La Organización Nacional de Protección Fitosanitaria de la República Bolivariana de Venezuela ha confirmado la detección del hongo Fusarium oxysporum f. sp. cubense Raza 4 Tropical en los estados de Aragua, Carabobo y Cojedes. Se trata de la enfermedad más peligrosa de este cultivo por la rapidez de propagación y el daño que causa a las plantaciones de musáceas.

El Gobierno venezolano ha declarado la emergencia fitosanitaria a nivel nacional. En 2021, la Secretaría de la IPPC (Convención Internacional de Protección Fitosanitaria, por sus siglas en inglés) creó un equipo de aplicación y desarrollo de capacidad sobre el Fusarium R4T para favorecer una acción coordinada entre países contra esta enfermedad. Para abordar la gestión de este brote, el secretario de la IPPC se reunió virtualmente con representantes de la Organización Nacional de Protección Fitosanitaria de Venezuela, la oficina en el país sudamericano de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Oficina Subregional de la FAO para Mesoamérica y el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA).

“En Canarias está presente la raza 4 Subtropical, con la que se convive y es manejada relativamente bien mediante enmiendas para subir el pH del suelo, o aplicando hierro y cinc en invierno, y sobre todo ajustando las dosis y frecuencias de riego. R4T es mucho más agresiva”, advierte Javier López-Cepero, director técnico de COPLACA, cooperativa de segundo grado y la mayor organización de productores de plátanos de Canarias.

Este hongo se detectó en Taiwán a finales de los años 60 del pasado siglo y se ha extendido desde entonces a numerosos países, como Jordania, Mozambique, Australia, Israel y también la India, el mayor productor de banano del mundo. La situación se agravó cuando en agosto de 2019 se confirmó un foco en Colombia, y en 2020, otros en Perú. Este salto al continente americano disparó todas las alarmas, ya que puede afectar a toda la producción de banana que se exporta a la Unión Europea desde Latinoamérica o los países de África, Caribe y el Pacífico; sólo Canarias queda fuera de la zona de riesgo. “Es imprescindible que productores, técnicos, administraciones responsables y la sociedad en general conozcan este problema y se tomen las medidas necesarias para que esta patología no llegue a nuestras islas y la platanera en Canarias pueda seguir siendo una referencia agronómica, paisajística, cultural y, por supuesto, económica, cada vez más ejemplar en buenas prácticas y respeto medioambiental”, reclama López-Cepero.