Las primeras reacciones del sector agrario al paquete de ayudas aprobado por el Gobierno para mitigar el impacto de la sequía coinciden en señalar que son insuficientes para paliar los daños provocados por el mayor siniestro en la historia del seguro agrario.

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) reclama que “la grave afectación en el campo requiere apoyos de mayor calado”. Su Secretario General, Miguel Padilla, ha reclamado que “desde ya, se deben disponer ayudas directas extraordinarias para los cerealistas, que en muchos casos no recogerán cosecha alguna. Hablamos de la campaña de siembra más cara de la historia con la cosecha más corta del siglo. Y eso es inasumible. El seguro no resuelve en estos casos las cuantiosas pérdidas que se arrastran”.

El Secretario General de COAG, Miguel Padilla, ha reclamado que “desde ya, se deben disponer ayudas directas extraordinarias para los cerealistas, que en muchos casos no recogerán cosecha alguna. Hablamos de la campaña de siembra más cara de la historia con la cosecha más corta del siglo. Y eso es inasumible. El seguro no resuelve en estos casos las cuantiosas pérdidas que se arrastran”.

Padilla ha destacado las ayudas directas a la ganadería extensiva, principalmente ganaderos de carne y leche de ovino-caprino y vacuno, porque pueden suponer a corto plazo un pequeño balón de oxígeno para afrontar la alimentación suplementaria del ganado con forrajes y piensos ante la falta de pastos. No obstante, el secretario general de COAG ha adelantado que seguirán negociando con el Ministerio de Agricultura para que el presupuesto dispuesto para los sectores agrícolas (276 millones) se ponga ya a disposición del sector para apoyar a los agricultores y cultivos más afectados y que ya han sufrido daños, y ha reclamado un incremento del mismo para responder a la más que probable crítica situación en los próximos meses de verano.

A falta de conocer mejor los detalles del paquete de medidas aprobado, Unión de Uniones destaca que el Gobierno haya establecido ayudas directas a los sectores más afectados, aunque “insuficientes en relación a la gravedad de la situación”, y reclama de las Comunidades Autónomas que aporten recursos adicionales y que todas las administraciones concentren las ayudas en los profesionales del sector cuyas rentas han sido verdaderamente las más perjudicadas por la crisis.

Unión de Uniones cifra las pérdidas de producción de cultivos en unos 4.000 millones de euros, de momento

La organización agraria considera que el paquete adicional de ayudas directas de algo más de 636 millones de euros “está en la buena dirección”, aunque supone “un montante insuficiente” en comparación con unas pérdidas de producción de cultivos que Unión de Uniones evalúa, de momento, en unos 4.000 millones de euros y un incremento del coste de los piensos de alrededor de 6.000 millones. “Estas ayudas no le van a salvar la campaña a nadie, ni combinadas con lo que puedan indemnizar los seguros que cubren la sequía”, responde en un comunicado. “Si las Comunidades Autónomas hacen su parte y, sobre todo si las ayudas se concentrasen en los profesionales, representarían un cierto alivio en una situación que ahora mismo es crítica”, reconoce la organización, que insiste en la importancia de que vayan los profesionales del sector, que son los más vulnerables en el presente escenario, porque sus explotaciones son su medio fundamental de vida. “Las previsiones son nefastas. Habrá que ampliar las ayudas sin más remedio, porque este paquete se quedaría ridículo incluso si llueve. En poco tiempo no se va a estar hablando solo de subida de costes o de pérdidas de cosecha, sino de pérdidas de plantaciones -por ejemplo, de frutales- en las zonas afectadas”.

Por su parte, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) afea que las medidas aprobadas por el Consejo de Ministros “apenas van a beneficiar al campo valenciano y, en todo caso, únicamente a ciertos cultivos de secano, la ganadería y la apicultura, mientras que el regadío valenciano queda excluido pese a los efectos que la falta de lluvias ya está ocasionando”.

Entre las medidas que la asociación echa en falta, señala el “apoyo decidido al regadío y especialmente a los agricultores y entidades de riego que emplean aguas subterráneas, puesto que han empezado a regar tres meses antes que el año pasado y han aumentado un 40% el consumo de agua”. También exige un precio especial para el Kilowatio agrario, permitir de manera indefinida dos cambios de potencia contratada al año y eliminar el tope del gas en el sector agrario.

Cristóbal Aguado, presidente de AVA-ASAJA, advierte de que “2023 es un año muy seco y, aunque la Comunitat Valenciana no es la más castigada por la escasez de agua, gracias a que sus embalses están menos vacíos que en otras regiones españolas, las consecuencias negativas ya son evidentes. El mundo rural del interior de Valencia y Castellón, que se está vaciando, es el que peor lo está pasando. En secano, la mayoría de los cereales ya se han perdido, mientras que se prevén hundimientos de cosechas en uva, almendro y olivar. Incluso se teme que muchas cepas y almendros se sequen hasta tal extremo que acaben muriendo o, en caso de salvarse por futuras lluvias, no recuperen su nivel de productividad”.