La aparición y expansión de Cacyreus marshalli Butler (Lepidoptera: Lycaenidae) en las Islas Baleares y la Península Ibérica en la última década del siglo XX ha producido daños muy importantes en los geranios cultivados, que llegan incluso a la muerte de las plantas. Con objeto de evaluar las posibilidades de un futuro programa de selección de variedades de geranio resistentes a esta nueva plaga invasora se han estudiado las diferencias entre variedades cultivadas de geranio en su respuesta al ataque del minador. Para ello se ha realizado un seguimiento y muestreo semanal entre mayo y agosto de 2002 en 153 plantas de geranio correspondientes a ocho variedades comerciales de P. peltatum (murcianas) y nueve de Pelargonium zonale (geranios), con nueve plantas de cada variedad.
Se ha observado que los adultos prefieren para posarse y realizar la puesta las variedades de P. peltatum, y sobre todo las de flor doble, a las de P. zonale. La puesta de huevos es tres veces más elevada en las variedades de P. peltatum de flor doble que en las restantes variedades. Las variedades preferidas por los adultos para posarse y/o hacer la puesta son Barok, Chiroco, Lambada y Lulú, todas ellas de P. peltatum de flor doble.
La proporción de huevos que llegan a larvas es sin embargo superior en P. zonale (30)% que en P. peltatum (13%), con notables diferencias entre las variedades de cada especie. Estas diferencias pueden ser debidas en parte al distinto nivel de parasitismo sobre huevos por Trichogramma evanescens Westwood (Hymenoptera: Trichogrammatidae).
Las diferencias en el número de larvas por inflorescencia parecen más relacionadas con las variedades que con las especies. El grupo de variedades más atacadas tiene hasta quince veces más larvas por inflorescencia que el grupo de variedades menos atacadas. Destacan como variedades más sensibles al ataque de larvas la Merkur de P. zonale y la Lambada de P. peltatum. Todo ello demuestra la existencia de notables diferencias entre especies y variedades cultivadas de geranio en relación con la puesta y los daños que produce C. marshalli, sugiriendo que un programa clásico de selección de variedades por resistencia a esta plaga podría dar resultados positivos.

INTRODUCCIÓN

A finales del siglo XIX el entomólogo inglés Butler publicó la determinación de una nueva mariposa de la familia Lycaenidae, bajo el nombre de Cacyreus marshalli, con ejemplares de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), entonces todavía colonia británica. Esta mariposa vivía alimentándose de diversas especies de Pelargonium y hasta hace pocos años se encontró únicamente en dicha zona endémica. Pero dos autores alemanes daban a conocer la existencia de una densa población de esta especie a mediados de noviembre de 1989 en la localidad de Paguera (isla de Mallorca, Baleares) (EITSCHBERGER Y STAMER, 1990). En 1991 se publicó su adscripción a la fauna Europea (SARTÓ I MONTEYS, 1991). Después de Baleares el insecto se encontró progresivamente en otras localidades de la costa este de la Península Ibérica. Los primeros avistamientos en la península fueron Denia (1992), Puçol, Vinaroz y Amposta (1993) (DOLSA Y ALBARRAN, 1996). En diciembre de 1995 ya eran 14 las provincias españolas en que se había citado la presencia de C. marshalli, Baleares, Castellón, Alicante, Valencia, Murcia, Zaragoza, Logroño, Granada, Barcelona, Málaga, Teruel, Madrid, Navarra y Guadalajara (ANKEN, 1996; LALANNE-CASSOU, 1996; SARTÓ I MONTEYS Y MASÓ, 1996).

En cuanto a colonizaciones de otros países, En 1991 se encontró un adulto en Bélgica (TROUKENS, 1991). En Italia se encuentra en septiembre de 1996 en Tivoli (TREMATERA et al., 1997) y en Roma en septiembre de 1998. También se ha encontrado en el sudeste del Reino Unido, Francia y Marruecos (SARTÓ I MONTEYS Y GABARRA, 1998). C. marshalli es un lepidóptero de la superfamilia Lycaenoidea, familia Lycaenidae y subfamilia Polyommatinae. En España existen descritas 84 especies de esta familia, de las que 55 pertenecen a la subfamilia citada. Dentro de esta subfamilia C. marshalli está incluida en la tribu Lampidini junto con otras dos especies peninsulares, Lampides boeticus (L.) y Leptotes pirithous (L.). El adulto es una mariposa de vuelo diurno, con alas de color marrón con margen blanco en la parte superior. Su parte inferior presenta un patrón inconfundible con cualquier otro licénido europeo. Las alas traseras, llevan una cola muy característica.

