El inicio de esta campaña de exportación citrícola se retrasó porque el calibre del grupo de mandarinas, por esas razones que la Naturaleza no da a conocer, habían quedado pequeños, nada comerciales. Es esto lo que ha alumbrado la idea de poner a punto, básicamente la industrialización de las clementinas.

Aquello de "...es la economía, tonto", que un político de los EE UU dijera a otro, ha tenido aplicación aquí. Porque precisamente los males pueden llevar a las personas a buscar su remedio dando a luz proyectos que mejoren lo que venía realizando. Es así como nace la idea de promover una fábrica de zumos de clementinas, especialmente, como medio de poder enviar a los mercados lo que los mismos piden, a saber, frutos de buen calibre. El llevarla a cabo hasta hoy, ha tenido un efecto económico negativo, pues que se ha venido haciendo con una fuerte incidencia en los costes económicos, y ya su existencia, incidía negativamente en los mismos. El ejemplo de los envíos a los EE UU ha sido el detonante, al parecer, pues los mismos frutos, pero con tamaños mayores han dado beneficios a las 62.000 toneladas de clementinas enviadas a dicho país, en tanto que la comercialización fuera, con una presión de los pequeños y bajos calibres ha costado mucho más, erosionando los costes. Es, el calibre, una parte de la calidad, por raro que pueda parecerle a los extraño al sector, cuando es bien conocido que los de bajo tamaño son más repartidores. Obsérvese, no obstante, que países como Polonia, con nivel de vida inferior a la otra rica Europa, tampoco quieren muchos bajos calibres.

Ahora bien, ¿lo verá igualmente así la mayoría del sector citrícola? Si lo hace, juega a su propio favor, pues el aprovechamiento de la inmensa mayoría que da el árbol, incidirá en los resultados económicos generales. Pero esto está por ver. Y el ejemplo lo dan los EE UU con su empresa paradigmática, la SUNKIST, que a su trabajo de comercialización en fresco unió hace años ya la industrialización de los mismos.

Aquí, en Córdoba, en concreto, hemos visto como una industria de zumos y de productos lácteos, ha lanzado la idea de una colaboración conjunta con el campo para la implantación de una potente industria de zumos de cítricos. Y ya antaño se conocían el que empresas exportadoras punta derivaron hacia lo mismo, tales como FESA, con fabricas en Carcagente y Burriana; GEASA, con la suya el Almazora, los exportadores de naranja amarga, asociados, montaron ROWLWT y CIA, en Sevilla, especialmente para la mermelada de naranja amarga y zumos naturales: en Oliva se instaló una fábrica en la que los intereses estaban ligados con partes del campo y exportadores en fresco. Iniciadores en solitario han sido en el tiempo, Juan Sebastía Vernich, en Carcagente; Agustí, en Almazora, y muy especialmente la famosa Vital, S.A. de un empresario alemán; en Tabernes Blanques estaba Zumos y Conservas y en Carcagente Hespérides, S.A. Es decir, se conocía y se intentaba situarse en su específico sector. Pero lo actual tiene como idea central mejorar su objetivo básico: la exportación en fresco de unas variedades que son las más demandadas en la actualidad, sin dejar de lado aquello que sea factible en otras, o sea, la complementariedad para mejorar lo esencial. De ahí, que sin negar la existencia de dudas, sería un éxito que todo el sector viera la cuestión de igual modo. Se estiman entre 6.000 y 10.000 millones de las antiguas pesetas para echar a andar. ¡Qué se realice!

Con una misma preocupación, pero con el objeto de la producción de gajos de satsuma de distintas formas más el de zumo de cítricos, se creó la capitalizada por las Cooperativas y ANECOOP, sita en Algemesí.

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