Entrevista al investigador francés Philippe Nicot, científico del Instituto Nacional Francés de Investigación Agrícola (INRA) desde 1989 y presidente del IOBC-WPRS, la sección regional de la Organización Internacional para el Control Biológico que abarca Europa, el norte de África y Oriente Próximo.

Nicot participó en la ceremonia de graduación de la segunda promoción del Master de excelencia Erasmus Mundus PlantHealth, coordinado por la Universitat Politècnica de València y diseñado por un consorcio que incluye seis universidades europeas especializadas en el campo de la sanidad vegetal. Allí defendió los pilares de la Gestión Integrada de Plagas, que sitúa el uso de plaguicidas sólo cuando sea estrictamente necesario, hizo un repaso por la situación del control biológico en la protección de cultivos a nivel mundial y explicó las distintas herramientas de biocontrol disponibles, desde microorganismos y macroorganismos hasta semioquímicos y sustancias naturales. Para expandir el control biológico, el investigador francés admitió que es necesario mejorar el conocimiento de las complejas interacciones entre los métodos de control y saber convertir el conocimiento científico en normas prácticas y operativas para los agricultores.

Hoy en día, ¿es posible la agricultura sin plaguicidas o es poco realista?

Creo que por ahora es un sueño; pero si no tienes sueños, no se hacen realidad. Creo que es bueno tener ambiciones, aunque de momento no parezcan muy realistas.

¿El control biológico se ha desarrollado lo suficiente como para reemplazar a los plaguicidas en el manejo de plagas?

Todavía queda mucho por hacer. No existen plaguicidas para todas las plagas y enfermedades a las que se enfrentan los agricultores, y no es mejor en el caso de los productos de biocontrol. De momento, aunque quisiéramos dejar de usar plaguicidas, no sería posible.

¿Reciben la investigación sobre el control biológico y la industria de biocontrol suficiente ayuda de los gobiernos europeos?

Es una pregunta difícil de contestar. Creo que se ha puesto mucho dinero, pero claro, en un laboratorio de investigación siempre hace falta más para trabajar más. ¿Cuándo podríamos decir que es suficiente? Si comparamos los grandes esfuerzos realizados en Europa con los de otras partes del mundo, creo que deberíamos estar orgullosos de los logros alcanzados gracias al apoyo de la Comisión Europea, incluso aunque este apoyo pudiera ser mayor.

La industria reclama más rapidez en el registro de productos de biocontrol.

No es lo mismo pensar en los esfuerzos hechos en investigación que pensar en reglamentos, y en la Comisión Europea no son las mismas personas las que toman las decisiones sobre este tema. Desde que colaboro con IBMA (Asociación Internacional de Fabricantes de Biocontrol), ese aspecto se menciona siempre. Pero he visto progresos; todavía puede haber más, pero imagina lo que pasaría si las normas de registro de agentes de control biológico se volvieran totalmente laxas y se produjera un gran escándalo ecológico o de salud pública en relación con los productos de control biológico. ¿Qué supondría para la industria del biocontrol? ¿Y para nosotros, como consumidores o como personas que apoyamos la Gestión Integrada de Plagas? Podría ser terrible. Creo que el proceso de registro debe hacerse con cuidado. Es posible que la industria espere que se hagan esfuerzos administrativos para que todo vaya más rápido. Quizá se necesite más experiencia de personas de áreas como la microbiología, la ecología o las ciencias ecológicas en los grupos de expertos en registro de la Comisión.

Como investigador del INRA, ¿cuáles son las principales amenazas para la protección fitosanitaria en Europa?

Las especies invasoras son una gran amenaza para la Gestión Integrada de Plagas porque cuando llegan, la comunidad investigadora tarda un tiempo en reaccionar y en encontrar soluciones, o los agricultores en acostumbrarse a ellas. Cada vez que se detecta una plaga invasora grave, el fenómeno se repite.

En 2020 se celebra el Año Internacional de la Sanidad Vegetal. Como presidente de la IOBC West Palearctic, ¿cuál es el mensaje más importante que la sociedad mundial debería escuchar sobre la sanidad vegetal?

Creo que el Año Internacional de la Sanidad Vegetal será muy bueno porque el público general no sabe tanto de salud vegetal como de temas médicos. Es excelente que se debata este tema. Creo que será una gran oportunidad para hablar sobre los plaguicidas, porque en Europa el público es cada vez más consciente de la amenaza que suponen los residuos de plaguicidas. En Francia cada vez más... En las últimas semanas algunos gobiernos municipales han prohibido los plaguicidas en su ciudad. ¿Qué significa esto para los agricultores que viven en esa ciudad o cerca de ella? ¿Significa que ya no podemos producir? El Año Internacional de la Sanidad Vegetal me parece estupendo porque se van a debatir muchos temas con mucha información científica, más allá de ideologías o de temores básicos.