El proyecto europeo MarginUp! acaba de comenzar con el objetivo de aumentar el potencial de la biodiversidad y la producción de materias primas industriales de base biológica en tierras marginales. Coordinado por el Instituto Leibniz de Ingeniería Agrícola y Bioeconomía (ATB) de Alemania, reúne a 29 socios de ocho países europeos y dos socios internacionales de Argentina y Sudáfrica. La primera reunión se celebró a finales de enero en Mérida, organizada por el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX), uno de los socios de este consorcio.
MarginUp! pretende desarrollar cadenas de valor sostenibles y circulares en territorios locales para producir bioproductos y biocombustibles a partir de materias primas naturales cultivadas en tierras marginales. Se trata de la introducción de cultivos no alimentarios para la obtención de fibras naturales y biomasa, resistentes al clima y respetuosos con la biodiversidad de tierras marginales que tengan una baja productividad.
El proyecto, financiado por la Unión Europea y con una duración prevista de cuatro años, se basa en el aprendizaje de siete casos prácticos, cinco en Europa (España, Grecia, Suecia, Alemania e Hungría), y otros dos en Argentina y Sudáfrica, para aumentar conjuntamente los resultados del proyecto. El caso español se realizará en Extremadura y contará con la participación de varias entidades de la región, lideradas por CICYTEX. Se estudiarán los cultivos del kenaf y el cáñamo en la comarca de Coria (Cáceres) para la obtención de fibras vegetales destinadas a la producción de paneles de construcción en viviendas prefabricadas.
En Grecia, el estudio tendrá lugar en tierras mineras de lignito abandonadas; en Suecia, se trabajará en tierras de barbecho de clima frío; en Alemania, en terrenos pantanosos y humedales; y en Hungría, la propuesta se centra en tierras desérticas de la Gran Llanura. La propuesta de Argentina está orientada a los pastos degradados, mientras que en Sudáfrica se desarrollará en terrenos invadidos por arbustos.
En la actualidad, entre el 60% y el 70% de los suelos europeos están degradados como consecuencia de las prácticas de gestión del suelo, la contaminación, la agricultura intensiva, la urbanización y los efectos del cambio climático. Debido a esto y a otros condicionantes biofísicos que limitan la productividad agrícola, casi el 30% de la región está clasificada como tierra agrícola marginal: es decir, tierra de escaso valor agrícola o de desarrollo porque los cultivos que se realizan en ella valen menos que las rentas que se pagan por acceder a la zona. Si estas tierras siguen degradándose, provocará una mayor pérdida de biodiversidad y daños en los ecosistemas y los ecosistemas circundantes serán más vulnerables a los efectos del cambio climático, incluida la desertificación.
MarginUp! propone soluciones para asegurar el uso, la rentabilidad de las tierras marginales y mejorar su biodiversidad. De este modo, se obtendrá una fuente local abundante de materias primas renovables para producir productos de base biológica de alto valor y, al mismo tiempo, se contribuirá a la restauración y la salud de estos ecosistemas. Otro de los objetivos del proyecto europeo es aumentar la capacidad de las tierras marginales para la producción de materias primas sin entrar en competencia con el ecosistema del territorio, en aras de la gestión sostenible de las tierras y la economía circular.
Entre otras acciones, contempla la creación de un mapa de tierras marginales, un sistema de indicadores de biodiversidad, el estudio del impacto de la implantación de los cultivos no alimentarios en estos ecosistemas e informes de la biomasa producida. Con estas acciones, MarginUp! contribuirá a los objetivos europeos de neutralidad climática y a políticas como el Pacto Verde Europeo, el Plan de Acción de Economía Circular, la Estrategia de Bioeconomía y la Estrategia de Suelos de la UE.