Se resumen y muestran los síntomas visuales más frecuentes de las virosis que afectan a la vid. Estos síntomas se consideran como una herramienta útil para todos los viticultores (agricultores y técnicos) en la difícil tarea de reconocer la presencia de cepas infectadas por virus y otros patógenos con el fin de evitar su propagación, tanto en campo como en vivero y tender así a su erradicación.
Para conocer estos síntomas se detallan las principales afecciones transmisibles por injerto y la sintomatología que producen en sarmientos, hojas e inflorescencias, citándose los indicadores propuestos para detectarlas de forma eficiente en el caso de que existan.

Se entienden como afecciones transmisibles por injerto todas aquellas patologías, que estando sus agentes productores en los materiales vegetales, en sus células o sus vasos, pueden transferirse a otra planta al ser injertada o unirse, de forma más o menos permanente, a la que posee la afección. Considerándose el contacto o soldadura entre los tejidos como una forma de transmisión eficiente. Pueden transmitirse por injerto virus, viroides y micoplasmas (fitoplasmas) pero también otras patologías fúngicas y bacterianas que afectan a los vasos conductores de las cepas, aunque en este caso la infección suele producirse al ser transportado su inoculo por los instrumentos de corte, estos agentes pueden transmitirse de los patrones o de las púas con yemas, a todo el simbionte que es la planta de vid. Recordemos que los virus son agentes patógenos insidiosos que no pueden ser en la actualidad erradicados.

La única forma de evitar que estas enfermedades afecten a nuestras plantaciones es empleando en ellas materiales libres de estos virus. Para ello es necesario conocer y diferenciar los materiales afectados. Aunque los síntomas en sí mismos no son demostrativos de la existencia de virus sí son buenos indicadores de la posible presencia de estos, especialmente cuando en una cepa coinciden varios de estos síntomas.

Por ello un apartado importante de la sanidad en viticultura, para el mantenimiento adecuado de la rentabilidad y calidad de las producciones es conocer las afecciones transmisibles por injerto. Dentro de ellas, las virosis tienen una especial importancia ya que la existencia de estas puede suponer una reducción de la producción y de la vida útil de las cepas. Una de las formas más claras de mejorar la calidad y producción de nuestros viñedos es la utilización de materiales vegetales libres de virosis graves e insidiosas. El control exhaustivo del estado sanitario de los materiales vegetales es necesario para conseguir que sea posible y adecuada la libre circulación de los mismos dentro de los países miembros de la UE

A este respecto, ni la legislación y las medidas tomadas por los distintos países, ni por la Dirección General de Agricultura en la UE (Directiva 68/193/CEE) parecen suficientes para garantizar el adecuado estado sanitario de estos materiales, ni la libre circulación de los mismos por nuestros países, ni permiten considerar siquiera la posibilidad racional de la entrada de materiales vegetales de vid de países terceros, ya que ni las enfermedades de las que exigen los gobiernos nacionales estén libres sus materiales de vid, ni los métodos de identificación y comprobación de estas afecciones, son los mismos.

Por ello, y pese a la reciente directiva común, los miembros del Comité Internacional de Viveristas de vid (CIP) consideran imprescindible para el libre comercio de plantas de vid, al menos las siguientes exigencias:

a) El conocimiento detallado de las principales virosis de la vid, sus síntomas y sus efectos.

b) La armonización de metodologías a utilizar en la detección de las principales virosis por métodos clásicos (injertos de madera o injertos en verde) y otros más modernos como ensayos serológicos (Elisa), PCR, RFLPs, etc y que, si son adecuadamente fiables y contrastados son los más rápidos.

c) La adecuada y correcta identificación varietal de los materiales vegetales (basada en un catálogo comunitario de variedades de vid).

Todo esto se considera necesario para la existencia de una eficiente Certificación y Conformidad Varietal y Sanitaria Europea. Siendo deseable y exigible una normativa de armonización en el proceso de certificación que se realiza en los diversos países de la UE que ya ha comenzado a ser trasladada a las legislaciones de los distintos Estados miembros.

Los controles sanitarios no son por el momento, en los distintos países miembros de la UE uniformes, ni siquiera por lo que al número de virosis a controlar se refiere en cada país, ya que las reglamentaciones aún vigentes exigen que el material de certificación o el material para exportación (acogido al pasaporte verde) esté libre de ciertas virosis pero en cada país estas exigencias no son las mismas. Así, en España e Italia se exige que el material esté libre de tres virus o complejos de virus.

