El objetivo general del proyecto FITOSCEREZO es diseñar y desarrollar un nuevo programa de control integrado de plagas y enfermedades para el cultivo del cerezo, con el fin de adaptarlo a la Directiva 2009/128/CE. Para ello, se propone incorporar métodos específicos no químicos de control y nuevos productos fitosanitarios de bajo impacto ambiental, garantizando así la sostenibilidad del cultivo. Por otra parte, se estudiará la biodiversidad en el cultivo y se determinarán químicamente en el fruto los residuos de las sustancias activas de los productos fitosanitarios que serán aplicados en el nuevo programa de control integrado de plagas y enfermedades (IPMA), así como en el programa de control que viene siendo aplicado por los agricultores (IPM convencional o estándar). Para ello se han establecido parcelas de ensayo en dos zonas productoras de cereza, El Valle del Jerte (Cáceres) y La Almunia de Doña Godina (Zaragoza). Los integrantes del Grupo Operativo FITOSCEREZO son: Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas vivas (FEPEX); Agrupación de Cooperativas Valle del Jerte (ACVJ); Asociación de Empresarios Agrícolas del Margen Derecho del Ebro (AEAMDE); Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA); Centro Tecnológico Nacional Agroalimentario Extremadura (CTAEX); Departamento de Protección Vegetal y Unidad de Productos Fitosanitarios del Centro Nacional Instituto de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA-CSIC); DEVREG Consulta SLU.


España es el sexto país productor de cerezas del mundo (FAOSTAT, 2018), donde se cultivan 27.000 ha de este frutal y cuya superficie va en aumento al igual que la producción y el rendimiento del cultivo, que se acerca a los 5.292 kg/ha. Extremadura y Aragón concentran más del 64% de la superficie total española dedicada al cultivo del cerezo. Las enfermedades y plagas del cerezo causan importantes pérdidas en la producción y calidad de los frutos, y el control de las mismas incrementa los costes de producción. El control de estas plagas y enfermedades se ve dificultado por la baja disponibilidad de materias activas aprobadas para su uso en cerezo, al ser considerado éste un cultivo menor, además de por la necesidad de adaptar el control fitosanitario de este cultivo a lo establecido en la Directiva/128/CEE de 2009 y en el Real Decreto 1311/2012, de 14 de septiembre, por el que se establece el marco de actuación para conseguir un uso sostenible de los productos fitosanitarios.

Compra Revista Phytoma 330 – Junio-Julio 2021