Las lluvias de las últimas semanas pueden favorecer el desarrollo de las enfermedades fúngicas en cítricos, sobre todo alternaría y aguado, según ha advertido la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía.

La alternaria (Alternaria alternata), o mancha marrón del mandarino, es una enfermedad para la que la lluvia y humedad relativa alta y temperaturas cálidas son factores que favorecen su desarrollo en mandarinas e híbridos sensibles como Fortune, Nova o Clemenvilla, Tangelo Minneola y Murcott. Sin embargo, es posible obtener híbridos resistentes derivados de algunas de estas variedades susceptibles, como Safor o Nadorcott. Tras las precipitaciones que se han ido produciendo desde mediados de septiembre, junto a temperaturas cálidas para la época, ya se observan daños en la provincia de Huelva, mientras que en Sevilla se observan daños en algunos árboles de la variedad Nova, en la Vega.

La infección produce en hojas, al principio, puntos de color oscuros rodeados por un halo amarillo, creciendo, posteriormente de forma irregular hasta alcanzar diámetros en torno a un centímetro. Como el hongo produce una toxina, en algunas lesiones la necrosis sigue las nerviaciones. En frutos produce lesiones deprimidas e irregulares, pudiéndose observar, igualmente, un halo amarillo si el fruto aún no ha enverado. Finalmente, se produce la caída de hojas y frutos, especialmente cuando estos son jóvenes.

El Servicio de Sanidad Vegetal andaluz aconseja tener en cuenta la previsión meteorológica para realizar tratamientos fungicidas, y recomienda llevar a cabo medidas preventivas y culturales, como mantener los árboles podados de forma que se facilite una buena aireación; mantener las calles limpias de restos de material que pudiera favorecer la proliferación del hongo y controlar el vigor del cultivo mediante una programación adecuada del abonado nitrogenado y el riego para evitar la entrada de brotaciones extemporáneas altamente susceptibles a la enfermedad.

El aguado es otra de las enfermedades que pueden ocasionar graves daños en el cultivo de los cítricos, y las recientes lluvias podrían favorecer su desarrollo. Además, la actividad de la mosca de la fruta Ceratitis capitata está siendo alta en Andalucía y su picada es una vía de penetración de los hongos que producen pudriciones, como el aguado.

Ocasionada por hongos del género Phytophthora, esta enfermedad afecta a naranjas dulces y mandarinas. Los síntomas se caracterizan por la aparición de pudriciones blandas de color marrón, que van avanzando progresivamente hasta afectar por completo todo el fruto. Mucha de la fruta con síntomas de aguado en campo suele caer al suelo. Cuando los frutos se recolectan con infecciones todavía recientes, las pudriciones suelen desarrollarse posteriormente en el almacén.

Los frutos más susceptibles son aquellos en envero y maduración, especialmente los situados en las faldas de los árboles, más cercanos al suelo, donde los hongos causantes del aguado viven de forma saprofítica y llegan más fácilmente las salpicaduras de lluvia o de barro con los propágulos infectivos de Phytophthora spp. Por todo ello, el Servicio de Sanidad Vegetal recomienda tener en cuenta tanto la meteorología registrada como la previsión de lluvias para tomar las medidas oportunas.

Si no se hubieran realizado a tiempo los tratamientos fungicidas preventivos, conviene realizar medidas culturales dentro de las 48 horas siguientes al cese de las lluvias. Entre ellas, evitar los encharcamientos en las parcelas y que las salpicaduras de lluvia que diseminan los propágulos infectivos de Phytophthora no alcancen a los frutos de las zonas bajas de la copa, además de podar las faldas de los árboles o elevar las ramas inferiores mediante tutores para aumentar la distancia entre los frutos y el suelo de la parcela. Asimismo, el mantenimiento de una cubierta vegetal, como Oxalis spp., durante los meses de otoño reduce el impacto de la lluvia en la superficie del suelo, lo que disminuye la formación de salpicaduras y la diseminación del patógeno.

En cuanto al control químico, los fungicidas de contacto son efectivos frente al aguado, pero las aplicaciones deben realizarse de forma preventiva con antelación al inicio de los períodos de lluvias en otoño. Los fungicidas sistémicos tienen acción tanto preventiva como curativa, por lo que son efectivos también sobre infecciones recientes todavía asintomáticas.