El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha permitido temporalmente el uso de los productos fitosanitarios formulados a base de fluopyram 25% y trifloxistrobin 25% para el control del oídio en el cultivo del lúpulo. La autorización, que cubre Castilla y León y el municipio gallego de Abegondo, permite dos aplicaciones espaciadas catorce días.
Los ataques del hongo Podosphaera macularis en este cultivo pueden diezmar una plantación entera en unos pocos días, y provocar una pérdida total de la producción al dejar los conos reducidos al raquis de la inflorescencia.
El lúpulo, al ser un cultivo menor, no dispone de suficientes productos fitosanitarios, lo que dificulta el manejo y gestión de sus plagas y enfermedades. No realizar tratamientos conlleva, además, que el porcentaje de conos dañados por esta enfermedad puede exceder el establecido en el contrato de compra de las empresas a las que va destinadas la producción de lúpulo, por lo que esta sería rechazada; las pérdidas pueden ser del 100% para muchos agricultores.
Para poder dar una cobertura fitosanitaria completa en el periodo crítico del desarrollo del cultivo, el ministerio admite la necesidad de incorporar sustancias activas fúngicas que aporten nuevos modos de acción para el control de P. macularis. El año pasado, ya fue necesaria esta autorización en Castilla y León.
El patógeno persiste durante el invierno en forma de micelio en las yemas latentes de la corona y por los chasmotecios (cleistoteicos) presentes en los restos del cultivo infectados en la campaña anterior. Las yemas de la corona infectadas dan lugar a brotes enfermos, sobre los que el hongo formará los primeros conidios (esporas asexuales), que son dispersados por viento, salpicaduras, insectos o por la manipulación en las labores de cultivo. De igual forma, con las lluvias primaverales y temperaturas superiores a los 10 ºC, los chasmotecios maduros liberan las ascosporas (esporas sexuales), que pueden infectar las hojas próximas al suelo. Las colonias del hongo formadas por la germinación de ambos tipos de esporas son idénticas en apariencia.
Afecta a la parte aérea de la planta. En primavera, el primer síntoma observable es la formación en las hojas jóvenes de unas pequeñas ampollas elevadas; sobre ellas se desarrollarán las pústulas blancas características con esporulación pulverulenta. En la parte opuesta de la hoja a estas pústulas, se puede observar una ligera clorosis. A medida que las hojas envejecen se hacen menos susceptibles.
El micelio invade los brotes, deforma y aborta las flores y atrofia los conos jóvenes, en los que causa deformación severa. Los conos atacados en estadios avanzados maduran prematuramente y presentan coloraciones rojizas, síntoma que podría confundirse con el producido por un ataque de araña roja e incluso por otros hongos.