Los huevos, con forma esférica aplanada de 0?5 mm de diámetro y 0?3 mm de altura son blancos, con una reticulación poligonal esculpida sobre su superficie. Están dispuestos mayoritariamente sobre los sépalos y brácteas de las flores de geranios, raramente sobre las hojas (SARTÓ I MONTEYS, 1992). Las orugas presentan cuatro estadios larvarios. Al nacer tienen aproximadamente 1 mm y son blanquecinas. En 8 días su tamaño se incrementa a 2 mm, adquiriendo una ligera tonalidad verdosa y tres franjas longitudinales rosadas. En el segundo, tercero y cuarto estadio larvario miden 3, 6 y 13 mm. Presentan pelos de color blanco que cubren todo su cuerpo a excepción de la zona ventral. A medida que van mudando su coloración verde y sus franjas rosadas se hacen más nítidas (CLARK Y DICKSON, 1971). Las crisálidas también son peludas, de color verde claro u oscuro, transformándose en marrón uno o dos días antes de la eclosión del adulto.

Los dos primeros estadíos larvarios son endófitos obligados, viviendo generalmente en el interior de las flores. En cambio en los estadios tercero y cuarto la larva es endófita facultativa, por lo que puede alimentarse de hojas e incluso introducirse en el tallo por la parte más tierna y hacer galerías en sentido descendente (SARTÓ I MONTEYS Y MASÓ, 1991). Una vez completado su desarrollo la oruga crisalida fijándose al tallo o las hojas de la planta de geranio, o incluso en el suelo (SARTÓ I MONTEYS, 1992). El ciclo completo de huevo a adulto transcurre en uno a dos meses durante el buen tiempo. En las condiciones climáticas de la costa mediterránea española desarrolla cinco ó seis generaciones al año (SARTÓ I MONTEYS, 1992).

Las plantas atacadas tienen un aspecto inconfundible, con los capullos florales vacíos y ennegrecidos, y los tallos huecos al tacto. Florecen menos y en ocasiones dejan de florecer y pueden morir, sobre todo las que estaban poco desarrolladas al iniciarse el ataque. Pierden, por lo tanto, gran parte de su valor comercial y estético (SARTÓ I MONTEYS, 1992).

Los profesionales viveristas tienen que hacer más aplicaciones de insecticidas, aunque realmente el problema está más en los jardines que en los viveros, ya que el cultivo en vivero se hace en invierno y primavera, época en la que el insecto todavía no tiene una población importante como en el verano cuando está en los jardines. Como consecuencia de la aparición de este insecto los propietarios de jardines y terrazas ya han comenzado a cambiar los geranios por otro tipo de plantas que no tengan este problema, con el subsiguiente descenso de las ventas.

Teniendo en cuenta que el geranio es, con diferencia, la planta ornamental de mayor producción (10 millones de esquejes por año), la nueva plaga representa un duro golpe para el sector de productores de plantas de vivero. Muchos tratamientos químicos se han mostrado ineficaces para controlar la plaga, principalmente debido al comportamiento endófito de esta especie.

Los Servicios de Sanidad Vegetal españoles recomiendan varios plaguicidas que se han aplicado con relativo éxito, como Bacillus thuringiensis, diflubenzuron, flufenoxuron, hexaflumuron, lambda-cihalotrina, alfacipermetrina y benfuracarb. En su hábitat original de Sudáfrica existen enemigos naturales que controlan eficazmente las poblaciones de este lepidóptero, por lo que no constituye una plaga. Clark y Dickson (1972) citan en su entorno natural la actividad antagonista del himenóptero bracónido Apanteles sp., así como diversos dípteros taquínidos.

