Un estudio del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón ha determinado que, con una densidad de infestación de cuarenta plantas de Amaranthus palmeri por metro cuadrado, la producción de maíz dejaría de ser rentable. El CITA ha estudiado qué herbicidas, de los autorizados en ese cultivo, son eficaces para controlar esta especie invasora en un trabajo cuyos resultados ha publicado recientemente Phytoma.
A. palmeri, que apareció inicialmente en márgenes de carreteras del nordeste de España, ya está dando problemas en cultivos de verano, principalmente en maíz. En poco más de veinte años, su expansión ha provocado que se la considera una de las malas hierbas más extendidas, problemáticas y económicamente dañinas de EE UU. La complejidad de su control radica en la capacidad de adaptación y en la rápida evolución hacia poblaciones con resistencia a múltiples modos de acción de herbicidas, incluyendo el glifosato, una de las materias activas más utilizadas en el mundo, y la mesotriona, de uso muy común en el cultivo de maíz en España. Algunas de las poblaciones encontradas en Cataluña y Aragón presentan resistencia a herbicidas inhibidores del enzima acetolactato sintetasa (ALS) como el nicosulfuron, otra de las materias activas más utilizadas en el cultivo del maíz para el control de malas hierbas en postemergencia.
El CITA estudió la respuesta de una población de A. palmeri presente en Aragón a distintos herbicidas en cultivo de maíz. El ensayo se realizó en Altorricón (Huesca), en una parcela con historial severo de infestación de esta mala hierba. Se ensayaron nueve tratamientos: ocho herbicidas (cuatro de preemergencia y cuatro de postemergencia), además de un testigo adyacente sin desherbar en cada parcela elemental.
Los resultados, publicados en Phytoma, indican que el control con los herbicidas disponibles es una herramienta de eficacia baja y variable frente a A. palmeri; la mayor dificultad se da en el control de las emergencias posteriores y recurrentes a cada aplicación, ya que esta especie presenta una germinación escalonada. El tratamiento herbicida más satisfactorio fue el de s-metolacloro y mesotriona aplicados en preemergencia, aunque la primera sustancia no se podrá comercializar en la Unión Europea a partir de julio. A pesar de que este tratamiento controló muy bien esta mala hierba inicialmente, “los individuos que sobrevivieron crecieron sin competencia y produjeron una biomasa muy elevada. Es posible que, como solución a corto plazo, combinando este tratamiento de pre con el de post más eficaz (dicamba+prosulfuron) se hubiera evitado ese efecto paraguas y se hubiese conseguido una mayor reducción de biomasa”, sugieren los autores de este ensayo, Ana Isabel Marí, Gabriel Pardo y Alicia Cirujeda.
El tratamiento herbicida más satisfactorio fue el de s-metolacloro y mesotriona aplicados en preemergencia, pero la primera sustancia activa no se podrá comercializar en la UE a partir de julio
Además, dentro del ensayo, se eligieron algunas parcelas elementales con diferente densidad de infestación, para relacionar ésta con la producción de maíz: con 40 pl/m2 de la especie invasora, la producción del maíz ya disminuye por debajo de 12 t/ha, considerado el umbral económico en Aragón. Esta misma regresión predice que, con una densidad de 129 pl/m2, la producción de maíz sería nula. “Estas densidades, en el caso de esta especie, se alcanzan muy frecuentemente en el caso de no realizar un control o cuando éste es deficiente”, advierten los investigadores del CITA, que consideran imprescindible “combinar diferentes métodos de control y continuar con la prevención y detección precoz de esta especie”. La recomendación general para su manejo en el valle del Ebro tiene como base principal la rotación de cultivos, y además de utilizar herbicidas, se aconseja el control mecánico o cultural si existe la infestación con esta mala hierba. La mayoría de productores de maíz siguen sin estar afectados por A. palmeri, por lo que las medidas preventivas (limpieza de maquinaria, vigilancia de los estiércoles que se aplican en parcela), son todavía las más efectivas para evitar la propagación de las infestaciones.