No nos parece muy normal el "...reproche de los agricultores a la Universidad por no consultarnos para investigar lo que necesitamos". ¿Se lo habían pedido? Del texto se deduce que no lo habían hecho. Por lo tanto, el reproche está de más. En el curso de la historia, sin duda que la Universidad y los puntos de estudio han hecho más, bastante más por la agricultura, y en especial por la citricultura, de cuanto se les ha podido pedir.
Es posible que falle "...la transferencia tecnológica entre los análisis y el campo", pero habrá sido porque a nadie se le ha ocurrido solicitarlo. Y no es "reprochándolo sin motivo", y como lo harán. Ciertamente, recuerdo un tiempo en el que en el antiguo centro de Burjasot (Valencia), se dormían algunas cosas, que bien podría ser mayormente por falta de fondos que aquellos gobiernos de aquella época no les producía ninguna importancia, salvo el que no se exportase lo más posible, en razón de que las únicas divisas limpias que llegaban a las cajas del Estado provenían de la agricultura en general y, especialmente, de los cítricos, a más de los que salieron a Europa a buscarse el sustento.
No, no estamos hoy en igual situación, felizmente. Y sabemos que en la investigación agrícola se trabaja. Pronto podremos tener una mandarina/clementina tardía, así como algo habrá hecho la investigación en el caqui rojo brillante, por ejemplo. IVIA y el IATA, sin olvidar la incorporación recientemente del AINIA.
Sin duda, que el reproche estaba equivocado, pues intuyo que pidiéndolo sin más hubiera sido escuchado.
Hace ya unos años que los citados Centros, con muchos investigadores tienen poco que envidiar a los centros existentes en el ancho mundo.
Tuve la experiencia de ser invitado al entonces famoso de Riverside, en ocasión de haber acompañado aquí, en nuestras tierras a un investigador del centro californiano, como devolución a haberle guiado en la visita a nuestra citricultura al que solamente palabras de sorpresa le pude escuchar, pensando que aquí en los dos centros citados encontró a satisfacción, ya que el no citado aún no se hallaba instalado en Valencia, por el nivel de estudio comprobado.
En suma, dejemos que al reproche, mejor pensado, sirva para poder decir que la cuestión ha sido comprendida por unos y respetada por otros, en el buen entendido de que hay que recordar, en ocasiones, las cosas, sin pesar de la medida normal.
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