Cuando aparece en la costa oriental de España, los diversos autores que la observaron manifestaron la ausencia de control biológico en las poblaciones del campo. En 1998 se indica por primera vez la presencia de poblaciones apreciables de un parásito, el himenóptero Trichogramma evanescens Westwood, que parasita los huevos del licénido (SARTÓ I MONTEYS Y GABARRA, 1998).

Las plantas utilizadas en jardinería con el nombre común de geranios pertenecen al género Pelargonium, destacando P. zonale (geranios corrientes ó de mata), con las flores reunidas en grandes cabezuelas, P. peltatum (murcianas, geranios de hiedra o de enredadera), con los tallos caídos o enramados, y P. grandiflorum, especie con flores muy grandes, en grupos de dos o tres, y de floración breve, sólo en primavera (ANTONI et al, 1968). Dos géneros más de la familia Geraniáceas, Geranium y Erodium, son autóctonos de la flora iberobalear, pero no se utilizan en jardinería (ANTONI et al, 1968). Cacyreus marshalli tiene en Sudáfrica como plantas nutricias a especies de los géneros Pelargonium y Geranium.

En Mallorca fue hallado sobre Pelargonium y posteriormente todas las referencias en Europa aluden exclusivamente a este género (SARTÓ I MONTEYS, 1991). Después de analizar multitud de inflorescencias recogidas en campo de P. zonale, P. peltatum y P. grandiflorum, Sartó i Monteys (1997) indica que las hembras de C. marshalli rechazan activamente las inflorescencias de P. grandiflorum como sustrato de oviposición, sugiriendo que este rechazo podría atribuirse a la mayor consistencia de los sépalos de los capullos sin abrir de P. grandiflora que dificultan su perforación por la larva neonata de C. marshalli.

Además, los tallos de P. grandiflora son mucho más lignificados que los de P. zonale y P. peltatum, de forma que posiblemente la oruga no sería capaz de taladrar su interior. Con objeto de evaluar las posibilidades de un futuro programa de selección clásico que obtenga variedades de geranio resistentes a esta plaga, se plantea en este trabajo analizar si existen diferencias importantes entre especies y variedades cultivadas de geranio en su respuesta a diversos parámetros relacionados con el comportamiento y el ataque del minador del geranio a las plantas.

En concreto, se pretende comparar en distintas variedades comerciales de geranio de las especies Pelargonium zonale y P. peltatum los siguientes parámetros: la preferencia del adulto para posarse, el nivel de puesta, el número de larvas por planta, el porcentaje de huevos que evolucionan a larvas y las posibles causas de mortalidad de estos huevos.

Material y metodos

Material vegetal

La experiencia se llevó a cabo en las instalaciones de Viveros SAT Miquel Alós, en Rocafort (Valencia). Se evaluaron nueve variedades comerciales de P. zonale y ocho variedades de P. peltatum. De las ocho variedades de P. peltatum, cinco eran de flor doble y las tres restantes de flor simple. Las plantas se adquirieron en forma de esquejes enraizados en el mes de febrero del año 2002 a la empresa productora de esquejes Vivergal S.L. de La Coruña, que a su vez representa a la firma Fischer de Alemania, propietaria de las patentes de todas estas variedades.

Las variedades elegidas fueron las más empleadas en la temporada 2001-2002 por parte de los viveristas europeos productores de plantas para jardinería. Una vez recibidas fueron inmediatamente plantadas en macetas de plástico negro de 17 cm de diámetro, con un substrato compuesto por tres partes de turba rubia de "sphagnum" de procedencia finlandesa, dos partes de fibra de coco lavada procedente de Sri Lanka y una parte de arena silícea lavada.

A esta mezcla se le añadieron 2?5 kg/m3 de carbonato cálcico, para neutralizar el pH y dejarlo aproximadamente en 5?5, y 1 kg/m3 de abono complejo 20-5-5 con magnesio y microelementos como abonado de fondo. Las plantas se mantuvieron bajo una cubierta de polimetacrilato de metilo sin paredes laterales hasta el mes de mayo, cuando comenzaron los muestreos. No recibieron ningún tipo de tratamiento plaguicida excepto dos aportaciones de granulado helicida (con metaldehído, de nombre comercial Limargan) los días 15 de abril y 15 de julio.

