El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación confirma el avance hacia un uso cada vez más sostenible de los fitosanitarios en España, según reflejan los últimos datos de la Encuesta de Comercialización, correspondientes a 2023. Los indicadores de uso sostenible, calculados conforme a la normativa comunitaria, se mantienen estables ese año respecto a 2022, un periodo muy marcado por la sequía. Agricultura destaca el aumento del 2,3% en el uso de productos de bajo riesgo, “lo que refleja la sustitución progresiva de sustancias con mayor impacto por otras más respetuosas con la salud y el medioambiente”.
La comercialización de productos fitosanitarios se redujo un 6% en 2023, con descensos notables en fungicidas (-27%) y herbicidas, en línea con la tendencia de años anteriores; en 2022, cuando comenzó el periodo de sequía, se produjo una caída muy pronunciada en el uso de fitosanitarios, que se mantuvo, aunque con menor intensidad, en 2023. El ministerio defiende que esta reducción de volumen “no ha supuesto un retroceso en la eficacia de la protección vegetal, gracias a la incorporación de prácticas y sustancias más sostenibles”.
Aunque no hay estadísticas de 2024, el ministerio sí dispone de los datos recogidos en el Registro Electrónico de Transacciones y Operaciones de Productos Fitosanitarios (RETO), que por primera vez ofrecen la evolución comparada de 2023 y 2024 a nivel provincial y por materia activa fitosanitaria. El año pasado, se observa una recuperación de las cantidades comercializadas respecto a 2023, con 5,87 millones de transacciones, un 9% más que el año anterior.
Agricultura matiza que los datos del RETO son comparables, con limitaciones, a la Encuesta de Comercialización de Productos Fitosanitario, ya que proceden de fuentes distintas. En cualquier caso, refleja un incremento del uso de fitosanitarios en 2024, un año “de pluviometría casi normal”, pero este aumento es menor que la caída de los años 2022 y 2023.
Agricultura valora de forma muy positiva estos datos, que “reflejan el compromiso del sector productor con la sostenibilidad ambiental y la salud pública”, al tiempo que subraya la importancia de garantizar la sostenibilidad económica de las explotaciones. En este sentido, considera prioritario continuar revisando y adaptando la normativa comunitaria para dotar al sector de herramientas eficaces y sostenibles frente a los retos de la sanidad vegetal.
El refuerzo del Plan de Acción Nacional de Uso Sostenible, cuya actualización no pudo aprobarse en 2024, “habría permitido acompañar mejor esta evolución positiva, especialmente en medidas de formación a los profesionales”, lamenta el ministerio, que sigue trabajando con las comunidades autónomas para poder revisarlo y avanzar en este ámbito.