Thrips parvispinus, que en Almería se encontraba localizado hasta ahora en la comarca del Poniente Almeriense, se ha extendido en la actual campaña al Levante Almeriense. El Servicio de Sanidad Vegetal andaluz confirma que en esta provincia ha aumentado tanto el número de invernaderos de pimiento afectados por la plaga, como su incidencia.

En octubre del año pasado, ya se produjo un incremento muy importante favorecido por las condiciones climáticas. En la zona del Poniente Almeriense, fundamentalmente en los términos municipales de Adra, Balanegra, El Ejido y Roquetas de Mar, afectó al 40-50% de los invernaderos de pimiento. En la mayoría de las parcelas afectadas, los focos fueron de poca entidad, aunque en algunos casos los daños en frutos llevaron a los agricultores a arrancar las plantas.

Sin embargo, este año, tanto el número de invernaderos afectados como la incidencia ha crecido gravemente, y en algunos casos se ha tenido que proceder al arranque de plantas en invernaderos de forma prematura, al inicio de la campaña. El trips se ha extendido al Levante Almeriense, aunque los daños son inferiores en esta comarca.

El Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas de Almería ya dio la voz de alarma y advirtió del “riesgo creciente de que los agricultores abandonen el pimiento, abriendo la puerta a la competencia de otros países productores”. El COITAAL ha publicado una guía descargable, con pautas prácticas para identificar, prevenir y controlar T. parvispinus.

Sanidad Vegetal recomienda priorizar el control biológico, con depredadores como Orius laevigatus y Amblyseius swirskii, desde el inicio del cultivo hasta la recolección. Cuando sea necesario, se debe recurrir a productos fitosanitarios, muy específicos y con el menor impacto posible sobre los enemigos naturales de las plagas de pimiento.

El Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria (IFAPA) ha estudiado la eficacia de Franklinothrips megalops frente a esta plaga. Este depredador destaca por su rápida instalación, reproducción en la planta y compatibilidad con O. laevigatus. Estefanía Rodríguez Navarro, investigadora del IFAPA, presentará los resultados de este trabajo en el II Encuentro Nacional de Asesores, que se celebra el 10 y 11 de diciembre en Feria Valencia.

Tanto el número de invernaderos afectados como la incidencia ha crecido respecto a la anterior campaña, y el trips se ha extendido al Levante Almeriense

Sanidad Vegetal también aconseja la siembra de plantas reservorio al menos un mes antes del inicio del cultivo para facilitar el establecimiento de la fauna auxiliar, ya que ofrecen alimento alternativo y refugio. Estas plantas, a diferencia de las sueltas inundativas, favorecen un control preventivo y resulta más económico al requerir menores dosis de depredadores y parasitoides.

El éxito de la estrategia de control biológico también depende de la estructura del invernadero y sus condiciones de aislamiento. Como medidas preventivas y culturales, conviene reforzar la vigilancia mediante trampas cromotrópicas, tanto en el invernadero como en las antesalas o accesos, con una densidad mínima de 50 placas por hectárea, y colocar mallas de densidad adecuada (al menos 10×20 hilos/cm²) en bandas laterales, cenitales y puertas del invernadero. Los técnicos deben vigilar que no haya roturas en las cubiertas plásticas, además de eliminar las malas hierbas y restos vegetales que pueden ser reservorios de T. parvispinus.

Sanidad Vegetal recuerda que el material vegetal utilizado debe proceder de viveros o semilleros autorizados y que el pasaporte fitosanitario correspondiente tiene que conservarse durante un año.

La aparición de esta especie en plantas ornamentales, y su salto a los cultivos hortícolas de la Región de Murcia y Almería, sobre todo pimiento, ha obligado a replantear en este cultivo las estrategias de control biológico, muy mayoritarias en el sudeste peninsular. El cambio climático podría alargar el ciclo vital del trips en invierno, según los autores de un artículo publicado en la revista Phytoma.

Las picaduras de adultos y larvas en las yemas, muy frecuentes en pimiento, provocan deformaciones en las hojas y en los botones florales; cuando las poblaciones son muy elevadas, pueden abortar las yemas vegetativas y florales. En hojas desarrolladas, los daños se localizan preferentemente en el envés, junto a las nervaduras, donde se localizan las poblaciones de larvas y adultos. Cuando las poblaciones son elevadas, el limbo de la hoja se necrosa y se seca. En frutos desarrollados se aprecian manchas verde-grisáceas en la superficie, que se van tornando blanquecinas y al final adquieren coloraciones marronáceas. En los frutos coloreados el síntoma más frecuente son placas decoloradas y blanquecinas.

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