Los riegos se efectuaron en función de la climatología, desde diariamente cuando la temperatura era muy elevada, hasta tres veces por semana. El abonado se efectuó con el riego, añadiendo 1 gramo por litro de abono Hakaphos 20-5-5 (de la firma Basf, con microelementos quelatados en forma de EDTA), al principio del crecimiento como abono de desarrollo. A partir de mayo, cuando la planta ya había desarrollado lo suficiente, se cambió a Hakaphos 15-10-15 a la misma dosis para estimular la floración.

Diseño de la experiencia y muestreos

La experiencia se diseñó con 9 repeticiones para cada variedad, dispuestas totalmente al azar entre variedades y especies. Cada repetición era una maceta que contenía una planta normalmente desarrollada. Los muestreos se realizaron una vez a la semana entre mayo y agosto del 2002. En total se realizaron trece muestreos.

Después de cada muestreo se limpiaban todas las plantas de las flores secas y malas hierbas que contenían, dejando solamente los capullos florales en desarrollo sin abrir. En cada muestreo se contaba el número de inflorescencias por planta, considerando como tal aquella con flores suficientemente desarrolladas para ser receptivas a la puesta de C. marshalli.

Para evaluar el comportamiento de puesta de los adultos se realizaron observaciones continuas durante periodos de tiempo variables entre media hora y una hora en cinco ocasiones. En cada unos de los periodos de observación se anotaba el tiempo que se encontraba posado el adulto sobre una variedad determinada. Estas observaciones se realizaron siempre entre las 12 y las 14 horas, en días soleados, que eran las condiciones idóneas para el vuelo de los adultos.

La puesta y las larvas se evaluaron anotando en todos los muestreos el número de huevos y larvas que había en cada inflorescencia. La inflorescencia en la que se detectaba un huevo se marcaba con un alambre para comprobar a la semana siguiente si había ataque por larvas en dicha inflorescencia. En algunos casos, si se apreciaba algo extraño en el huevo, se recogía para comprobar la existencia de parasitismo o las causas de la anormalidad.

Para comprobar el parasitismo los huevos se dejaban evolucionar confinados durante quince días. Se evaluó también en los muestreos la presencia de míridos, tanto larvas como adultos, sobre las plantas, anotando el número de insectos por planta que se veían a simple vista después de una cuidadosa observación.

Resultados

Nivel De floración

Se observó una gran variabilidad en el nivel de floración, tanto al comparar variedades como al comparar distintas épocas del año. En cualquier caso sí se observó de forma constante que P. peltatum florece casi el doble que P. zonale. El nivel medio de inflorescencias por planta en todos los muestreos realizados para el P. zonale fue de 2,58 ± 0,17, mientras que en el P. peltatum fue de 4,79 ± 0,45, siendo la diferencia estadísticamente significativa (test MDS; P ? 0,0001; F=21,17; g.l.=1, 24). A su vez las variedades de P. peltatum de flor doble florecieron casi el 50% más que las de flor simple. En cualquier caso estas diferencias pueden cambiar al comparar variedades concretas.

Preferencia de los adultos

Los adultos de C. marshalli seleccionaron mayoritariamente para posarse las plantas de P. peltatum. El número medio de paradas de adultos por variedad en P. peltatum fue de 10,75 ± 2,20 mientras que en P. zonale fue de 3,22 ± 1,04, siendo ésta diferencia estadísticamente significativa (test MDS; F=10,31; g.l.=1, 15; P=0,0058). Utilizando el mismo procedimiento de análisis y tomando como dato el tiempo medio de parada en cada variedad en segundos observamos que los adultos de C. marshalli permanecieron posados durante un tiempo medio de 72,1 ± 9,6 segundos en P. peltatum, mientras que sobre P. zonale este tiempo fue de 39,2 ± 7,5 segundos, siendo la diferencia estadísticamente significativa (test MDS; F=4,70; g.l.=1, 113; P=0,032).

