Investigadores del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV) han realizado el primer análisis transcriptómico enfocado al descubrimiento de los mecanismos genéticos y moleculares responsables de las diferencias en la compacidad de racimo. 

Una gran parte de los genes expresados diferencialmente en las flores al inicio del cuajado están relacionados con la división celular (absorción de carbohidratos, metabolismo de la pared celular, ciclo celular, metabolismo de ácidos nucleicos, división celular, reparación del ADN) y están favorecidos en clones con racimos compactos. Estos resultados relacionan el número de bayas y el tamaño de la baya en la maduración (mayores en los clones compactos) con la tasa de replicación celular en las flores durante las primeras etapas después de la polinización. Además, las fluctuaciones en la señalización de auxinas y giberelinas y la expresión génica relacionada con el transporte de metabolitos apoyan que estas hormonas juegan un papel central en el proceso de cuajado y afectan al número y tamaño de las bayas. Otras hormonas, como el etileno y el jasmonato, pueden regular de manera diferencial efectos indirectos, como la activación de los mecanismos de defensa o la producción de polifenoles.