Los síntomas más evidentes que presentan las palmeras afectadas, es un aspecto lánguido, con las hojas externas apuntando hacia el suelo y muchas de ellas, especialmente las centrales, marchitas. 

En las axilas de las hojas se pueden observar las galerías que realizan las larvas. Según avanza el ataque, la parte central se va inclinando y la palmera muere cuando se ve afectada la yema apical. En las inmediaciones de la base, se pueden detectar capullos fibrosos en cuyo interior se encuentra la pupa de donde emergerá el insecto adulto que es de un vistoso color rojizo y de gran tamaño, entre 2 y 5 centímetros.

Debido al riesgo de expansión existente, se recomienda a todos los propietarios de palmeras la revisión de sus ejemplares y en caso de tener sospechas de que se encuentran infectadas, avisar con urgencia al servicio de sanidad Vegetal correspondiente.