Para comparar la preferencia por las distintas variedades se ha procedido a representar en cada una de ellas el tiempo total resultante del producto de los dos parámetros anteriores, el número de paradas que realizan los adultos de C. marshalli y el tiempo medio que permanecen en cada parada (Tabla 1). Podemos observar que la mayoría de las variedades de P. peltatum son las que se encuentran entre aquellas preferidas por los adultos de C. marshalli. Destacan como preferidas para posarse las variedades de P. peltatum Barok y Chiroco.

Comparación del nivel de puesta

Al representar la puesta media por inflorescencia en cada una de las 17 variedades estudiadas (Tabla 1) vemos que todas las variedades de P. zonale y de P. peltatum de flor simple son bastante homogéneas entre sí, mientras que tres de las cinco variedades pertenecientes a P. peltatum de flor doble (Barok, Lambada y Lulú) tienen un nivel de puesta significativamente mayor que las restantes. Haciendo la comparación entre los dos grupos de P. peltatum ( flor doble y flor simple) por separado y el grupo de variedades de P. zonale observamos que la media de huevos por inflorescencia en P. peltatum de flor doble es de 0.33 ± 0.04 (n=65), en P. peltatum de flor simple es de 0.09 ± 0.02 (n=39) y en P. zonale de 0.11 ± 0.01 (n=117).

Hay una diferencia estadísticamente significativa entre P. peltatum de flor doble y las restantes variedades de flor simple (test MDS; F=16,32; g.l.=3, 217; P=0,000). En definitiva, vemos que existen importantes diferencias entre variedades en el nivel de puesta por parte del minador del geranio y estas diferencias parecen estar relacionadas con grupos homogéneos de variedades en lugar de con variedades aisladas, siendo claramente algunas variedades de P. peltatum de flor doble las que muestran niveles de puesta del orden de tres a cinco veces superior a las que se observan en las variedades de P. peltatum de flor simple y a todas las variedades de P. zonale.

Comparación del número de larvas por inflorescencia

Los valores medios del número de larvas por inflorescencia en las dos especies son bastante similares no habiendo diferencia significativa entre ellas (P. peltatum, 0,05 ± 0,01; P. zonale, 0,06 ± 0,01) (Test MDS; F=0,20; g.l.=1, 219; P=0,65). En la tabla 1 observamos por primera vez una diferencia significativa entre P. peltatum var. Lambada y P. peltatum var. Lulú, ya que hasta el momento estas dos variedades siempre habían tenido un comportamiento bastante similar, siendo las dos variedades con mayor nivel de puesta de todas las ensayadas.

Mientras la variedad Lambada muestra una abundancia de larvas vivas que está en consonancia con el nivel de puesta, ya que es la primera variedad en ambos parámetros de todas las variedades comparadas, la variedad Lulú muestra un número de larvas muy bajo si consideramos el nivel de puesta que tiene. Algo similar se puede decir de otra variedad de P. peltatum de flor doble, Barok, que también muestra niveles de puesta superiores a la media y que sin embargo muestra niveles poblacionales de larvas bajos.

En cuanto a P. peltatum de flor simple, las tres variedades presentan un comportamiento homogéneo, sin diferencias significativas entre ellas. El grupo variedades de P. zonale tiene un nivel de ataque de larvas medio o bajo, excepto la variedad Merkur, muy atacada.

Estas observaciones demuestran que no existe homogeneidad entre especies o grupos de variedades en relación con el nivel de larvas vivas que en las inflorescencias, sin embargo sí existen diferencias muy acusadas entre variedades en este parámetro.

Las variedades con más larvas poseen hasta 15 veces mayor nivel poblacional de éstas comparadas con las variedades menos atacadas.

Mortalidad de los huevos

Las dos especies de Pelargonium comparadas muestran diferencias importantes en mortalidad de huevos, ya que esta es del 30,25% ± 4,15 en P. zonale, y del 13,38% ± 2,39 en P. peltatum (test MDS; F=11,61; g.l.=1, 202; P=0,0008). En la Tabla 1 se observa que en general las variedades de P. zonale son las que muestran mayor porcentaje de huevos que pasan a larvas, ya que las cinco variedades con el porcentaje mas alto son de esta especie.

