Durante la última asamblea general de AEPLA no sólo se produjo un cambio en la Junta Directiva y en la Comisión Permanente, también se promovió un punto y aparte que se inició con un cambio de filosofía en la Asociación como referente en el sector fitosanitario. En dicha asamblea, D. Ernesto Doménech era elegido nuevo Presidente de AEPLA, mientras que D. José Ignacio Cadahía Bielza, anteriormente Director Técnico de la Asociación, era nombrado nuevo Director General de AEPLA.
Una nueva etapa que pretende, entre otras muchas cosas, ofrecer un foro a los asociados donde expresar sus inquietudes que, de forma corporativa, se puedan trasladar a la Administración, sirviendo la Asociación como auténtico intermediario en defensa de intereses comunes.

Licenciado en Ciencias Geológicas por  la Universidad Complutense de Madrid  (1982) y Master en Gestión y Administración  de Empresas (MBA) por  el Instituto de Empresa de Madrid  (1993), D. José Ignacio Cadahía Bielza  posee una amplia experiencia profesional  en el sector de la Sanidad Vegetal  desde el año 1982. Responsable  de los departamentos técnico, desarrollo  y marketing de Sanidad Vegetal  de varias empresas nacionales y  multinacionales.  En la actualidad es Director General y  Técnico de AEPLA (Asociación Empresarial  para la Protección de las  Plantas). 

En el desarrollo de la última  Asamblea General de AEPLA no sólo  se celebraron también elecciones a cargos  electos y vocales de órganos de  gobierno, sino que también parece que  se inició un cambio en la filosofía de  la asociación, ¿cuáles serían los pilares  de esta nueva etapa? 

En efecto, este año se celebraron  elecciones a órganos de gobierno y  cargos electos, un proceso que se produce  cada dos años y ha dado como  resultado una nueva Junta Directiva y  Comisión Permanente.  También es cierto que se ha iniciado  un cambio de filosofía en la Asociación  consistente en la intención de  que AEPLA sea un referente en el sector  fitosanitario, tanto para las empresas  fabricantes como para las administraciones  y otros sectores implicados  en cuestiones comerciales, y en  hacer valer el respeto de un marco de  rigor y veracidad en los procesos de  homologación y registro. 

Para los asociados, AEPLA pretende  prestar servicios con valor añadido  y ofrecer un foro donde expresar  sus inquietudes que, de forma corporativa,  se puedan trasladar a la Administración,  sirviendo la Asociación  como auténtico intermediario en defensa  de intereses comunes. Históricamente  se nos ha identificado con las  grandes empresas pero, no olvidemos  que dos tercios de nuestros miembros  son medianas y pequeñas empresas  también de accionariado nacional. 

Nuestra visión va más allá de intereses  concretos. El mercado necesita de  la existencia de todo tipo de empresas  para innovar y desarrollar productos y  ofrecer soluciones diversas para los  agricultores. AEPLA tiene ese espíritu  en mente a la hora de afrontar los  numerosos retos que se presentan.  Para el resto de interlocutores esperamos  ofrecer un talante más abierto  dialogante y colaborador. 

¿Qué valoración haría de la industria  fitosanitaria española con los  datos que dispone del ejercicio anterior? 

La industria fitosanitaria española  ha vivido importantísimos cambios  en la última década. Un entorno cada  vez más difícil y regulado, un sector en  constante proceso de concentración y  adaptación, en algunos casos traumática  y un cada vez menor número de  profesionales. 

El mercado lógicamente ha sentido  las consecuencias de estos cambios  fruto del vuelco reglamentario que  hemos vivido en Europa y España con  multitud de nuevas legislaciones, normativas  y desarrollos de las mismas.  Desde 2002 se ha notado una importante  y rápida evolución del mercado  como consecuencia de la aplicación  de directivas y normas establecidas en  la UE que afectan a todos sus Estados  miembros. 

