La Comisión Europea ha decidido no renovar la autorización del insecticida tiacloprid, que expira el próximo 30 de abril, lo que le convierte en el cuarto neonicotinoide prohibido en la UE después de imidacloprid, clotianidina y tiametoxam. Bayer defiende que los productos con esta sustancia activa “pueden usarse de manera segura cuando se aplican las medidas adecuadas de mitigación de riesgo”.

Según se expone en el Reglamento de Ejecución (UE) 2020/23, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) “identificó un problema crítico en relación con la contaminación de las aguas subterráneas por metabolitos de tiacloprid. En particular, se prevé que los metabolitos M30, M34 y M46 aparezcan por encima del límite paramétrico del agua potable de 0,1 μg/l en todos los escenarios pertinentes para todos los usos propuestos del tiacloprid. Estos metabolitos se consideran a priori motivo de preocupación, ya que no puede excluirse que compartan las mismas propiedades carcinógenas de la sustancia activa original tiacloprid, que está clasificada como carcinógeno de categoría 2”.

La EFSA concluye que “actualmente no puede afirmarse que la presencia de metabolitos de tiacloprid en las aguas subterráneas no vaya a tener efectos inaceptables en las propias aguas subterráneas ni efectos nocivos para la salud humana”, y, con la información facilitada en el expediente, tampoco se pueden descartar riesgos para la salud de organismos acuáticos, abejas y plantas.

Los Estados miembros deben retirar las autorizaciones de los productos fitosanitarios que contengan tiacloprid el 3 de agosto de 2020 como fecha límite. Esta sustancia activa desarrollada por Bayer CropScience es utilizada para controlar numerosas plagas en una amplia variedad de cultivos, como Cydia pomonella, el escarabajo de la patata (Leptinotarsa decemlineata), la psila del peral (Cacopsylla pyri), así como numerosas moscas blancas (Trialeurodes vaporariorum, Bemisia tabaci…) y pulgones (Aphis gossypii, Brachycaudus persicae, Myzus persicae…).

La multinacional alemana defiende que “los productos de protección de cultivos a base de tiacloprid pueden usarse de manera segura cuando se aplican las medidas adecuadas de mitigación de riesgos”. Para Bayer, estos productos de protección de cultivos “son una herramienta importante para los agricultores de toda la Unión Europea, especialmente para cultivos menores. Esto se ha demostrado a través de la revisión de más de quinientas combinaciones de plagas/cultivos por parte de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA)”. Bayer considera que se han proporcionado y evaluado pruebas exhaustivas para demostrar la necesidad fitosanitaria de numerosos usos de los productos de tiacloprid en Europa. “Dieciséis Estados miembros confirmaron que sin tiacloprid, las alternativas químicas disponibles son insuficientes para las numerosas combinaciones de cultivos/plagas”, sostiene la compañía.

En 2018, los países miembros de la Unión Europea votaron a favor de prohibir definitivamente el uso al aire libre de los tres insecticidas neonicotinoides por el riesgo que suponen para las abejas silvestres y melíferas. Una decisión muy criticada en su momento por AEPLA (asociación que representa a los fabricantes nacionales de fitosanitarios), que la calificó de “desproporcionada y desafortunada”.

El año pasado, investigadores del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias, la Universitat de València y la Universidad de Wageningen demostraron que, además de por el néctar, los neonicotinoides imidacloprid o tiametoxam también afectan a los insectos beneficiosos a través de la melaza excretada por los insectos hemípteros.