A lo largo de los muestreos y en seis fechas distintas se realizaron observaciones sobre las causas de mortalidad de los huevos puestos sobre las inflorescencias. Estas fechas comprendían desde mediados de junio hasta mediados de agosto. En total se observaron y se siguió la evolución de doscientos huevos, 158 en P. peltatum y 42 en P. zonale.

Como resultado de estas observaciones se separaron los huevos en tres tipos, aquellos que habían eclosionado normalmente, en los cuales se veía el orificio de salida de la larva, aquellos que aparecían desecados y vacíos con el corion transparente, y por último aquellos huevos que habían sido parasitados, que se mostraban de color oscuro y con un orificio redondo de salida del parásito. Globalmente el porcentaje de huevos desecados fue de alrededor del 30% de los observados y el porcentaje de huevos parasitados de otro 30%, correspondiendo por tanto, aproximadamente el 40% restante a la proporción de huevos que habían evolucionado normalmente a larvas.

El porcentaje de huevos muertos por desecación fue relativamente estable a lo largo de todas las fechas del muestreo y además fue similar en las dos especies estudiadas P. zonale y P. peltatum.

En cuanto al parasitismo, también se muestra relativamente constante durante los tres meses que duraron los muestreos. Sin embargo, sí parece haber diferencias de parasitismo entre las dos especies de Pelargonium, ya que en promedio de los 158 huevos observados en P. peltatum, el 35% aparecieron parasitados, mientras que de los 42 huevos estudiados de P. zonale solo el 7% mostraron parasitismo.

Esta diferencia de parasitismo entre las dos especies parece consistente si se analizan cada una de las fechas de muestreo por separado, ya que en los cinco muestreos de P. peltatum donde había un número de huevos representativo, el porcentaje de parasitismo osciló del 21 al 64%. Por su parte en los dos muestreos de P. zonale donde el número de huevos observados fue representativo el porcentaje de parasitismo fue del 7% en los dos casos.

Esto nos lleva a concluir que los huevos de C. marshalli puestos sobre P. zonale parecen encontrarse mucho menos parasitados que los huevos depositados sobre P. peltatum. Todos los parásitos que encontramos en los huevos pertenecían a la misma especie, que identificamos como Tricogramma evanescens, ya citada anteriormente por Sartó i Monteys y Gabarra (1998) parasitando C. marshalli en España. Nuestro estudio pone de manifiesto que la presencia de este parásito es bastante común, ya que se ha encontrado en todos los muestreos de nuestra experiencia en los que se han observado huevos de C. marshalli.

Presencia del mírido Diciphus errans

En el transcurso de las primeras observaciones y conteos sobre las plantas de geranio se observó la presencia de un insecto heteróptero perteneciente a la familia de los míridos que se encontraba en abundancia y moviéndose activamente entre las hojas y las flores de las plantas. Se obtuvieron ejemplares adultos de este insecto y se identificaron con ayuda de las claves adecuadas (Goula y Alomar, 1994).

El mírido resultó ser Dicyphus errans (Wolff), especie relativamente abundante en la zona mediterránea y conocida por su presencia en plantas cultivadas y ornamentales de todo tipo. Dado que la familia míridos incluye especies que presentan hábitos fitófagos y depredadores a la vez, se pensó en la posibilidad de que este insecto estuviera alimentándose del minador del geranio.

En los primeros conteos se observaron huevos con aspecto de conservar sólo el corion transparente que pensamos que podrían haber sido depredados por el mírido. Con el fin de comprobar la acción de este insecto sobre las poblaciones del minador se decidió realizar un conteo de su abundancia estacional en los muestreos, y al mismo tiempo se realizaron observaciones cuidadosas de míridos en estado adulto y en estado larvario capturados para comprobar si realmente se alimentaban de los huevos.

Para ello se dispusieron en recipientes cerrados los insectos con huevos normales a su disposición y se mantenían recipientes similares con huevos normales y sin míridos. Estos experimentos se repitieron en varias ocasiones y finalmente la conclusión fue la de que los míridos no parecían ser los causantes de la desecación de los huevos. No observamos en ningún caso mayor incidencia de huevos desecados en los recintos donde se habían confinado los míridos con los huevos.

