La política fitosanitaria europea ha monopolizado el contenido de la primera jornada del 17º Symposium de Sanidad Vegetal, que hasta el viernes reúne en Sevilla a cerca de un millar de asistentes. Ricard Ramon i Sumoy, jefe adjunto de la Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea, ha avanzado que este viernes la CE presentará algunas medidas para mejorar la situación de los agricultores. Sin poder especificar más, sí ha admitido que una servirá para facilitar el registro de sustancias biológicas y otra implica un ajuste técnico a las pulverizaciones aéreas, lo que se ha interpretado como un probable avance en el uso de drones para la aplicación de fitosanitarios.
Otras acciones que la Comisión propondrá este viernes están relacionadas con la reducción de la carga administrativa a la que se ha comprometido a impulsar la UE, como la exención a las pequeñas explotaciones, de menos de diez hectáreas, de los controles relacionados con el cumplimiento de los requisitos de condicionalidad de la PAC, así como nuevas medidas para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria.
Ricard Ramon ha repasado otras decisiones que se han tomado recientemente, como la exención parcial de las normas sobre tierras en barbecho y el compromiso de aclarar el concepto de fuerza mayor y circunstancias excepcionales, que permite que a los agricultores que no puedan cumplir todos sus requisitos de la PAC debido a acontecimientos excepcionales e imprevisibles fuera de su control (como sequías graves o inundaciones) no se les impongan sanciones. Pero también ha encendido las luces largas para exponer y justificar los planes de actuación de la UE ante dos tendencias globales que no van a mejorar: el cambio climático y la escasez de recursos. Así, ha insistido en las medidas anunciadas para alcanzar la neutralidad climática en 2050 y ha asegurado que “los planes de actuación vinculados al clima” son mucho más severos en otras industrias que en la actividad agrícola y forestal, la única “que no solo emite carbono, sino que también capta”. El responsable de la Comisión defiende la agricultura ecológica, “un sector en el que el consumidor europeo sigue apostando”, así como los eco-esquemas de la nueva PAC, que recoge medidas para asegurar la viabilidad de los suelos y reducir el uso de fitosanitarios.
La Comisión presentará este viernes algunas medidas para facilitar el registro de sustancias biológicas
Valentín Almansa de Lara, director general de Sanidad de la Producción Agroalimentaria y Bienestar Animal, ha expuesto los tres errores que han precipitado la “muerte” del Reglamento de Uso Sostenible de Fitosanitarios, un texto legislativo que considera “mal planteado desde el principio”. El principal, “confundir objetivos con indicadores”, en alusión a los polémicos compromisos de reducción del 50% del uso de estos productos para 2030. En segundo lugar, el establecimiento de zonas sensibles libres de fitosanitarios, un error que fue rápidamente corregido. Por último, la imposición de una carga administrativa “demencial e inasumible”. El responsable del ministerio ha lamentado que “no fue posible encontrar una zona común de entendimiento” entre los organismos europeos para sacar adelante un reglamento de consenso.
Jacobo Herrero, director ejecutivo de IBMA-España, que representa a los fabricantes de productos de biocontrol, ha reconocido que, aunque la asociación defendía el reglamento, su retirada “abre una oportunidad para impulsar el biocontrol”. La asociación propone cambios legislativos para lograr un acceso más rápido a las soluciones de bioprotección.
En la inauguración, la Consejera de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía, Carmen Crespo, ha destacado la necesidad de “lograr el equilibrio entre la rentabilidad y la sostenibilidad, y eso es precisamente lo que se alcanza con la sanidad vegetal. Y la UE no lo ha querido ver, articulando normativas sin alternativas que garanticen ese necesario binomio. Es el papel de las administraciones arbitrar recursos que permitan avanzar la sostenibilidad, pero garantizando la rentabilidad”. Crespo ha anunciado una inversión de 11 millones de euros en herramientas para el control de plagas y enfermedades, refuerzo de personal y en laboratorios. Igualmente, la Consejera de Agricultura ha remarcado el imparable poder de la digitalización en el campo de la sanidad vegetal, “la investigación y la digitalización son la respuesta ante el reto de seguir avanzando en sostenibilidad”.
En la ponencia inaugural, Tomás García Azcárate, científico titular del Instituto de Economía, Geografía y Demografía del CSIC, ha ofrecido su punto de vista sobre la política fitosanitaria europea en el actual contexto de movilizaciones agrarias. Ha señalado sus incoherencias, como la complejidad para homologar productos, la existencia de cultivos huérfanos de soluciones y la falta de reciprocidad con los alimentos importados, pero ha defendido, frente a los defensores de una vuelta al proteccionismo, las ventajas del mercado único, sobre todo para un país, como España, que exporta gran parte de su producción agroalimentaria. “Europa forma parte de la solución y no del problema”, ha zanjado. También ha reivindicado el uso del término de “medicinas de las plantas” para referirse a los productos fitosanitarios.
De los nuevos vientos que soplan en Europa, García Azcárate celebra que se haya acabado el “despotismo ilustrado” de Frans Timmermans, vicepresidente primero de la Comisión Europea entre 2014 y 2023 y Alma mater del Pacto Verde europeo. “No hay agricultura verde en número rojos, la sostenibilidad tiene que ser económica, social y medioambiental”, ha remarcado el doctor ingeniero agrónomo y economista agrario especializado en la PAC, en alusión a los objetivos del Pacto Verde Europeo.
No hay agricultura verde en número rojos, la sostenibilidad tiene que ser económica, social y medioambiental
Carlos León Garrido, presidente del COITAND, Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos y Graduados en Ingeniería Agrícola de Andalucía Occidental (COITAND), ha remarcado en la inuguración la oportunidad de este Symposium como “un evento donde reflexionar, proponer y debatir sobre lo que puede ser la nueva reglamentación en sanidad vegetal después del rechazo del Parlamento Europeo y posterior retirada por parte de la Comisión Europea a la propuesta de Reglamento”. En su discurso, el presidente del COITAND ha querido poner en valor el papel de la receta fitosanitaria: “una prescripción que ya está implementada desde hace años, y a la que solo hace falta modificar ciertos aspectos, y ponerla en positivo, como una herramienta más para alcanzar todos los retos a los que enfrentamos, y que esta sea, como con los médicos y veterinarios, exclusiva de un colectivo que ya está reconocido en la reglamentación nacional. Es decir, aquellas profesiones reguladas de ámbito universitario que acceden directamente al Registro Oficial de Productores y Operadores (ROPO): agrícolas, agrónomos, montes y forestales”.
En este sentido, desde el COITAND proponen un funcionamiento distinto a algo que ya existe: “Así mejoraríamos la percepción de lo que aporta a la agricultura una receta fitosanitaria regulada; primero dando una garantía de hacer un uso efectivo y eficiente de los fitosanitarios; igualmente ante las corrientes que criminalizan el uso, según ellos, indiscriminado de fitosanitarios, evitaría las suspicacias y aseguraría que solo los médicos de las plantas receten, y que hay un control profesional del mismo, evitando entre otros la automedicación y/o innecesaria prescripción a veces”.