La evolución de la revisión Comunitaria  de sustancias activas plaguicidas  ha provocado la eliminación  de un considerable número de sustancias  activas del mercado, que en España  ha afectado a más de 250 sustancias  y más de 300 productos.  Ha disminuido la oferta de soluciones  en la Sanidad Vegetal. Particularmente  grave es la situación de los  insecticidas en algunos cultivos, y ha  aumentado el mercado ilegal, aunque  afortunadamente hemos visto recientes  acontecimientos que parecen encaminarse  a la solución adecuada de  ordenamiento y control de esta situación.  Considerando los avatares del  mercado europeo, que inicia una espiral  descendiente ya en 1998, recuperada  ligeramente en 2002, el mercado  español se ha mantenido de manera  muy estable. 

Las cifras de ventas del año pasado  aumentaron un 2,10% con respecto  al año anterior, con una facturación  total de 649,44 millones de euros.  Este índice es muy similar al de  anteriores años durante los que nos  hemos mantenido por debajo del IPC.  Este es un mercado maduro desde hace  años cuya estabilidad es ya de por  sí un logro.  ¿Cuáles son los retos que debe  afrontar AEPLA durante este año?  Los retos y los frentes son muchos.  El primer reto será seleccionar  aquellos temas realmente fundamentales  para el mercado y el sector. Nosotros  trabajaremos con entusiasmo  para contribuir a las soluciones. 

En respuesta a los cambios de  normativa que nos afectan con numerosos  nuevos requerimientos, desde  la Asociación se ha trabajado y se reforzarán  las acciones para establecer  las bases de un diálogo con la Administración,  para que la aplicación de  las normas sea racional y viable. También  estamos muy comprometidos en  explicar y ayudar a situarse en estos  nuevos contextos a los agricultores con  la colaboración de la distribución. Para  ello ya hemos elaborado material  explicativo de nuevas normas que afectan  a los productos y su uso, y cuyo  origen y motivación no siempre es clara  para los agricultores o incluso para  los técnicos. Por ejemplo, la entrada  en vigor del Real Decreto 255 de clasificación  y etiquetado este verano, ha  generado muchas dudas entre los  usuarios ya que afecta a muchos aspectos  en el uso de los productos,  desde su capacitación hasta la protección  personal y requería una explicación  que quizás no se había aclarado  suficientemente para usuarios.

En AEPLA  pretendemos de alguna manera  llenar esos vacíos de información que  se crean en la gestión administrativa  de las cosas.  En cuanto al mercado ilegal, que  es definitivamente un tremendo reto  para el sector, hemos hecho ya muchas  cosas encaminadas a apoyar las  denuncias de nuestros miembros, concienciar  a los responsables del control  del mercado y a recabar información  más completa y concreta sobre la situación  que esperamos compartir con  al administración este año. 

¿Qué papel va a jugar la comunicación  en esta nueva etapa? 

La comunicación está al servicio  de las prioridades estratégicas de la  industria y también la respuesta a los  retos anteriormente relatados. Cada  situación que prevemos y que se presenta,  requiere un análisis desde el  punto de vista de la comunicación. 

Debemos ser capaces de aportar soluciones  comprensibles a situaciones  a menudo complejas tanto internamente  como para todos los públicos  implicados.  Esperamos transmitir nuestras  ideas pero también aportar soluciones  y herramientas para la administración,  prescriptores y usuarios. Más difícil es  llegar al público general a través de todos  los filtros existentes especialmente  los medios esta es una constante labor  didáctica en la que continuaremos  esforzándonos. 

Las prácticas irregulares y el mercado  ilegal de productos fitosanitarios  supone un grave deterioro de la imagen  de la industria fitosanitaria ante la  opinión pública, ¿va a actuar AEPLA  de una forma más contundente en sus  denuncias públicas cuando se produzcan  estos hechos? 

Nuestra posición siempre ha sido  clara respecto a este tema. Desde hace  años venimos transmitiendo que esta  situación debía atajarse con contundencia  por sus importantes consecuencias  para el mercado y la propia  calidad de los productos hortofrutícolas.  La venta o compra de productos  fitosanitarios no autorizados influye en  la presencia de residuos incontrolados  en los alimentos, provocan riesgos para  la salud del aplicador y el consumidor  y supone una competencia desleal  a las empresas que tardan años en  investigar y desarrollar un producto,  realizando todo tipo de pruebas y ensayos  que certifiquen, por encima de  todo, su seguridad ante personas, animales  y el medio ambiente y luego esperan  una media superior a los 2 años  en recibir la autorización oficial.

