Los investigadores del proyecto Neurice llevan cuatro años secuenciando cientos de variedades de arroz buscando nuevos genes relacionados con la tolerancia a la salinidad y mejorar en el futuro las líneas varietales obtenidas. De entre ellas, seis variedades han comenzado ya el proceso de registro varietal para poder ser legalmente comercializadas. Un total de trece participantes de España, Francia, Italia, Inglaterra, Argentina y China, entre universidades, centros de investigación y empresas, han participado en el proyecto.

En la primera fase del proyecto Neurice (New commercial European RICE), los investigadores introdujeron los alelos de tolerancia a la salinidad en algunas variedades de arroz locales que se utilizan en España, Italia y Francia. Para ello, se ha utilizado la introgresión genética, una técnica de mejora clásica no transgénica. Una vez se introdujeron estos alelos en las variedades locales, se evaluaron en invernadero, en cultivo hidropónico, para detectar aquellas que mejor toleraban la salinidad. Las seleccionadas se llevaron a campo para estudiar su comportamiento agronómico, comparando sus resultados en campos salinizados y no salinizados. Finalmente, de todas las evaluadas en campo se están registrando comercialmente un total de seis variedades (dos en España, dos en Francia y dos en Italia). El próximo paso, una vez presentadas a registro, es ponerlas a disposición de los mejoradores para que puedan estar disponibles en 2022.

En cuanto a la producción de arroz en España, el IRTA y la Cámara Arrocera del Montsià han sido los encargados de evaluar las variedades locales tolerantes a la salinidad y seleccionar las dos que se han comportado mejor, para llevarlas al registro. Además de sus resultados en cuanto a productividad, también han valorado el comportamiento a molino, la calidad y su valor nutricional.

Según el coordinador del proyecto, el catedrático de Fisiología Vegetal en la Universidad de Barcelona ​Salvador Nogués, estas nuevas variedades de arroz permitirán al sector disponer de nuevas herramientas para luchar frente la salinización de los campos derivados de la subida del nivel del mar por el cambio climático y luchar contra la plaga del caracol manzana.