Investigadores del grupo de Bioquímica y Biotecnología de la Universitat Jaume I trabajan en un proyecto financiado por la Diputación de Castellón para conseguir aislar bacterias capaces de fijar el nitrógeno atmosférico en cítricos. Los resultados provisionales, publicados en la revista Phytoma, muestran que, en carencia de hasta un 80% del nitrógeno recomendado para el cultivo, algunos aislados son capaces de mejorar el crecimiento de la planta y los niveles de clorofilas.

El nitrógeno es uno es uno de los macronutrientes necesarios para el correcto crecimiento y desarrollo de las plantas. Su absorción depende de la cantidad presente en el suelo, ya que las plantas son incapaces de asimilar el nitrógeno atmosférico. Por ello, se aplican fertilizantes químicos que, debido a su alta afinidad por componentes del suelo y solubilidad en el agua, han de ser aplicados en grandes cantidades, por lo que resulta un sistema poco eficaz y provoca la contaminación del suelo y del agua por nitratos.

Ciertos microorganismos procarióticos, conocidos como diazótrofos, poseen la capacidad de reducir el nitrógeno atmosférico, en un proceso conocido como fijación biológica de nitrógeno, a través del complejo enzimático nitrogenasa. Estos microorganismos pueden utilizarse como biofertilizantes eficientes, y entre ellos, los microorganismos endofíticos son los más prometedores ya que, al vivir dentro de la planta, pueden poner a su disposición el nitrógeno fijado directamente. Además, la presencia de endófitos no produce ningún daño a la planta; por el contrario, se ha demostrado que pueden ayudar a superar el estrés abiótico y biótico.

En este trabajo, los investigadores han conseguido caracterizar más de setenta aislados, bacterias endófitas de especies silvestres de solanáceas y rutáceas (Solanum nigrum y Ruta graveolens) procedentes de zonas citrícolas de Castellón. Diez de estas cepas se están probando en plántulas de Citrange carrizo para seleccionar aquellas más eficaces en la fijación de nitrógeno. Los resultados muestran que las plantas sometidas a carencia de nitrógeno y que han estado inoculadas con alguna de las cepas testadas muestran un nivel de clorofilas superior al observado en las plantas control sin inocular. Así, la presencia de las bacterias seleccionadas ha conseguido reducir de forma significativa la clorosis debida a la carencia de nitrógeno y, además, las plantas inoculadas con algunas de las cepas testadas fueron capaces de aumentar el crecimiento en condiciones de carencia de nitrógeno, comparado con las plantas sin inocular.

Este estudio confirma, por tanto, que el uso de bacterias fijadoras de nitrógeno puede ayudar a reducir las necesidades de aplicación de fertilizantes químicos. Actualmente, se está trabajando con la puesta a punto de un bioinóculo que pueda ser utilizado en viveros y en campo.