Además  del perjuicio que ocasionan a las  redes oficialmente autorizadas de su  distribución comercial, todas esta medidas  de seguridad se ven completamente  anuladas en el momento en el  que se utiliza un producto del que no  se sabe nada en cuanto a lo que contiene,  cómo se ha fabricado y de dónde  procede.  Este escenario de cambio ha favorecido  el comercio de productos fitosanitarios  ilegales, fraudulentos o  simplemente irregulares, que está facilitando  la proliferación e irrupción en  el mercado de numerosas sociedades  de importación, distribución y comercialización,  o de empresas supuestamente  dedicadas a la investigación y  al desarrollo.

Estas, en la mayor parte  de los casos, llevan a cabo una competencia  desleal a las empresas que  dedican un esfuerzo importante de recursos  a la I + D de sus productos, y a  la obtención de las correspondientes  autorizaciones administrativas.  Esta es una de nuestras prioridades  este año. Lo primero que hemos y  estamos todavía haciendo es recabar  la información necesaria para planificar  nuestras acciones.  Debe quedar siempre claro que  corresponde a la Administración, judicatura  y órganos de inspección y  control velar por la correcta comercialización  y empleo de los productos. La  salvaguarda de la legalidad en la venta  y uso de nuestros productos tiene  sus autoridades competentes y que el  sistema tiene la obligación de hacer  cumplir las normas. 

Poco a poco se ordenan las situaciones  y en ese sentido somos optimistas. Primero ha de crearse el marco  normativo adecuado, algo que ya  se ha hecho con la nueva Ley de Sanidad  Vegetal, luego ha de desarrollarse  dicho marco legislativo para establecer,  por ejemplo, sanciones acordes  a la gravedad del asunto. Es en este  último estadio en el que podemos  quizás aportar sugerencias y propuestas.  Las Administraciones competentes  deben de establecer los mecanismos  para la inspección y control. A  partir de ahí, tanto los organismos de  inspección y control, como los jueces  ya pueden aplicar las medidas correctoras  porque existen los mecanismos  para ello. 

En nuestra opinión las medidas  necesarias para atajar este problema  han de ser muy variadas y coordinadas  para converger en la solución. Este  es un problema legal, administrativo,  policial y social, por lo que requerirá  medidas en todos estos sentidos  y la colaboración de todos los  actores.  En las zonas donde el problema  es más grave, hemos detectado que los  protagonistas de la producción agraria  expresan una enorme preocupación  y el interés en unirse para buscar y trabajar  en las soluciones. Por ello, ya  se están creando plataformas de análisis  y trabajo común que incluyen participantes  de diversas organizaciones  relacionadas con la agricultura. Esta  concienciación es muy importante para  la efectividad de las medidas. 

¿Cuáles son los temas básicos o  prioritarios que va a afrontar en su nueva  etapa como Director de AEPLA?

La lucha contra las prácticas irregulares,  dentro y fuera de AEPLA, será  durante este año una de nuestras  prioridades desde la Asociación.  Para predicar con el ejemplo, este  año es clave para el desarrollo y aplicación  del Código de Buenas Prácticas  de AEPLA, mediante el cual, entre  todos, iremos construyendo una sólida  base, debatiendo y corrigiendo  aquellas actuaciones y prácticas de  cuestionable legitimidad. 

La responsabilidad en la tutela de  productos y servicios con el desarrollo  y promoción del buen uso de productos,  incluida la prevención en seguridad  de los usuarios de los mismos  será otra de las líneas prioritarias de la  asociación y estamos avanzando muchísimo  en el Proyecto de Uso Seguro  en este sentido.  Finalmente, pero no menos importante  también nos dedicaremos a la  mejora de algunos de nuestros servicios  internos que son de uso exclusivo  para nuestros asociados que reciben  una cada vez mayor y más cualificada  información técnica, estadística,  reglamentaria y de comunicación. 

¿Qué utilidad real cree que tiene  o va a tener el Código Deontológico  que acaban de aprobar? 

