Un equipo de la Universidad de Córdoba está investigando nuevas formas de contener la propagación de la Xylella mediante unos hongos entomopatógenos que infectan de manera natural a los insectos vectores que transmiten esta enfermedad. Una cepa de Metarhizium brunneum ha conseguido reducir la supervivencia de Philaneus spumarius en pruebas de laboratorio.

El equipo de investigación de la UCO está explorando el uso de hongos entomopatógenos capaces de infectar insectos para reducir el número de vectores que transmiten el patógeno en las cubiertas vegetales y cultivos, e incluso alterar su capacidad para transmitir la bacteria. “Buscamos microorganismos entomopatógenos dentro del propio olivar, en el suelo, en las hojas del cultivo y de la flora arvense”, explica Enrique Quesada Moraga, que participa en el estudio y dirige el grupo de investigación de Entomología Agrícola de la Universidad de Córdoba. “Queremos aprovechar los servicios ecosistémicos del olivar para intentar manejar los vectores. O sea, hacer un control biológico”, añade el entomólogo.

El estudio, publicado en Biological Control, evaluó el impacto de dos cepas como agentes de control del principal vector, Philaneus spumarius: Metarhizium brunneum cepa EAMa 01/58-Su y Beauveria bassiana cepa EABb 01/33-Su.

Primero, se evaluó la patogenicidad de las cepas aplicadas directamente a adultos de P. spumarius, y se demostró que la exposición directa a M. brunneum redujo su supervivencia. Además, se observó una mortalidad significativamente mayor de P. spumarius al alimentarse de plantas tratadas con esta cepa, en comparación con el control. “Nuestros resultados indican un gran potencial para el uso de la cepa EAMa 01/58-Su de M. brunneum en un programa de manejo integrado de plagas de X. fastidiosa”, concluyen los autores del estudio.

La investigación forma parte del proyecto europeo BeXyl, en el que un consorcio formado por 31 equipos de todo el mundo, liderado por el Instituto de Agricultura Sostenible (IAS-CSIC), trabaja para mejorar las medidas de contención y prevención de esta bacteria.

El proyecto acaba de rebasar su ecuador y, de momento, esta nueva estrategia ofrece resultados prometedores. Hasta la fecha, solo se han estudiado en el laboratorio con técnicas moleculares y de bioensayo. Pero a partir del próximo año, se probarán sobre el terreno en las fincas afectadas del sur de Italia, epicentro de la mayor epidemia de Xylella en olivares. “Hay que concentrar mucho la investigación en primavera y verano. Estos insectos no se pueden criar en condiciones de laboratorio”, afirma Quesada.

Hasta la fecha, el foco más importante en Europa es el del sur de Italia. En España, la subespecie pauca, causante del decaimiento rápido de olivo, solo se ha encontrado en Mallorca, en una zona de acebuches.

La investigación forma parte del proyecto europeo BeXyl, que acaba de rebasar su ecuador

En la Unión Europea, las medidas de cuarentena, contención y erradicación de X. fastidiosa son de obligado cumplimiento desde 2013. Sin estas medidas, se estima que la plaga podría generar pérdidas por un valor anual de 5.500 millones de euros, y poner en riesgo 300.000 trabajos relacionados con el cultivo de olivo, almendro, cítricos y vid. Sin embargo, las medidas de prevención y control pueden llegar a tener un impacto importante para los agricultores. Hasta la fecha no existen tratamientos fitosanitarios efectivos una vez que ocurre la infección, por lo que es necesario implementar medidas de contención y erradicación, que implican arrancar los árboles afectados y poner en cuarentena una porción importante del cultivo. El grupo de la Universidad de Córdoba también estudia el impacto ecológico y económico de estas medidas de cuarentena.

Como parte del proyecto Bexyl, varios grupos de investigación nacionales e internacionales están trabajando en medidas de control y contención alternativas, como variantes de plantas resistentes al patógeno o formas de controlar los vectores que ayudan a transmitir el patógeno mediante bioplaguicidas a base de microorganismos entomopatógenos, que es lo que busca el equipo de la UCO.

Además, se están buscando estrategias que sean sostenibles y efectivas en un contexto de cambio climático, además de adaptadas y compatibles con prácticas que el Pacto Verde Europeo y las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) llevan años impulsando. Por ejemplo, en el caso del olivar, estas políticas promueven el uso de cubiertas vegetales durante una parte del año para reducir la huella de carbono y proteger el suelo de la erosión, por lo que en el caso de que la bacteria finalmente alcanzara a los olivares españoles, sería necesario seleccionar cubiertas vegetales que no favorezcan los insectos que ayudan a transmitirla. “Es un equilibrio complicado”, reconoce Quesada. “Estos insectos están en las cubiertas para poner los huevos, para vivir. Hay que implementar medidas de distintas índoles, ver qué cubiertas vegetales pueden perjudicar más a los vectores”.

En 2022, Quesada participó en el Encuentro Internacional Phytoma Nuevo escenario de la sanidad en el olivar: estrategias de control y servicios ecosistémicos, para hablar precisamente del papel de los hongos entomopatógenos en este cultivo. En el ecosistema del olivar se ha detectado la presencia natural de estos hongos en poblaciones de plagas tan importantes como Bactrocera oleae, Prays oleae y Euzophera pinguis. Además, se ha descubierto que pueden contribuir a la promoción del crecimiento vegetal y a la activación de su sistema defensivo, con efectos tan diversos como un mayor desarrollo del sistema radical, mejor nutrición, mayor porte y rendimiento productivo, e incluso su alivio frente a estreses abióticos tales de tipo nutritivo, salino, hídrico o térmico.

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