La Comisión Europea no ha renovado la autorización del oxamilo, sustancia activa utilizada como nematicida-insecticida. Los países deben retirar las autorizaciones de los productos fitosanitarios que contengan este ingrediente no más tarde del 1 de agosto de este año, aunque pueden conceder un período de gracia que expirará el 1 de noviembre.

Según el Reglamento de Ejecución (UE) 2023/741, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) llegó a la conclusión de que existe “un alto riesgo de que todos los usos representativos evaluados superen el nivel aceptable de exposición del operario para los operarios incluso con el uso de equipos de protección individual (EPI)”. Además, la evaluación preliminar del riesgo alimentario agudo para los consumidores indicaba “una gran superación de la dosis aguda de referencia para todos los usos representativos en todos los cultivos comestibles”, mientras que la evaluación del riesgo para los consumidores a través del agua potable indicó que “la ingesta máxima teórica diaria del metabolito de las aguas subterráneas IN-D2708 superaba la ingesta diaria admisible (IDA) para adultos, niños y lactantes en todos los usos representativos y que la del metabolito de las aguas subterráneas IN-A2213 superaba la IDA para los lactantes en todos los usos representativos”.

En la actualidad, el oxamilo no es un producto de uso muy generalizado, pero puede ser una herramienta útil para plagas sobre las que cada vez hay menos soluciones disponibles. Por ejemplo, para los problemas de gusanos de alambre (Agriotes spp.) y gusanos grises (Agrotis spp.) y otros insectos plaga de suelos, “sobre los que prácticamente ya no quedaba nada, se pierde otra herramienta útil para diversas condiciones, en plantaciones de cucurbitáceas y solanáceas”, reconoce Antonio Monserrat, responsable del Equipo de Protección de Cultivos del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA), para quien “esta retirada viene a sumarse a la pérdida de herramientas que, para situaciones muy concretas, resulta básica, porque apenas hay otras alternativas”.

En tomate, además de nematicida, tiene un efecto muy interesante sobre vasates (Aculops lycopersici), ya que “no quedan prácticamente alternativas eficaces contra esta plaga, que cada vez genera más problemas”, explica el investigador del IMIDA. Sin embargo, la introducción de míridos en semilleros es incompatible con los tratamientos de oxamilo, por lo que ya no se utilizaba cuando se liberan estos auxiliares.

En el cultivo de la platanera, el uso principal del oxamilo es mediante inyección al tallo contra el picudo negro (Cosmopolites sordidus). “De momento, nos quedarán las trampas de feromonas, que funcionan bien, y sé que desde ASPROCAN (Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias) se están haciendo ensayos para valorar la eficacia como alternativa para inyección con spinosad y lambda cihalotrin, con lo que dependerá de que las empresas titulares y el ministerio se pongan de acuerdo y amplíen el uso, que a día de hoy, y contra picudo, es sólo en pulverizacion al pie de la planta”, señala Javier López-Cepero, director técnico de COPLACA, la mayor cooperativa platanera de Canarias.

“La pérdida de estos fitosanitarios de uso ya menos frecuente tiene también su impacto. Es como si se eliminan fármacos para las enfermedades poco frecuentes, su impacto general en la población puede ser muy pequeña, pero para el que lo necesita el problema puede ser muy importante”, lamenta Monserrat.