Para reducir los daños ocasionados por la polilla del racimo, Lobesia botrana, la Generalitat Valenciana facilitará a los viticultores difusores de feromona para la puesta en práctica de la confusión sexual en vid, tanto para cultivos ecológicos como para convencionales. El plazo para presentar la solicitud finaliza el 21 de enero.

En una carta informativa del Servicio de Sanidad Vegetal, se indica que las cooperativas, SAT, DD.OO., organizaciones profesionales agrarias, ayuntamientos u otras entidades pueden colaborar en esta campaña mediante la agrupación de solicitudes y viticultores, para lo que deberán presentar un listado y la documentación justificativa requerida en cada caso. Cada entidad solicitante deberá agrupar una superficie mínima de 10 hectáreas y será responsable de la gestión, recogida y reparto del producto solicitado.

El reparto se realizará para cubrir la mitad de la superficie declarada, en función de las existencias, siempre que el viticultor se encargue de cubrir la otra mitad de la superficie mediante la compra de cualquier tipo de difusor (pasivo, activo o microencapsulado para pulverización), así como su colocación sobre el viñedo. Por lo tanto, se deberá aportar factura de compra de cualquier producto de confusión sexual, que se encuentre inscrito en el Registro de productos fitosanitarios del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

En cumplimiento del Real Decreto 1311/2012, solo podrán suministrarse productos fitosanitarios para uso profesional a titulares del carné de usuario profesional de productos fitosanitarios. En el caso de que la entrega se realice a nombre de una persona jurídica o del titular de una explotación, quien reciba el producto deberá acreditar que posee autorización o poder de dicha persona jurídica o titular de la explotación para actuar y efectuar la recepción en su nombre.

La confusión sexual, el método de control basado en feromonas más utilizado en el mundo, consiste en emitir al ambiente una concentración de feromona sexual de la plaga en cantidad suficiente para impedir, dificultar o simplemente retrasar el apareamiento, lo que provoca una disminución de la población en las siguientes generaciones de la plaga.