La agricultura ecológica de la Comunidad Valenciana continúa consolidándose como un modelo de futuro, tal y como reflejan los datos presentados por el Comité de Agricultura Ecológica de la Comunitat Valenciana (CAECV) en su último informe anual, correspondiente a 2024. A pesar de una ligera reducción del número de operadores y de la superficie certificada, el sector alcanzó un volumen de facturación histórico de 832,9 millones de euros, lo que refleja una clara apuesta por la profesionalización, la rentabilidad y la innovación agroecológica.
La presentación de los datos se realizó en la Consellería de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca y su conseller, Miguel Barrachina, destacó que “en un año tan complicado que comenzó con sequía, acompañado después de severas inundaciones e incluso granizadas localizadas, el hecho de que el sector ecológico haya aumentado su volumen de facturación ayuda y mucho en ese proceso de consolidación de un sector que aporta calidad y sirve de ejemplo para el resto del sector agrícola y ganadero”.
La superficie ecológica certificada disminuyó el año pasado un 3% (134.727 ha) respecto a 2023. Pero tomando como referencia la última década (2014-2024), creció un 95%. Castellón es la única provincia donde si creció en superficie el año pasado (34.356 ha, un 3% más). Viñedos y frutos secos son, con mucha diferencia, los cultivos bajo producción ecológica. Cultivos de secano, como almendro y olivar, crecen en superficie, mientras la sequía reincidente de los últimos años ha provocado el abandono de muchos campos de cereales.
El número de operadoras (4.329) también cayó, un 3,1%, aunque ampliando el foco a diez años, aumentó un 124%.
En el volumen de ventas, que abarca toda la cadena de valor, no solo el sector primario, es donde el crecimiento es sostenido: el año pasado, facturó 832,9 millones de euros, un 13,25% más que en 2023, y un 380% más que los 153,2 millones alcanzados en 2015. En la actualidad, el sector ecológico valenciano comercializa 11.734 productos ecológicos. Vicente Faro, presidente del Comité de Agricultura Ecológica (CAECV) señaló que “el sector ecológico se muestra cada vez más profesionalizado y persigue el doble objetivo de conseguir rentabilidad no solo en cultivos, sino también en los balances de sus empresas”.
Este modelo se revela como una opción eficaz para revertir el despoblamiento rural, fomentar la equidad y garantizar el relevo generacional
En un contexto de crisis climática y sequías persistentes como la que afectó gravemente a la provincia de Alicante en 2024, la agricultura ecológica ha sabido mantener la superficie de regadío y aumentar ligeramente la de secano, con cultivos adaptados como el almendro, el olivo y el viñedo.
Además, la Comunidad Valenciana ha alcanzado una SAU ecológica del 20,1%, lo que la acerca al objetivo europeo del 25% para 2030, y duplica el promedio estatal y europeo (ambos en torno al 11 %). La producción ecológica está presente ya en el 88% de los municipios valencianos, evidenciando su implantación y vertebración territorial: este tipo de agricultura y ganadería aporta, por tanto, unos valores indirectos como la lucha contra la despoblación en las comarcas de interior.
Frente a la tendencia general del sector agrario autonómico, donde el 49,97% de los perceptores de ayudas PAC superan los 65 años y apenas el 5,2% son menores de cuarenta años (según el INE 2023), el modelo ecológico certificado por el CAECV presenta un panorama significativamente distinto: la edad media de las personas operadoras ecológicas es de cincuenta años, seis años por debajo de la media del conjunto del sector convencional.
Además, se beneficia de una mayor presencia femenina: el 30% de las explotaciones ecológicas están lideradas por mujeres. Este modelo se revela como una opción eficaz para revertir el despoblamiento rural, fomentar la equidad y garantizar el relevo generacional.
En la presentación, Mª Ángeles Ramón Llín, directora general de Producción Agraria y Ganadera, agradeció el esfuerzo del comité y del total de operadores por el esfuerzo diario por hacer crecer y consolidar un sector que sirve de modelo para marcar el futuro que debe afrontar agricultura y ganadería.
El crecimiento sostenido de la agricultura ecológica valenciana no se explica solo por los resultados económicos o de superficie. CAEVC, que ostenta la presidencia de las entidades certificadoras de toda España, destaca que la certificación pública aporta un valor diferencial: ofrece transparencia, independencia, participación del sector y costes ajustados, fomentando una confianza creciente por parte del consumidor nacional e internacional. “La combinación de una gestión profesionalizada, un tejido social comprometido y una certificación pública sólida, posiciona a la agricultura ecológica valenciana como una palanca estratégica para una transición agroalimentaria justa y sostenible”.