En Francia se exige a los materiales que estén exentos de 2 o 5 virosis según los casos, en Alemania 7 o 9, en Grecia 3 o 4 y se sugiere el control de hasta 15 virosis en Portugal. De todas formas actualmente se están eliminando algunos biotipos (al menos del enrollamiento) de las exigencias de estar exentos que se requieren a los materiales vegetales de vid.

El número de afecciones transmisibles en la vid es alto: más de 35 virus. De ellos, 29 han sido ya aislados, estudiados y determinados a partir de materiales vitícolas aunque algunos agentes aún no han podido ser adecuadamente aislados, identificados ni correlacionados con síntomas específicos detectables en las cepas.

La postura general del sector es que los materiales vegetales estén libres del mayor número de virosis posibles. De todas formas hay que considerar que de entre todas las virosis detectadas, sólo entre 6 y 10 tienen, o pueden tener, realmente efectos graves sobre la producción, calidad y supervivencia de las cepas dependiendo estos daños de las condiciones ecológicas concretas (factores agronómicos y climáticos) de las zonas de cultivo.

Así, la expresión, virulencia e incidencia de las distintas virosis, de las distintas razas o ecotipos de los virus o complejos viróticos son o pueden ser distintos, en las distintas comarcas vitivinícolas europeas.

Básicamente parece lógico incluir y exigir a medio plazo, aunque eso sí, de forma secuencial y gradual en el proceso de certificación y garantía de los materiales vegetales vitícolas, que estos estén libres de las siguientes virosis:

1. Complejo virótico del "Fanleaf" o Complejo de la Degeneración Infecciosa (GFLV y otros nepovirus asociados AMV, RRV, TBRV) (Foto 1).

2. Complejo virótico "Leafroll" o Enrollamiento Infeccioso (GLRV) en sus distintas razas. (Foto 2).

3. Complejo virótico Stem pitting- Stem-growing" o Madera estriada y corteza acorchada (Grupos SPV, G Kober SGV, LN33SGV, etc.)

4. Jaspeado, "Fleck", Marbrure, (GFLKV)

5. Enfermedad del Festoneado ("Enations")

6. Conjunto de Closterovirus y Trichovirus (GVA, GVB, etc)

7. Phytovirus.

También tienden a considerarse insidiosos algunos fitoplasmas y por tanto deben estar libres de ellos los materiales certificables, debiéndose prestar especial atención en este caso, a la Flavescencia Dorada, a la enfermedad de Pierce y a la Madera Negra Infecciosa.

La detección de virosis y su control debe estar ligado a la incidencia real de las diferentes virosis, que debe basarse en prospecciones exhaustivas de sintomatologías visuales y en la posterior constatación de la presencia de los virus mediante indexajes y controles inmunoenzimáticos específicos o de otros tipos (PCR, RFLP, etc).

Debiendo ser comprobada después esta presencia mediante injerto sobre los materiales leñosos que exige la legislación para cada uno de estos virus y que se indican en el cuadro número uno. Hoy deben considerarse como básicas las comprobaciones de eficiencia de detección de los métodos de indexaje, estudiando el tipo de injerto leñosos y/o en verde más eficiente y rápido así como la adecuación de los métodos ELISA indicando, eso sí, los sueros a utilizar para conseguir la mayor precisión en la detección de nepovirus, closterovirus, y MLO, para así poder comparar los resultados obtenidos por los distintos laboratorios.

Debe también determinarse el momento del ciclo vegetativo de cepas considerado como más adecuado para la detección de los virus, y la relación de la eficiencia de la detección con las condiciones climáticas en las que sea más fácil detectar las infecciones víricas. Todo lo cual debe armonizarse adecuadamente tanto en sus técnicas como en la interpretación de resultados, para conseguir las adecuadas eficiencias de detección y coordinación interlaboratorios que permitan considerar fiables los resultados.

Pretendemos recopilar de forma básica y resumida las principales sintomatologías visuales que pueden asociarse a las diferentes virosis más importantes de la vid. Debemos considerar que estos síntomas no siempre aparecen en todas las variedades y que desde luego no existe una correlación unívoca con el virus. La existencia de un síntoma no indica necesariamente que la planta que lo manifieste, esté infectada por un virus determinado.

