La Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca de Murcia acaba de publicar el libro Estructura de costes de los principales cultivos en agricultura ecológica de la Región de Murcia, de José García, del Equipo de Bioeconomía del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA) y colaborador habitual de Phytoma.

Tras la edición de tres libros que describen la estructura de costes de las principales producciones agrícolas de la Región de Murcia en sistema convencional (hortícolas, frutales, olivo, vid y cítricos), esta obra se centra en los principales cultivos en régimen de producción ecológica. De este modo, además de ofrecer información técnica y económica sobre los sistemas agrícolas ecológicos, la obra permite contrastar diferentes sistemas y, por tanto, enriquecer un análisis diferenciado de la producción y del sector agrario regional.

Las aplicaciones de estudios de este tipo son múltiples: especialmente de actualidad está la relevancia de los análisis de costes. En este sentido, la Ley de medidas para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria pretende fomentar la transparencia en la conformación de precios. Además, la información mostrada puede servir para la justificación de costes, ingresos y rentas de actividades agrarias sujetas a algún tipo de ayuda a través de Políticas Agrarias; es decir, puede ir destinada a las Administraciones Públicas. Asimismo, y del mismo modo, puede ser útil para el sector privado, como información de apoyo a la toma de decisiones empresariales.

Las proyecciones del mercado mundial indican que en el Horizonte 2030 el consumo mundial de productos ecológicos podría superar la barrera de los 200.000 millones de euros. España es el primer país de la Unión Europea en superficie de cultivo ecológico, por delante de Francia e Italia. La producción ecológica nacional es muy importante, diversificada y con un claro carácter exportador, sobre todo hacia mercados europeos. “Con la existencia de diferentes modelos productivos es importante contabilizar costes y analizar la viabilidad económica, pero en paralelo se deben evaluar los impactos ambientales asociados, en especial la eficiencia y productividad de recursos fundamentales en la producción, como fertilizantes, fitosanitarios o agua de riego. En determinados cultivos en el sureste peninsular se ha comprobado que las diferencias relevantes están más vinculadas a la productividad que a la cantidad de insumos o impactos asociados a la producción. Ejemplos de cultivos que, debido a su alta productividad en relación a factores de producción, son muy poco impactantes en cultivo convencional son el pimiento de invernadero o la viña, tanto en secano como en regadío. Además, es imprescindible incluir en el análisis la componente social a través de indicadores de cantidad y calidad del empleo generado. En el libro se incluyen indicadores de empleo y de productividad del agua de riego”, explica José García.