Las tecnologías de bioprotección proporcionan una fitoprotección efectiva e innovadora en la agricultura moderna. Esto las convierte en una herramienta esencial para cubrir los esfuerzos de la UE en el apoyo a los agricultores y aplicar de manera efectiva la Directiva sobre el uso sostenible de los fitosanitarios (Directiva 128/2009/CE, SUD por sus siglas en inglés). Sin embargo, debido a la falta actual de un marco normativo especializado, así como de legislación, procedimientos y requisitos de datos con respecto a la bioprotección, la UE no se está beneficiando plenamente de esta industria, caracterizada por su rápido crecimiento y por la importancia esencial que tienen las PYME en ella.

IBMA propone por lo tanto que para finales de 2020 la UE cuente con un organismo dedicado específicamente a la bioprotección que haya desarrollado e implementado un calendario breve y preciso para el proceso de evaluación, con procedimientos basados en evidencias y requisitos de datos adaptados específicamente. Deben efectuarse evaluaciones basadas en los riesgos utilizando conocimientos científicos de alto nivel y manteniendo una estrecha comunicación con los solicitantes a lo largo del proceso. Mientras tanto, debe establecerse un mecanismo provisional en el Reglamento 1107/2009 con el fin de proteger la viabilidad de los productores de productos de fitoprotección biológica hasta la entrada en vigor del nuevo Reglamento. Este nuevo enfoque beneficiaría a la salud humana, el medio ambiente, la biodiversidad y la bioeconomía circular.

Las tecnologías de bioprotección incluyen herramientas biológicas de protección de plantas para el control de plagas y enfermedades. Se originan en la naturaleza y pueden ser sintéticos pero idénticos a lo encontrado en la naturaleza y, en general, tienen un bajo impacto en la salud humana y medio ambiente. Algunos ejemplos son los microorganismos, semioquímicos, extractos de plantas (productos botánicos) o sustancias naturales.

El término bioplaguicidas se usa a menudo de la misma manera, pero el sufijo ‘cida’ a menudo no describe el (los) mecanismo (s) verdadero (s) de estas sustancias, ya que se trata de sustancias que no ‘matan’ directamente al objetivo, sino que protegen a las plantas.

Las ventajas de una nueva regulación apropiada y proporcional basada en el riesgo para estas nuevas tecnologías de bioprotección son eliminar los costos desproporcionados en comparación con los riesgos; evaluación eficiente del riesgo, vinculado específicamente a las tecnologías de bioprotección; períodos de evaluación más cortos que den como resultado más productos de bioprotección colocados rápidamente en el mercado, reemplazando a otros productos que se consideren preocupantes.

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