Scirtothrips aurantii Faure, que apareció en noviembre de 2020, por primera vez en España y Europa, en plantaciones de cítricos de la provincia de Huelva, ya se ha extendido a la provincia de Sevilla. Actualmente, esta plaga cuarentenaria de la Unión Europea se encuentra en zonas demarcadas bajo medidas fitosanitarias obligatorias para su control.

A la veintena de localidades onubenses donde ya está presente la plaga, durante 2022 se sumaron los municipios sevillanos Bollullos de la Mitación, Espartinas, Gelves, Lora del Rio y la capital andaluza.

Esta especie es muy polífaga, se puede encontrar en más de cincuenta especies de plantas en una amplia gama de diferentes familias, es originaria de África y Yemen, donde está muy extendida. Por el momento, en Andalucía se ha encontrado en cultivos de naranjo, mandarino, fresa, frambuesa, mora, arándanos, caqui y aguacate.

El Servicio de Sanidad Vegetal autonómico considera que los periodos críticos de S. aurantii son aquellos en los que los cultivos se encuentran en brotación en un ambiente de temperaturas suaves-cálidas y moderada-alta humedad relativa. El principal daño que provoca es consecuencia directa de la alimentación: los adultos y las larvas se alimentan de las células epidérmicas de las hojas jóvenes, lo que provoca un plateado en la superficie de la hoja, que luego adquiere una coloración marrón. También pueden alimentarse del pedúnculo y ápice de los frutos jóvenes y formar una cicatriz superficial y grisácea en la corteza del fruto, que a menudo forma un anillo alrededor del pedúnculo. En hoja, el daño se observa en el limbo, que presenta escarificaciones o cicatrices alargadas. Estas cicatrices provocan que, al desarrollarse la hoja, la parte afectada no lo haga, lo que provoca deformaciones más o menos pronunciadas.

La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía publicó un folleto divulgativo sobre esta plaga para evitar su propagación. Su potencial de dispersión es alto en presencia de huéspedes y en ambientes favorables. Se desplaza de un lugar a otro de forma natural y a través del movimiento de material vegetal de plantación. A diferencia de otros tisanópteros, necesita sobrevivir en los tejidos jóvenes de las plantas, excepto cuando se convierten en pupas, que sobreviven en la hojarasca y en el suelo. Por lo tanto, la mayor probabilidad de dispersión es a través de plántulas o esquejes con brotes de hojas jóvenes en crecimiento.

Los tratamientos fitosanitarios deben ir dirigidos a los estados de desarrollo que están presentes en la parte aérea de las plantas (adultos, huevos y larvas), ya que los estados que completan su desarrollo en el suelo (pupa y prepupa) están más protegidos y son de menor accesibilidad. Resulta esencial no usar de forma reiterada sustancias activas con el mismo modo de acción, ya que puede provocar la aparición de resistencias. Asimismo, el control químico con piretroides puede afectar a la fauna auxiliar que ayuda a controlar de forma natural a esta especie de trips, como los ácaros fitoseidos y Franklinothrips megalops, y a la posterior proliferación de ácaros tetraníquidos. Operaciones para facilitar la aireación y la entrada de iluminación en el interior de la copa, como podas, dificultan la instalación de poblaciones de la plaga y favorecen la eficacia de los tratamientos.