También se debe tener en cuenta que en muchos casos existen asociaciones de virus que potencian, o pueden potenciar, síntomas que se consideran indicativos de la presencia concreta de un virus. Por ello en todos los casos esta presencia debe ser confirmada, como se ha indicado, mediante las adecuadas técnicas de indexaje. Ante el avance que actualmente están teniendo las virosis, y pese a las actuales normas y exigencias de certificación de los materiales vitícolas, y al haber aumentado mucho recientemente la circulación de plantas de vid, tanto procedente de viveros nacionales como de internacionales, entendemos como esencial que el viticultor y los técnicos conozcan, en unos casos, y recuerden en otros, los principales síntomas que manifiestan las cepas afectadas por las virosis consideradas como más habituales y extendidas en nuestras diferentes zonas vitícolas.

Es claro que la única forma para evitar estas virosis es no tomar nunca para injertos (ni en campo ni en vivero) material de cepas afectadas y manejar diferenciada y cuidadosamente los materiales de multiplicación. Las cepas con un grupo de los síntomas que mencionamos sí coinciden (y salvo excepciones muy concretas) son un indicativo bastante claro de infección.

Si existen varias cepas juntas o próximas con síntomas y considerando que estas virosis pueden ser transmitidas, en determinados casos, por ciertos vectores que también deben conocerse y combatir, la seguridad del diagnóstico por síntomas es aún más elevado. Debemos recordar que una cepa puede estar afectada por varias de estas virosis y que algunos de estos virus, que suelen estar asociados, se consideran hoy como un complejo virótico concreto.

En esta primera parte se hace referencia a los principales síntomas asociados al complejo del entrenudo corto o Fanleaf (GFV) y al Complejo de enrollamiento infeccioso, Leafroll (GLRaV).

Sintomatologías visuales básicas para el reconocimiento en campo de las principales virosis que afectan a la vid.

1. Complejo de la degeneración infecciosa: Fanleaf Grapevine Virus (GFV)

La sintomatología básica debida a esta virosis y que puede resultar distinta en su intensidad según el cultivar de que se trate, puede agruparse en los siguientes apartados:

a) Sintomatología detectable en sarmientos, ya sea en vegetación de las cepas y/o en agostamiento.

? Bifurcaciones y ramificaciones terminales múltiples. (Fotos 3 y 4).

? Entrenudos fasciados (aplastados) y con doble ( o múltiple) médula. (Foto 5).

? Dobles (o múltiples) yemas en el mismo nudo. (Foto 6).

? Entrenudos muy cortos, entre otros normales y detectados en el tramo central de los sarmientos. (Foto 7).

? Zarcillos de implantación anómala, por ejemplo en los entrenudos.

? Inadecuado enraizamiento (en patrones).

? Gran dificultad de prendimiento en el injerto. Incluso en caso de utilización de injerto verde (en patrones).

? Crecimiento de hijuelos en entrenudos.

b) Sintomatología detectable en hojas.

? Amarilleamientos poligonales en el entorno de los nervios, especialmente en las zonas distales de los mismos.

? Dobles limbos. (Fotos 8 y 9).

? Amarilleamientos completos muy intensos (tonalidades intensas). (Foto 10).

? Ramificaciones nerviales supernumerarias. Soldadura parcial o total de nervios principales y/o secundarios.

? Fasciación de peciolos.

? Deformaciones y/o rizado foliar intenso en la proximidad de los nervios.

? Diminución muy patente del tamaño de las hojas.

? Seno peciolar muy abierto.

? Dientes más agudos y largos de lo habitual en el cultivar de que se trate y con disposición festoneada.

? Filodias en algunas hojas.

c) Síntomas en inflorescencias y/o en racimos.

? Virescencias en las inflorescencias.

? Aplastamiento y/o fasciación en el raquis del racimo (preferentemente de localización distal).

? Proliferación local y puntual de ramificaciones en el raquis.

? Corrimiento sistemático de flores en la inflorescencia.

? Aparición de granos anormalmente pequeños (granilla y granillón). (Foto 11).

? Caída sistemática de granos.

? Disminución del color de los granos y mostos en variedades tintas.

? Modificaciones en los aromatogramas considerados como característicos o tipo de los mostos y vinos del cultivar afectado.

d) Sintomatología y daños en cepas.

? Proliferación de brotes anticipados (arrepollado), a modo de las denominadas escobas de bruja.

 ? Disminución de la fertilidad.

? Disminución de la producción, cepas "rebordonidas".

? Disminución del vigor y debilidad general de las cepas. Achaparramiento.

