejercen como “motores” de un potente sector agroalimentario que exporta casi el 20% de los bienes del país y que viene creciendo en productividad (un 0,9% anual). Y, como destaca el informe y fue abordado durante el debate, existe un gran interés de los gigantes de las semillas que -como Bayer, Syngenta, RijK Zwaan o Sakata- ya tienen sede en España y colaboran de forma creciente con las firmas españolas. En los últimos dos años, el capital riesgo está protagonizando multitud de operaciones de concentración, también en I+D, a través de fondos y SCR. Situación que, según el director de Biovegen, Gonzaga Ruiz de Gauna, permite describir la coyuntura del “agrotech español” como “en ebullición. Hoy disponemos de talento y conocimiento, atraemos a multinacionales y al capital foráneo, pero mañana, cuando consolidemos este sector, podemos ser potencia exportando nuestra tecnología agro”.

Estas fueron algunas de las reflexiones y datos que salieron a colación durante la mesa de debate conducida por Inés Lucía, del ICEX, y en la que también participaron Juan C. Gázquez, director adjunto de Cajamar Innova; Gabino Sánchez, director de Negocio de Hudson River Biotechnology (HRB, de Países bajos), una de esas compañías especializadas en CRISPR que han apostado por trabajar en España y el propio Ruiz de Gauna (Biovegen).

Gázquez desglosó los ámbitos de especialización de esas más de 850 startups españolas: casi el 30% lo están en agricultura y ganadería de precisión, otro 17% trabajan en la integración de la gestión de estas producciones; un 15% en robótica y mecanización y casi un 12% en biotecnología. Están ubicadas principalmente en Andalucía (181), Cataluña (126), Comunidad Valenciana (110) y Madrid (109).

Existe una importante red de 850 startups focalizada en Andalucía, Cataluña, la Comunidad Valenciana y Madrid

Sánchez, ejecutivo de la biotecnológica holandesa HRB, reconoció que uno de los atractivos de España sigue siendo sus costes laborales -un 19% más reducidos que la media de la UE- pero también alertó sobre la ausencia de medidas para “retener o atraer el talento (en Países Bajos hay grandes exenciones durante cinco años para estos perfiles) y en general para reducir la carga tributaria a las inversiones de I+D (que en aquel país también están muy bonificadas). Gázquez, por su parte, destacó que pese a los avances hay “un sistema investigador aún desestructurado, no suficientemente interconectado y un tejido empresarial de pequeño tamaño, atomizado”.

El director de Biovegen -en consonancia con el resto de participantes en la mesa- concluyó que, más allá de las privilegiadas condiciones naturales para la industria española, geográficas y climáticas, “el agrotech tampoco puede seguir viviendo de salarios más bajos que en la UE porque en este mismo mercado ya competimos con otras agriculturas, al sur del Mediterráneo o de Hispanoámerica, con producciones mucho más baratas. La I+D es nuestra vía para generar valor”.

En biotecnología se espera la propuesta normativa para regular de forma más flexible a las nuevas técnicas de edición genética (NGT). Para preparar el despegue de este sector -volcado en técnicas para la mejora vegetal como el CRISPR- se presentó el proyecto nGENIA: un grupo de expertos que ya está asesorando al Ministerio de Agricultura sobre el desarrollo de las NGT y organizando encuentros con grupos de inversores.

El Congreso Biotech presentó tres casos de éxito de transferencia tecnológica en consorcios público-privados: Jorge Lozano, del IBMCP (UPV-CSIC), expuso el recurso de fármacos para incrementar la tolerancia a la sequía; Francisco Bermúdez, CEO de Beyond Seeds, presentó los resultados de un grupo operativo, GO Biodif, sobre nanofertilizantes (nutrientes y compuestos bioactivos) para la aceituna de mesa y el aceite de oliva; finalmente, Pablo Gutiérrez, de Viveros Integrales El Ejidillo, hizo lo propio con el proyecto GO Simbioliva, para la revalorización del alperujo

El investigador del IBMCP (UPV-CSIC, Valencia), José M. Mulet, expuso -por último- uno de los proyectos españoles de mejora a través de CRISPR ya más avanzados: variedades de brócoli resistentes/tolerantes a la falta de agua y enriquecidas con aminoácidos. Pese a no contar aún con la legislación anunciada, esta investigación ya está en fase de ensayo de campo (y existen otros tres proyectos de edición genética también en esa situación: dos sobre maíz, en Aragón y en Andalucía, y otro también en Valencia sobre una planta de tabaco que no produce nicotina sino anatabina, con propiedades antiinflamatorias y neuroprotectoras).