La División de Soluciones Agrícolas de BASF y Boortmalt, el mayor proveedor de cebada maltera del mundo, han anunciado un programa conjunto para reducir las emisiones de CO2 asociadas a la producción de este cultivo en Irlanda. El proyecto piloto ha empezado durante la campaña de 2022 y cuenta con cincuenta agricultores irlandeses seleccionados.

Boortmalt y BASF están proporcionando conjuntamente herramientas y plataformas que promueven prácticas para una agricultura climáticamente inteligente. De esta manera, las dos compañías están ayudando a los productores irlandeses de cebada a reducir sus emisiones de CO2 e incrementar las cantidades de carbono secuestrado para descarbonizar la agricultura y así contribuir a combatir el cambio climático.

Durante las actividades comerciales con sus agricultores, Boortmalt promoverá prácticas innovadoras que los productores podrán implementar como parte del Programa Carbono global de BASF y gestionar todos los datos relacionados. Al mismo tiempo, BASF está desarrollando una plataforma digital conectada con xarvio® FIELD MANAGER, cuyo objetivo es recopilar todos los datos agrícolas necesarios y organizarlos de una forma que puedan cumplir con los requerimientos de los mayores organismos certificadores sobre carbono del mundo. De este modo, la plataforma permitirá a los productores irlandeses de cebada generar certificados de carbono acreditados, que podrán comercializar libremente y así generar un flujo de ingresos adicional gracias a las prácticas sostenibles realizadas en sus explotaciones. Los primeros resultados serán publicados durante 2023 y se usarán para valorar oportunidades parecidas con otros agricultores en Irlanda y en más países.

Este proyecto piloto busca incentivar la participación de los agricultores mediante la generación de certificados de carbono. Boortmalt quiere comercializar los certificados generados junto con la cebada ‘baja en CO2’ y reducir así sus emisiones a lo largo de la cadena de valor. La cebada cultivada de forma sostenible es malteada posteriormente en la destilería Waterford, situada en el sureste de Irlanda, y usada para producir un whiskey con una huella de carbono reducida. “Gracias a la agricultura climáticamente inteligente y a sus prácticas resilientes o que permiten reducir las emisiones generadas en las explotaciones, podemos mitigar los efectos del cambio climático,” comenta Dirk Voeste, Senior Vice President Regulatory, Sustainability & Public Affairs de BASF. “Nuestra colaboración con Boortmalt demuestra cómo contribuir a mitigar los efectos del cambio climático es compatible con la generación de valor para la agricultura y representa un paso importante de nuestro Programa Carbono global, al que seguirán más”, añade.

“En BASF hemos encontrado un partner innovador que ayuda a los agricultores a incrementar sus cosechas de forma sostenible, reducir sus emisiones de CO2 y mejorar la calidad de sus cultivos”, afirma Inge de Winne, Chief Sustainability and Supply Chain Officer de Boortmalt.

Ambas compañías han fijado objetivos ambiciosos para ayudar a los agricultores a reducir las emisiones de CO2 derivadas del trabajo en sus explotaciones. La División de Soluciones Agrícolas de BASF, en su estrategia 2030, se ha comprometido a impulsar una agricultura sostenible; uno de sus objetivos es apoyar a los agricultores para que lleguen a reducir en un 30% las emisiones de CO2 por hectárea de cultivo producido. Por su parte, Boortmalt también se ha comprometido a reducir sus emisiones hasta 2030.