Al mismo tiempo llegamos a la conclusión de que los huevos que aparecían como vacíos se debían a causas climáticas, a desecación por altas temperaturas, ya que solía observarse este fenómeno en zonas de la planta más expuestas al sol. El número de míridos por planta fue relativamente abundante, alrededor de 1, al inicio del muestreo en el mes de junio.

Posteriormente descendió acusadamente y desde mediados de julio hasta mediados de agosto se mantuvo en niveles de 0,1 a 0,2 míridos por planta. Se encontraron tanto adultos como larvas, normalmente con mayor proporción de los primeros. El comportamiento de estos míridos no es el mismo en las dos especies de Pelargonium muestreadas.

Casi todos los míridos se encontraban sobre P. zonale. La media del número de míridos por planta en el conjunto de los muestreos fue de 0.78 ± 0.12 en P. zonale y de 0.02 ± 0.01 en P. peltatum. Dados los hábitos fitófagos que se conocen en buena parte de esta familia y considerando que P. zonale posee unos pelos glandulares en gran abundancia que no tiene P. peltatum, posiblemente la presencia de estas sustancias excretadas por los pelos glandulares atraen a los míridos y hacen que estén casi en su totalidad en P. zonale.

No cabe descartar que estos míridos tengan una acción depredadora, pero no sobre huevos de Cacyreus marshalli y en todo caso estarían alimentándose de otros insectos presentes en las plantas como pueden ser trips.

Conclusiones

Según las diversas observaciones llevadas a cabo en este trabajo en relación con el comportamiento del minador del geranio Cacyreus marshalli cuando ataca a Pelargonium peltatum y P. zonale, podemos llegar a las siguientes conclusiones: - Los adultos de C. marshalli se posan tres veces más y permanecen casi doble tiempo cuando se posan sobre P. peltatum que sobre P. zonale.

Las variedades de P. peltatum preferidas para posarse son de flor doble (Barok, Chiroco, Lulú y Sophie cascade).

Dentro de las variedades de P. zonale la preferida es Charman. Las diferencias entre variedades son muy importantes.

- El número medio de huevos por inflorescencia en las variedades de P. peltatum de flor doble es tres veces más alto que en las restantes variedades. Las variedades con más puesta son todas ellas de P. peltatum de flor doble (Barok, Lambada y Lulú). La puesta en estas tres variedades es de seis a siete veces más alta que en las variedades con menor nivel de puesta.

- En relación con el número de larvas por inflorescencia, no existe relación con la especie, pero si hay diferencias muy importantes entre variedades. Las de mayor población de larvas (P. peltatum variedades Lambada y Comedy y P. zonale variedad Merkur) poseen hasta quince veces mayor nivel poblacional que las variedades menos atacadas, que son P. zonale variedad Montevideo y P. peltatum variedades Lulú y Sophie cascade.

- La proporción de huevos que pasan a larvas es del orden del 30% en P. zonale, muy superior a la observada en P. peltatum (13%). Esta diferencia parece ser debida en parte a que los huevos depositados sobre P. zonale sufren parasitismo por Trichograma evanescens (Hymenoptera: Trichogrammatidae) en mucha menor proporción que los depositados sobre P. peltatum. La variedad en que esta proporción es más elevada es Merkur (P. zonale) con el 64 ± 13%, mientras que la variedad en que esta proporción es menor es Lulú (P. peltatum) con el 3,6 ± 2,8%.

- En líneas generales podemos decir que la preferencia de los adultos de C. marshalli para posarse y realizar la puesta es mayor en P. peltatum, sobre todo en las de flor doble. Sin embargo, la viabilidad de la puesta parece más elevada en general en P. zonale y la abundancia de larvas depende de la variedad. Ello puede ser debido en parte a que el parasitismo sobre huevos es mucho más elevado en P. peltatum.

- Las grandes diferencias en relación con los parámetros medidos de preferencia, puesta y daños que produce C. marshalli entre las distintas variedades de P. zonale y P. peltatum sugieren que un programa clásico de selección de variedades por resistencia a esta plaga del geranio podría llegar a resultados positivos y obtener líneas resistentes a esta grave plaga.  

 

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