A lo largo de este año, y distribuido por casi todas las zonas citrícolas de la Comunidad Valenciana, se ha detectado un aumento de la presencia de los daños causados por el ácaro eriófido, Aceria sheldoni, comúnmente conocido como ácaro de las maravillas o de las yemas.

Los daños más típicos producidos por este ácaro se dan en limón, produciendo las deformaciones caraterísticas en el fruto, pero en naranja también puede producir deformaciones en los brotes y en los frutos.

Es un ácaro Eriófido, no visible a simple vista, que ataca preferentemente al limonero, causando daños en todas las áreas citrícolas donde se cultiva esta especie. Vive en el interior de las yemas, donde encuentra condiciones idóneas de multiplicación. Se alimenta de las yemas y es muy difícil verlo fuera de ellas.

Los daños más espectaculares se producen en los frutos, como consecuencia de las picaduras de las brácteas y los primordios florales. Las flores suelen abortar, pero las que se desarrollan producen frutos con deformaciones muy intensas.

Debido a las picaduras que efectúa para alimentarse en las axilas de las yemas, causa un ennegrecimiento de las brácteas y a menudo la muerte de toda la yema. Las hojas jóvenes crecen con aparentes deformaciones, adquiriendo formas extrañas, sinuosas en sus bordes y redondeadas en el extremo. En los brotes infectados pueden aparecer gemaciones múltiples que detienen o reducen su crecimiento.

Las flores también llegan a deformarlas. Pero es en el fruto donde causa los mayores daños, deformándolos adquiriendo éstos formas extrañas a las que se las denomina "Fenómenos". Estos frutos no son comerciales. En casos de ataques intensos puede llegar a destruir el 95% de las yemas y deformar el 50% de los frutos.

Control químico

Uno de los tratamientos más efectivos contra el ácaro de las maravillas consiste en la aplicación de materias activas autorizadas.

ABAMECTINA 1,8% P/V

ABAMECTINA 3,7% P/V


Control biológico

Para el control biológico, se buscan algunas especies que atacan a la araña roja (Tetranichus urticae), como Amblyseius californicus o Stethorus puncttillum. Sin embargo, el control biológico de esta plaga actualmente es bastante limitado, teniendo que recurrir a los tratamientos químicos para frenar el avance del ácaro.