El pleno del Parlamento Europeo ha respaldado el uso de las nuevas técnicas genómicas (NGT), que siguen sujetas a la legislación sobre los organismos genéticamente modificados (transgénicos) de 2001. Ahora, el Consejo Europeo debe adoptar una posición al respecto para poder iniciar las negociaciones a tres bandas (Comisión, Eurocámara y Estados miembros) y sacar adelante la ley definitiva que facilite el uso de técnicas como la mutagénesis dirigida y la cisgénesis.
Las NGT mejoran las plantas al introducir cambios específicos en su ADN. En muchos casos, estas técnicas no requieren el uso de material genético extraño de especies que no podrían cruzarse de forma natural. Esto significa que podrían conseguirse resultados similares mediante métodos tradicionales, como la hibridación, pero el proceso llevaría mucho más tiempo. De esta forma, pueden ayudar a desarrollar nuevas plantas más resistentes a la sequía y otros fenómenos climáticos extremos, o que requieran menos fertilizantes y fitosanitarios.
La votación se ha saldado con 307 votos a favor, 263 en contra y 41 abstenciones. Los eurodiputados están de acuerdo con la propuesta de establecer dos categorías diferentes y dos conjuntos de normas: las plantas obtenidas mediante NTG comparables a los vegetales convencionales o que pueden surgir de forma natural, y las obtenidas mediante NGT con modificaciones más complejas, y que tienen que seguir unos requisitos más estrictos. En ambos casos, los vegetales obtenidos con NTG seguirán requiriendo etiquetado obligatorio.
Los diputados también están de acuerdo en que las plantas obtenidas mediante NGT sigan prohibidas en la producción ecológica, tal como recoge la propuesta de la Comisión. Los eurodiputados modificaron esta para introducir una prohibición total de las patentes para todas las plantas NGT, el material vegetal, sus partes, la información genética y las características del proceso que contienen, con el fin de evitar incertidumbres legales, mayores costes y nuevas dependencias para agricultores y obtentores. Asimismo, solicitan un informe para junio de 2025 sobre el impacto de las patentes en el acceso de los obtentores y agricultores a material reproductivo vegetal variado. “Las NGT son cruciales para reforzar la seguridad alimentaria de Europa y ecologizar nuestra producción agrícola. Las nuevas normas permitirán el desarrollo de variedades vegetales mejoradas que garanticen mayores rendimientos, sean resistentes al clima o requieran menos fertilizantes y plaguicidas. Espero que los Estados miembros adopten pronto su posición para que podamos aprobar las nuevas normas antes de las elecciones europeas y dar a los agricultores las herramientas que necesitan para la transición verde”, ha declarado la ponente Jessica Polfjärd tras la votación.
El COPA-COGECA, entidad que aglutina a las principales organizaciones profesionales agrarias y cooperativas de la Unión Europea, considera esta votación “un nuevo paso en la dirección correcta. Los NGT figuran entre las soluciones prácticas que pueden ayudar a nuestra agricultura a conciliar la producción y la adaptación al cambio climático, manteniendo al mismo tiempo la investigación de vanguardia en la UE”.
Las NGT pueden ayudar a desarrollar nuevas plantas más resistentes a la sequía y otros fenómenos climáticos extremos, o que requieran menos fertilizantes y fitosanitarios
la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (Anove) también ha celebrado la decisión del Parlamento Europeo: “Estas técnicas son fundamentales para que la mejora vegetal en Europa pueda dar un paso de gigante en conseguir una respuesta más rápida a los problemas que surgen en toda la cadena agroalimentaria, desde el agricultor al consumidor”. La asociación recalca que el uso de estas técnicas permitiría acortar significativamente el tiempo necesario para poner una variedad nueva en el mercado: de diez a doce años a apenas cuatro o cinco. No obstante, señala la “incoherencia” de prohibir su utilización en la agricultura ecológica. “Desde el sector esperamos que la decisión que se tome esté basada en la ciencia, pensando en los beneficios que estas técnicas aportan y que ya se usan en muchos otros países en todo el mundo”, remarca Elena Saénz directora de Anove.
Cristóbal Aguado, presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), afirma que “el CRISPR va a permitir a la UE subirse por fin al tren de la innovación y obtener cultivos mejor adaptados al cambio climático, con menos necesidades de productos fitosanitarios y más económicos para el bolsillo de los consumidores. Es una medida beneficiosa no solo para el campo, sino para el conjunto de la sociedad europea”.
Por el contrario, Unión de Uniones había pedido por carta a los eurodiputados españoles que votasen en contra porque alegan que la nueva normativa “no garantizaría la trazabilidad ni el etiquetado de los alimentos producidos a partir de nuevas técnicas genómicas y contribuye a privatizar el material vegetal disponible para los agricultores”.