En la cuenca del Ebro, la alfalfa y el maíz son los cultivos extensivos que predominan en el paisaje en verano. Los enemigos naturales en estos cultivos tienen un papel importante en el control de plagas. El movimiento de los enemigos naturales entre cultivos depende de la estructura del paisaje en el que la agricultura se inserta. Así pues, cambios en la composición del paisaje puede tener influencia en la abundancia y dinámica de los insectos. En los últimos años, hemos evaluado los efectos de la estructura del paisaje en la abundancia de algunos depredadores en la alfalfa así como su movimiento entre el maíz y la alfalfa. Un aumento de frutales en el paisaje afecta negativamente a la abundancia de Orius spp., mientras que el aumento de maíz tiene un efecto positivo en la abundancia de Propylea quatuordecimpunctata. Por el contrario, la abundancia de Coccinella septempunctata está poco afectada por la estructura del paisaje. La abundancia de presa y la fenología son las variables locales que más afectan a la abundancia de los depredadores. La alfalfa actúa como fuente de depredadores para el maíz, en la etapa vegetativa temprana del maíz y se revierte su papel de fuente entre cultivos después del corte de la alfalfa para convertirse en destino. Las rotaciones de cultivos extensivos en los paisajes son importantes para la conservación de los depredadores.

 

En muchas regiones, el paisaje de cultivos está formado por cultivos anuales y perennes. Tradicionalmente, los cultivos anuales se describen como hábitats ‘efímeros’ porque están sujetos a perturbaciones frecuentes y necesitan ser colonizados por enemigos naturales (EN) cada año. En contraste, los cultivos perennes se describen como hábitats ‘fuente’ porque son sistemas con relativamente poca perturbación y potencialmente más proclives a mantener la estabilidad de las poblaciones de artrópodos (Wissinger, 1997). Sin embargo, algunos cultivos perennes como la alfalfa sufren cortes periódicos durante la temporada de crecimiento, lo que causa una perturbación en los EN residentes que los obliga a desplazarse a hábitats alternativos. Además, estos cultivos perennes necesitan ser recolonizados por EN después de la perturbación. De esta manera, en los paisajes agrícolas formados por cultivos extensivos se puede subestimar el papel ecológico que desempeñan los cultivos anuales, ya que pueden actuar como un hábitat alternativo para los EN después de las perturbaciones en los cultivos perennes. Los avances en las estrategias de control biológico por conservación requieren una comprensión de las dinámicas poblacionales de los EN, movimiento dentro y entre los hábitats, así como una visión del papel que juega cada hábitat en el paisaje. Esto es especialmente cierto cuando el paisaje está formado principalmente por cultivos extensivos, formado por cultivos anuales y perennes que sufren varias perturbaciones durante la temporada.

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