La Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía ha informado de la presencia de la araña marrón (Oligonychus punicae) en un gran número de parcelas de aguacate en la provincia de Granada. Se trata de una plaga secundaria, en la que sus poblaciones fluctúan y solo en años puntuales puede adquirir una mayor relevancia.

Las poblaciones de este ácaro tetraníquido originario de Centroamérica se sitúan sobre el haz de las hojas y solamente en ataques muy fuertes coloniza el envés y el fruto. El daño directo se produce al alimentarse del tejido epitelial de la hoja; provoca una decoloración marrón o bronceado a lo largo del nervio central y las nervaduras laterales hasta cubrir finalmente casi toda la superficie foliar, síntomas que pueden confundirse con los daños por frío o heladas. Cuando las poblaciones son muy altas y persistentes pueden llegar a desencadenar la disminución de la transpiración y fotosíntesis de la planta. Por el contrario, con poblaciones más bajas, los árboles muestran una relativa tolerancia y se recuperan. El daño directo sobre los frutos es poco significativo y solo en árboles muy afectados. La variedad ‘Hass’, que en Granada se encuentra en recolección, es la más sensible a O. punicae.

La fauna auxiliar autóctona ejerce un control biológico satisfactorio. Los depredadores más importantes son los mismos que intervienen en el control natural del ácaro cristalino (Oligonychus perseae), principal plaga del aguacate: los ácaros fitoseidos del género Euseius, Amblyseius y Galendromun, así como los coleópteros del género Stethorus.

Las medidas culturales preventivas se basan en la retirada de las partes vegetales afectadas para contribuir a reducir las poblaciones. También se pueden realizar lavados con agua a presión o jabón potásico en las zonas afectadas. Los estados de desarrollo que se escaparían en un primer lavado, huevos y larvas pequeñas, se pueden controlar con una segunda aplicación. El Servicio de Sanidad Vegetal andaluz recomienda restringir todo lo posible la realización de tratamientos químicos que puedan afectar a los enemigos naturales. Solo de forma puntual y localizada, en casos muy excepcionales, conviene realizar alguna aplicación.