La encuesta de los miembros de la Asociación Internacional de Fabricantes de Biocontrol (IBMA) revela que el mercado de biológicos en la Unión Europea superó los 1.600 millones de euros en 2022, lo que representa cerca del 10% del mercado europeo de protección de cultivos.

Las cuatro categorías que engloba el biocontrol (macroorganismos, microorganismos, extractos naturales y semioquímicos) están creciendo. Los primeros aumentaron un 65% en el volumen de ventas desde 2019, gracias a que el proceso de autorización es significativamente más corto. La categoría de sustancias naturales es la que más ha crecido en términos de valor absoluto, con un aumento de 168,3 millones de euros desde 2019. Esta categoría tiende a ser un punto de entrada para los fabricantes de fitosanitarios, que amplían sus carteras de productos para incluir biológicos.

A pesar de que un nuevo producto tarda hasta diez años en ser aprobado y estar disponible en la UE, el mercado del biocontrol se duplicó desde 2016. Sin embargo, el crecimiento se ralentizó entre 2019 y 2022, lo que para la asociación supone “un reflejo de los actuales procesos de autorización”. En comparación, los agricultores de EE UU o Brasil esperan dos o tres años para obtener una evaluación completa de la seguridad y el permiso final de uso de un biológico.

Incluso con estas barreras burocráticas, el mercado europeo del biocontrol registra una tasa compuesta de crecimiento anual (TCAC) de casi el 10%, mientras que el mercado de la protección convencional de cultivos tiene una TCAC de aproximadamente el 4%, según esta encuesta. “Esta tasa de crecimiento refleja la demanda y la necesidad de un control de plagas y enfermedades eficaz y respetuoso con el medio ambiente, sobre todo teniendo en cuenta la disminución de la disponibilidad y la eficacia de muchas soluciones químicas”, subraya IBMA.

Un estudio anterior de IBMA mostró que hay más de un centenar de sustancias en fase de desarrollo para el control biológico que se someterán al proceso de aprobación antes de 2028. Una vez en la caja de herramientas del agricultor, pueden proporcionar un control eficaz de plagas y enfermedades en más de 28 millones de hectáreas, de las cuales 23 millones son cultivos herbáceos.