La industria fitosanitaria asociada  en AEPLA ha adoptado esta iniciativa  en parte en respuesta a todo lo que anteriormente  hemos comentado sobre  el mercado actual y también para facilitar  el entendimiento entre asociados  ofreciendo un sistema transparente de  resolución de potenciales diferencias  y conflictos. . 

Las empresas serias que cumplen  con los requisitos legales y están en el  punto de mira por su visibilidad, se  sienten en la obligación de despejar  cualquier atisbo de duda sobre su  comportamiento y su ética.  Aunque uno de los requisitos de  las empresas miembros de AEPLA antes  de su integración en la Asociación  siempre ha sido la adhesión al Código  de Conducta Internacional para la  Distribución y el Uso de Plaguicidas  de 1986 y adaptaciones sucesivas, publicado  por la Organización de las Naciones  Unidas para la Agricultura y la  Alimentación (FAO), se decidió que  era necesario explicitar unas normas  de comportamiento más estrictas. 

El Código de Buenas Prácticas o  Código Deontológico define unas normas  de ética con relación a tres aspectos  fundamentales:

1. los productos; 

2. los consumidores, usuarios y  distribuidores de los productos y

3. a  las propias empresas fabricantes; definiendo  cuales son los comportamientos  aceptables e inaceptables. Todos  nuestros miembros lo han aceptado. 

¿Qué nuevos proyectos va a iniciar  AEPLA este año? 

Este año además de mejorar sustancialmente  algunos de los servicios  internos destinados a asociados, hemos  realizado dos importantes estudios  de parámetros agronómicos con  la colaboración de las Universidades  de Lérida y Almería respectivamente,  estamos realizando un amplio estudio  sobre el mercado irregular y sistematizado  nuestro apoyo a las denuncias  de asociados. 

También hemos finalizado los ensayos  de un número de equipos de  protección personal y de aplicación para  su recomendación en uso para invernadero.  Respecto a la entrada en vigor de  la nueva clasificación y etiquetado,  invertimos mucho tiempo y recursos  durante el primer semestre en la aportación  de soluciones ante el tremendo  atasco que se había producido en  la clasificación, y ahora invertimos  nuestros esfuerzos en explicar la situación  a los usuarios y en resolver  las dudas que están surgiendo en la  cadena de distribución respecto a esta  situación. 

En la comunicación nos hemos  propuesto mejorar de manera palpable.  Invertiremos para producir materiales  de mayor calidad muy dedicados  a técnicos y agricultores. La transparencia  será nuestro buque insignia. 

Con la supresión de un gran número  de materias activas, sobre todo  en los cultivos hortofrutícolas, ¿cómo  ve el futuro del mercado fitosanitario  en España? 

El sector fitosanitario depende de  muchos factores por lo que es muy difícil  establecer un modelo predictivo,  aunque éstos se han estudiado en el  pasado. Por ejemplo un modelo del  Opti (Observatorio de Prospectiva Tecnológica)  vaticinó hace 4 años la continuidad  en los procesos de concentración  entre las empresas y el incremento  de la necesidad de formación  en los agricultores, que se han cumplido.  Siendo éste un sector altamente  reglamentado depende siempre de  multitud de decisiones legislativas y  políticas que se adopten de ahora en  adelante. 

En España el talante dialogante de  los nuevos equipos de gobierno esperamos  que abra nuevas vías de colaboración  para ayudar a nuestra agricultura.  También nos afectan las decisiones  políticas y comerciales de la Comisión  Europea. Como sector contribuyente  a la producción agrícola dependemos  de su marcha en general.  Las Políticas Europeas, no solamente  agrarias, sino de todo tipo y la actitud  en general que adoptemos frente  a que esperamos y queremos de la  agricultura nos afectan indudablemente. 

La industria deberá adaptarse a  esta nueva situación de orfandad en  algunos casos desarrollando productos  y soluciones más acordes a las  nuevas condiciones y exigencias. Para  ello es muy importante mantener  en mente que aunque se abran nuevas  oportunidades, sin un entorno reglamentario  razonable, homogéneo  y dispuesto a aceptar las sugerencias  y aportaciones de los expertos del  sector, la viabilidad de estos desarrollos  se verá seriamente comprometida.