Turquía y, en menor medida, Egipto han acaparado 1.189 alertas entre 2020 y 2022 por entradas a la Unión Europea de productos hortofrutícolas con materias activas no autorizadas o por superar los Límites Máximos de Residuos permitidos, según un estudio realizado por el equipo técnico de Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos a partir de las notificaciones de los Sistemas europeos de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF). La asociación lamenta que el incremento de las inspecciones no haya sido suficiente e insta a sumar mayores recursos para evitar que se siga produciendo esta situación.

Turquía ha contabilizado 1.072 alertas en los tres últimos años: 267 en 2020 y 424 en 2021, lo que provocó que se incrementaran las inspecciones hasta el 20% de los envíos para limones, naranjas y mandarinas. Sin embargo, las alertas continuaron de una forma casi diaria (381 el año pasado) y este mes ha entrado en vigor una nueva modificación de la normativa comunitaria por la que se incrementa el porcentaje de control hasta el 30% para limones y pomelos.

Por su parte, Egipto tuvo trece alertas en la UE en 2020 y sesenta en 2021 por la entrada de producciones con materias activas no autorizadas o rebasar los LMR autorizados. Esta subida provocó que la Unión Europea incrementara hasta el 20% los controles en naranjas y pimientos porque en el caso de las primeras se detectaban nuevos riesgos para la salud humana, debido a una posible contaminación por residuos de plaguicidas.

“Es necesario exigir una intensificación de los controles oficiales en las entradas de esas mercancías procedentes de Egipto”, reclama Unión de Uniones, que ha enviado un informe al ministro de Agricultura, Luis Planas, y también a la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la UE para que la Comisión Europea adopte medidas urgentes ante la gravedad de las importaciones procedentes de Turquía y Egipto con altos niveles de alertas y sus posibles repercusiones en la salud humana de la ciudadanía europea. Entre esas medidas, demanda un aumento al 30% del control de identidad y físicos para las mandarinas procedentes de Turquía y las naranjas de Egipto y que se amplíen las medidas de control durante un periodo de un año en lugar de los seis meses actuales. También reclama que, si durante ese periodo se observa un incremento del 5% de las alertas en alguna hortaliza o fruto, se cierren automáticamente las importaciones turcas o egipcias de esos productos agrícolas.

Del mismo modo, Unión de Uniones insta a la Comisión Europea a que los países con los que firma acuerdos comerciales asuman un compromiso en la reducción de uso de fitosanitarios y a acelerar los trabajos para implantar las cláusulas espejo en el marco de la Estrategia ‘De la Granja a la mesa’. “Hay que alinear las relaciones comerciales de la UE a las normas de producción europeas. En un contexto de encarecimiento de los costes de producción, es más fundamental que nunca comenzar a exigir a los productos importados de países terceros los mismos requisitos fitosanitarios, ambientales, de seguridad y éticos que están regulados para las producciones europeas”.

Las exportaciones de frutas y hortalizas a la UE procedentes de Turquía y Egipto se han incrementado en los últimos años. En 2021, el primero exportó 30,6 millones de kilos, por 89 millones del segundo, con un volumen de negocio de 245 y 81 millones de euros respectivamente.