El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación acaba de publicar la Guía de Gestión Integrada de Plagas del espárrago, que recoge un listado de las plagas, enfermedades y malas hierbas que afectan a este cultivo, las medidas específicas a aplicar para zonas de protección, así como las estrategias de control a seguir.

La guía documenta una quincena de amenazas de artrópodos, moluscos y vertebrados, entre las que se encuentran algunas muy comunes como los gusanos del alambre (Agriotes spp.) o el pulgón (Brachycorynella asparagi), así como otras especies que pueden causar afecciones, como los topillos, los conejos o las babosas. Además, la publicación hace referencia a cuatro tipos de hongos: la roya (Puccinia asparagi), el mal vinoso (Rhizoctonia violacea), la fusariosis (Fusarium spp.) y la estenfiliosis (Stemphylium vesicarium). Por último, incluye un listado de malas hierbas, agrupadas en dicotiledóneas y las monocotiledóneas, y en función de si son anuales o plurianuales.

Aunque la guía va dirigida fundamentalmente a las personas que se dedican a la producción del espárrago, permite igualmente que profesionales y especialistas del asesoramiento agrícola puedan ampliar la información del cuadro de estrategia a través de las fichas que vienen recogidas en los anexos y que contienen fotografías y datos de carácter más técnico.

Según señala el propio documento, la guía pretender ser “un escaparate de las medidas alternativas existentes a los medios de control químico, dejando atrás la forma convencional de abordar los problemas fitosanitarios, y acercando todo el conocimiento agronómico que se encuentra latente en materia de GIP”. El objetivo principal de este tipo de publicaciones es que la Gestión Integrada de Plagas sea asumida como un ámbito de mejora de la gestión de las explotaciones para el aumento de su productividad y competitividad a partir de un mayor aprovechamiento de sus ventajas desde el punto de visto económico, social y también medioambiental.

Carlos Romero, de la Subdirección General de Sanidad e Higiene Vegetal y Forestal del ministerio, y Juan Antonio Lezáun, del equipo de experimentación del Instituto Navarro de Tecnologías e Infraestructuras Agroalimentarias (INTIA), son los coordinadores de la publicación, en la que colaboran una docena de profesionales de la sanidad vegetal. Se trata de una publicación que tiene una gran acogida entre las escuelas, facultades y centros de formación en agronomía por su aportación y transferencia de conocimiento en esta materia.