Sección: Vid
Abstract: Es costumbre iniciar los artículos sobre la yesca de la vid diciendo que se trata de una enfermedad conocida desde la época romana. Desgraciadamente, nuestro conocimiento sobre ella no ha progresado gran cosa desde entonces. En la era del arsenito sódico, este producto mantenía el problema en niveles tolerables; pero desde su prohibición, hace diez años, no somos capaces de ofrecer alternativas al viticultor.
La yesca entra dentro del grupo de enfermedades de la madera de la vid. Varias razones hacen este grupo particularmente intratable: su progreso lento, pero inexorable; la expresión errática de los síntomas, de una campaña para otra; la localización de los hongos causantes en la profundidad del tronco, lejos del alcance de los fitosanitarios… Pero es más preocupante, incluso, la dificultad en relacionar los síntomas foliares con aquéllos que aparecen en la madera y con los hongos causantes. El estudio de una enfermedad empieza por relacionar los síntomas expresados con la presencia del patógeno (postulados de Koch). Así, de un sarmiento sospechoso de excoriosis podemos aislar en el laboratorio el hongo Phomopsis vitícola; inoculando este aislado en un sarmiento sano, podemos reproducir los síntomas y, de esta última planta, reaislar el hongo inoculado. En las enfermedades de madera, esto se vuelve un ménage à tríos, donde el hongo, desde su escondrijo en las profundidades del tronco, provoca síntomas a distancia en las hojas de la vid. Probar experimentalmente que uno de estos hongos induce un síntoma determinado en las hojas es sumamente difícil.

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Comprar Revista Phytoma 251 - AGOSTO/SEPTIEMBRE 2013