? Pérdida de longevidad.

? Retraso y/o pérdida de brotación.

Estas sintomatologías, que pueden no indicar nada de forma individualizada, pueden ser determinantes de la existencia del complejo virótico si están asociadas en una misma cepa sometida a observación, o afectan a un grupo de cepas próximas en la plantación. Por otra parte, debemos recordar que determinados síntomas de entre los mencionados son inespecíficos y consecuencia de anormalidades morfológicas o fisiológicas y pueden ser causados por algún otro agente patógeno, problema fisiológico o carencial.

Un caso concreto es el de los entrenudos cortos y aplastamientos que pueden ser consecuencia de carencias en boro, lo mismo ocurre con las deformaciones foliares causadas por carencias de zinc, o consecuencia de acariosis diversas, por ataques de trips, por acción de herbicidas como el 2,4-D o el 2,4-5, TP, etc. Los amarilleamientos pueden no ser debidos a esta virosis sino consecuencia de carencias de zinc, bacteriosis, a través de cicadelidos o por efecto de ciertos micoplasmosis como la flavescencia dorada, por la denominada madera negra o incluso por acción de ciertos herbicidas como diuron, monuron, etc. La depresión vegetativa puede estar causada también por problemas fisiológicos, por eutipiosis u hongos de la madera, etc.

Detectar uno o más síntomas visuales de los mencionados no indica necesariamente la presencia de algún virus del complejo del entrenudo corto (GFV).

2. Complejo de enrollamiento infeccioso: Leafroll Grapevine Virus (GLRaV)

a) Sintomatología detectable en hojas

. Estos síntomas en hojas son más aparentes en zonas cálidas o durante los meses de temperatura más elevada y con gran variabilidad interanual, y pueden concretarse en los siguientes apartados:

? Enrollamiento del borde del haz hacia el envés (comenzando en las hojas de la base de los sarmientos). (Foto 12).

? Enrojecimiento de la hoja conservando sólo los nervios verdes (visible en variedades tintas), este síntoma está ligado a serotipos específicos. (Foto 13).

? Abullonamiento foliar intenso.

? Amarilleamientos sectoriales iniciales en las zonas internerviales (en variedades blancas).

? Decoloración nervial.

? Acartonamiento y rigidez foliar.

? Agostamiento precoz, con tonalidad negro violeta en las hojas, sin caída de las hojas que permanecen mucho tiempo en la cepa. (Fotos 14 y 15).

? Necrosis parcial de las hojas.

? Acumulación de potasio en el peciolo.

? Acumulación de calcio en las láminas foliares.

b) Sintomatologías observables en sarmientos

Estos síntomas pueden resumirse en los siguientes apartados:

? Reducción progresiva interanual del vigor (correlacionada con el patrón empleado).

? Aumento de la sensibilidad a la sequía.

? Aumento de la sensibilidad al frío.

? Deficiente agostamiento.

? Cicatrización de heridas, causadas por pedrisco, heladas, etc., deficiente y problemática.

? Disminución de la fertilidad.

? Reducción de la producción.

? Disminución en el prendimiento de los injertos (en patrones).

? Disminución de la vida productiva de las cepas.

c) Sintomatologías observables en inflorescencias y racimos.

Estos síntomas pueden resumirse en las siguientes observaciones:

? Racimos de menor tamaño del habitual y característico en la variedad. (Foto 16).

? Enverado y maduración muy heterogénea y retrasada.

? Reducción del contenido en azúcares.

? Aumento de la acidez.

? Modificaciones en el aromatograma primario del mosto.

? Modificaciones colorimétricas del mosto.

Algunos de éstos síntomas si se presentan aislados, pueden ser debidos a ataques por cicadélidos o ácaros, o incluso causa de carencias de potasio, magnesio o boro y por ello un solo síntoma no puede ser nunca, de forma razonable, atribuido a la presencia de los agentes productores de este complejo virótico.

Abstract. We are sumarising and showing a useful visual tool for viticultures (farmers and technical staff) in the difficult task of symptoms recognition in its strains due to viruse and other pathogens in order to avoid its dissemination in open fields or tree nursery and to tend to its eradication. For this purpose, we make a description of the main diseases that can be disseminated by grafting, the symptomatology in vine shoots, leaves and/or inflorescences, and the proposed indicators for its detection, in case of existence.

KEY WORDS: Viroses. Grapewine. Symtoms. Detecction. Fanleaf. Leafroll.

 

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