Un estudio realizado en Suiza ha demostrado la especificidad de Ganaspis brasiliensis como parasitoide de Drosophila suzukii, una plaga polífaga originaria de Asia y detectada por primera vez en Europa en 2008, que puede atacar una gama muy amplia de frutas cultivadas y silvestres.

G. brasiliensis es el enemigo natural más específico de D. suzukii, aunque la especificidad varía entre las diferentes poblaciones de esta especie. En experimentos de laboratorio, se había demostrado que el grupo genético G1 G. cf. brasiliensis parasitaba casi exclusivamente a larvas de Drosophila spp. alimentándose de frutos maduros.

En junio de 2021, el gobierno suizo aprobó liberaciones experimentales de este parasitoide originario de Asia en jaulas de campo para confirmar su especificidad de huésped en condiciones de semicampo y verificar la especificidad del grupo genético G1 G. cf. brasiliensis a Drosophila spp. en frutas frescas, en condiciones más naturales. Las avispillas liberadas tenían la opción de parasitar larvas de D. suzukii en frutas frescas o la especie nativa Drosophila melanogaster en frutas en descomposición. Los resultados fueron inequívocos: el parasitismo aparente de las larvas de D. suzukii fue del 15%, mientras que solo un parasitoide surgió de D. melanogaster (0,02% de parasitismo). Los autores de este estudio concluyen que las liberaciones en campo abierto del parasitoide no deberían representar riesgos significativos para otros organismos.

La lista de hospedadores de D. suzukii es muy amplia, con alrededor de cuarenta especies botánicas pertenecientes a 21 familias, con preferencia por aquellas con frutos de tegumento fino, como fresa, frambuesa, mora, arándano, entre otros. Su gran capacidad para atacar a las frutas maduras, el amplio rango de hospedadores y el hecho de que existen muy pocas materias químicas activas disponibles que tengan un plazo de seguridad lo suficientemente corto para poder aplicarse los días próximos a la recolección hace necesario buscar estrategias de control alternativas. Actualmente, el control químico se realiza principalmente mediante aplicación de insecticidas orgánicos de síntesis (deltametrina, fosmet o λ-cihalotrina) y espinosinas, sin que existan registros como alternativa a estas materias activas. Por otro lado, métodos biotecnológicos como el trampeo masivo han demostrado ser poco eficaces y costosos cuando la densidad de la plaga es alta.