En este artículo presentamos los resultados de los diferentes pasos que se han seguido para la implementación a gran escala de un sistema de apoyo a las decisiones (DSS), vite.net, para el manejo sostenible de los viñedos. El DSS es capaz de recoger información en tiempo real de diferentes componentes del viñedo (aire, suelo, planta, plagas y enfermedades) y, mediante una herramienta web, analizar esos datos utilizando técnicas modelísticas avanzadas. El DSS produce información actualizada para el manejo del viñedo a nivel de parcela, en forma de alertas y servicios de apoyo a las decisiones de los viticultores y los técnicos.

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En este artículo presentamos los resultados de los diferentes pasos que se han seguido para la implementación a gran escala de un sistema de apoyo a las decisiones (DSS), vite.net, para el manejo sostenible de los viñedos. El DSS es capaz de recoger información en tiempo real de diferentes componentes del viñedo (aire, suelo, planta, plagas y enfermedades) y, mediante una herramienta web, analizar esos datos utilizando técnicas modelísticas avanzadas. El DSS produce información actualizada para el manejo del viñedo a nivel de parcela, en forma de alertas y servicios de apoyo a las decisiones de los viticultores y los técnicos.

El manejo integrado de plagas (IPM, en inglés) en agricultura se considera un proceso dinámico que requiere una organización y manejo de las actividades de una explotación agrícola a diferentes niveles: táctico, estratégico y operacional. La directiva europea 128/2009/EC, relativa al uso sostenible de fungicidas, obliga al uso de estrategias de IPM en la agricultura con el objetivo de reducir el impacto negativo de los pesticidas en la salud humana y el medio ambiente. Una de las claves de las estrategias IPM es proteger los cultivos únicamente cuando es necesario; es decir, cuando existe un riesgo de que el patógeno se desarrolle, infecte las plantas y cause daño (Rossi y col., 2012). La decisión de tratar un cultivo debe venir por tanto precedida de una evaluación de riesgos que tenga en cuenta las condiciones ambientales y agronómicas locales, y estar apoyada en un monitoreo de las enfermedades o plagas a tratar. Esto hace que, en comparación con la agricultura tradicional, la aplicación de estrategias IPM requiera de más conocimiento y el proceso de toma de decisiones sea mucho más complejo (Rossi y col., 2012). Para ello, la directiva 128/2009/EC en su Art. 14 indica que los agricultores deben tener acceso a herramientas de toma decisiones y sistemas de aviso que les ayuden en el uso de estrategias IPM.

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